EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 3º de Cuaresma


Lecturas: Éxodo 17,1-7 / Salmo 94,1-2.6-9 / 5,1-2.5-8 / Juan 4,5-30.39-42

Botón homilético – Francisco Quijano

• Dos extraños se encuentran. Jesús llega a descansar junto a un pozo en territorio samaritano. Se acerca a sacar agua una mujer de ese pueblo que se había apartado de la fe en Yahveh, tenía sus dioses –los maridos de la mujer– su culto, su religión.

• Una cita fortuita, incómoda, a solas entre un judío y una samaritana. «Dame de beber» ‒ le dice él. «¡Cómo! ‒se sorprende ella‒, tú, siendo judío, ¿me pides de beber a mí que soy samaritana?».

• Esta cita se convertirá en un punto de encuentro en el que se abren tres horizontes y caminos de futuro insospechados: para ella, para dos pueblos recelosos el uno del otro, para la humanidad entera.

• En conversación con ese judío desconocido, ella va descubriéndolo, él le ofrece un manantial de vida inagotable. Ella también va descubriéndose hasta comentar, feliz, a sus compatriotas: «¡Vengan a ver a un hombre que me ha contado todo lo que yo hice!».

• Ella tiene ahora un horizonte de futuro: ha descubierto quién es ella, se ha reconciliado con ella misma, ha dejado su pasado, no está ya merced de otros para saciar sus deseos, ha recobrado su dignidad, es una mujer libre.

• «Los judíos no se tratan con los samaritanos» ‒comenta el narrador. Son dos pueblos que se recelan. Lo dice ella: «Nuestros padres daban culto en este monte, ustedes dicen que es en Jerusalén donde hay que dar culto». Nosotros / ustedes: la oposición el reclamo. Nosotros estamos en la verdad, ustedes no.

• El judío desconocido rompe la frontera del ustedes / nosotros. Ni aquí ni allá, mujer. «Llega la hora ‒le dice‒ en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre... Los que dan culto auténtico adorarán al Padre en espíritu y en verdad».

• Hay ahora un nuevo horizonte de futuro para judíos y samaritanos, para judíos y cultores de otras religiones ‒dirá otro judío que cruzó fronteras, Pablo. Hay un horizonte de amplitud mundial que rompe fronteras nacionalistas estrechas.

• El judío desconocido agrega: «Dios es Espíritu y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad». Se cruzan así las fronteras estrechas entre religiones. Uno solo es el Padre de la humanidad, que ha sido convocada a vivir en amistad con él. San Agustín concluye así su comentario a este pasaje del Evangelio:

• «No en un monte, no en un templo, sino “en espíritu y verdad”, porque así quiere el Padre que lo adoren. ¿Por qué busca el Padre que lo adoren no en un monte, no en un templo, sino “en espíritu y verdad”? Porque “Dios es espíritu y es preciso que quienes lo adoran adoren en espíritu y verdad”.

• «¡Si pudiera encontrar –decías– algún monte alto y solitario! Como yo creo que Dios está en las alturas, me oiría mejor desde las alturas. ¿Crees que por estar en un monte estás más cerca de Dios? ¿Crees que te va a escuchar en seguida, como si le llamases desde cerca?»

• «¿Buscas un monte? ¿Quieres ascender? Asciende, pero no busques un monte. Si buscas un lugar alto, un lugar santo, ofrécete a Dios en tu interior como templo. ¿Quieres orar en un templo? Ora en ti. Pero sé primero templo de Dios, porque él escuchará en su templo al que ora».

• El nombre de este portal –adorar en espíritu y verdad–, su significado, vienen de este episodio evangélico: que haya en la red virtual mundial espacios de comunión con Dios para recrear nuestra vida, como fue recreada la vida de la samaritana y la de sus compatriotas en el encuentro que tuvieron con Jesús.

• Giovan Francesco Barbieri (1591-1666), llamado Guercino: Cristo y la mujer samaritana, 1619
• Artemisia Gentileschi (1593-1654): Cristo y la mujer samaritana, c. 1637
• Leer el comentario completo de san Agustín sobre este pasajede aquí

 

• O •

 

Claves para la homilía - Julián Riquelme

 Contexto Palestina, año 30: Más de una vez el Jesús histórico se encontró con los samaritanos, pues Samaría quedaba entre Galilea y Judea, y el Nazareno era abierto.  Jerusalén, año 100: Ya existían seguidores de Cristo en Samaría (Hch 1,8; 8,5-25; 9,31; 15,3), pero había que fortalecer la unidad de la fe en la persona de Jesús entre ellos y los de la Iglesia Madre de Jerusalén.

 Sentido El tema del Evangelio es “Jesús entre los samaritanos: ¿Cómo actúa?”. Esta catequesis manifiesta las siguientes actitudes en Cristo:

Derriba fronteras para acoger (Jn 4,5-15). “¡Cómo! ¿Tú, que eres un judío?” (4,9): La sorpresa de ella se debe a que reúne en sí tres rasgos, que, a los ojos del “verdadero israelita”, la hacen despreciable y objeto de marginación: es mujer, es samaritana y es prostituta. “El que beba del agua que Yo le daré, nunca más volverá a tener sed” (4,14ª): El Nazareno se presenta como el Dador del Agua Viva; esta agua es símbolo del Espíritu de Dios; el Espíritu es único y Jesús histórico hizo la experiencia de Él; ahora, resucitado, Cristo posee la plenitud del Espíritu de Dios. “El agua que Yo le daré, se convertirá en él en manantial” (4,14b): El ser humano recibe esa Vida Nueva en su raíz misma, en lo profundo de su ser, y así el Espíritu de Dios, aunque constituye un principio vital en cada individuo, va creando la unidad en la diversidad. – Para colaborar con el Espíritu de Dios, es necesario buscarlo en lo hondo de uno mismo, como se extrae el agua de las profundidades de la tierra.

 Escucha para anunciar (Jn 4,19b-26). “La salvación viene de los judíos” (4,22): Los samaritanos poseen su templo en Garizim reconstruido el año 30 a. C.; los judíos no tienen el templo de Jerusalén, pues fue destruido por Tito y sus tropas el año 70; el redactor del Evangelio, en el año 100, estima que los judíos están en una situación más provechosa, porque han encontrado formas de culto más familiar, mientras que los samaritanos continúan con sus antiguos ritos más despersonalizados. “La hora se acerca, y ya ha llegado” (4,23): No es la hora cronológica, sino mesiánica; se refiere al instante en que Jesús manifiesta el Amor del Padre por todos, durante su Pascua (cf. Jn 13,1). “Dios es espíritu, y los que lo adoran, deben hacerlo en espíritu y en verdad" (4,24): Espíritu, en la mentalidad bíblica, significa que Dios es fuerza, dinamismo de amor, vida para los seres humanos; la liturgia ya no es tema de lugar físico (Jerusalén o Garizim), pues Dios está en todos y cada uno de los seres humanos, que pueden adorarlo “en espíritu y en verdad”. ⦁ Salgamos de una religiosidad sacrificial y entremos en una religiosidad profética y encarnada: porque la dedicación con amor al bien de los demás, ha de ser nuestro culto, desde el interior, al Padre, que vive en cada ser humano.

Permanece para acompañar (Jn 4,39ª.40-42). Los samaritanos reciben a Jesús, y le piden que se quede un tiempo con ellos. Él acepta y los acompaña.- Los herejes pueden descubrir realidades más profundas de Dios, si son sinceros y desarrollan la capacidad de amar al prójimo.

Jacob van Oost el Joven (1637-1713): Cristo y la mujer samaritana, 1668