Lecturas: II Samuel 5,1-3 / Colosenses 1,12-20 / Lucas 23,35-43
Botón homilético: Francisco Quijano
• El domingo pasado el Evangelio presentaba un cuadro apocalíptico del fin del mundo. «Apocalipsis»: es un género literario de tiempos de Jesús. Se puede equiparar a novelas y películas de efectos especiales de nuestros días. ¿Cuál es su propósito?
• Estas formas simbólicas de expresión tratan de sugerir un sentido y fortalecer una esperanza en medio de situaciones caóticas de violencia, persecuciones, genocidios, guerras que marcan nuestra historia.
• Nuestro mundo está atravesado por una dimensión catastrófica: pueden ser fenómenos naturales que causan daños y muerte; o peor aún, acciones nuestras que siembran violencia y muerte.
• ¿Tienen algún sentido estos hechos? No. Unos se deben al carácter finito del mundo, algunos dirían al carácter ciego de las leyes naturales. Otros se deben a decisiones e interacciones humanas perversas, prepotentes, violentas.
• Jesús padeció estas catástrofes de nuestra condición mortal. Padeció la arbitrariedad de la ambición y la prepotencia: su muerte fue una ejecución mediante un suplicio cruel.
• En lo hondo y oscuro de este caos, Jesús hizo brillar la esperanza: «Si se mantienen firmes, dijo, conseguirán la vida»; y al ladrón ajusticiado con él: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso».
• Este es un misterio sorprendente, paradójico: Jesús muere, su vida termina, es un cadáver colgado de un madero. De esa muerte, de una vida sacrificada, de unos despojos mortales, renace la vida de la humanidad: «Dios en la cruz ha reinado».
• Celebrar a Cristo Rey es proclamar su triunfo sobre el caos en el universo y sobre la violencia mortal en nuestra historia. Nuestro destino no es la muerte, no la arbitrariedad, sino el amor de Dios y la felicidad en Él.
• En su más reciente Mensaje al Pueblo de Dios en México, los obispos de nuestro país nos llaman a ser Peregrinos de Esperanza hacia el 2026, que es el centenario de la Resistencia Cristera contra la arbitrariedad del cierre de templos decretado por Plutarco Elías Calles.
• Su llamado es no es a vivir una conmemoración nostálgica, sino a un examen de conciencia y un compromiso renovado, para lograr, bajo el Reinado de Cristo, una verdadera transformación de la degradación social en la que estamos.
• Esa degradación está descrita con toda veracidad en la tercera parte de su mensaje: III. Realidades que no podemos callar del contexto mexicano actual, en a cual desmienten punto por punto la mentiras que se difunden cada mañana desde Palacio Nacional (leer aquí).
• Estas desgracias nos afectan a todos, especialmente a la ciudadanía más vulnerable, que las padece todos los días. Luchar contra ellas es responsabilidad de toda la población. Sin un compromiso activo de todos, no habrá paz ni seguridad ni justicia expedita contra impunidad y corrupción; en suma, no habrá estado de derecho.
• Ante esas realidades, se necesita en verdad insurgencia cívica, no armada, no violenta, sí enérgica, sí lucida, sí decidida, sí participativa, sí proactiva, sí perseverante contra violencia, extorsión, robo, mentira, impunidad reinante, que encabezan quienes dicen que la combaten.
• Un célebre himno litúrgico del siglo VI, Vexilla Regis prodeunt - Enseñas del Rey avanzan, compuesto por Venancio Fortunato, proclama así este misterio desconcertante:
«Enseñas del Rey avanzan,
de la cruz brilla el misterio,
el Creador del cuerpo en ella
suspenso tiene su cuerpo.
Por aguda lanza herido
de su corazón manaron
efluvios de sangre y agua
para lavar nuestra mancha.
Cúmplense las profecías
que David en versos fieles
proclamó ante las naciones:
«Dios en la cruz ha reinado».
Lecturas: II Samuel y Colosenses
• El libro de Samuel presenta un episodio del ascenso de David como rey de todas las tribus judías. Él, nativo de Belén, comenzó por atraer en torno suyo a las tribus del sur y fue proclamado rey de la región de Judá; luego consiguió la adhesión de las tribus del norte, la región de Israel.
• El reino estuvo unificado bajo su monarquía y la de su hijo Salomón. A la muerte de este, el reino único se dividió en dos reinos. Se evoca a David como prototipo del rey justo porque en él se origina la tradición del mesianismo judío que llega hasta los tiempos de Jesús.
• El Himno de Colosenses es una de las piezas literarias del primer siglo que exaltan a Jesús en su condición humana mortal y en su condición divina inmortal. Ambas dimensiones expresan la tensión paradójica del misterio de Jesús. En el Himno de Filipenses destaca la dimensión humana en su humillación y despojo. En este de Colosenses, su victoria sobre la muerte y su exaltación en gloria.
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Claves para la homilía: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Durante la Pasión, Jesús admitió ante Pilato que Él era “rey”, pero no El rey, ni el único rey (Lc 23,3), porque nunca aceptó el poder de dominación, sino solo la fuerza del servicio a los prójimos. - Grecia, año 80: El mesianismo de Jesús es el del servicio a los otros, para manifestar cuanto el Padre ama a todos los seres humanos.
• Sentido El Evangelio de hoy trata de varios temas, tales como “Actitudes en torno al Crucificado", "Cristo Rey" y "El buen ladrón". El texto presenta, por lo menos, tres aspectos importantes:

• Actitudes frente al Crucificado (23,35-37). Por un lado, “el pueblo permanece allí y mira”, esto es, se manifiesta respetuoso, expectante y siendo “testigo” de los últimos instantes de Jesús (Lc 23,35a). Por otro lado, los dirigentes religiosos y los soldados se burlan de Él, porque piensan que un rey debe deslumbrar por riquezas, prestigio, poder y tropas. Lección: La humildad, y la vida sencilla y el compartir por Amor, es el único camino para que los seres humanos valoren la dignidad de hombres y mujeres.
• Motivo de la condenación a muerte de Jesús (23,38). Los cuatro evangelistas recogen el dato de esta inscripción: «Éste es el rey de los judíos» (INRI). El letrero lo manda a colocar el gobernador Poncio Pilato para indicar la razón de la ejecución, y a la vez para mofarse de las autoridades judías, que lo habían entregado. Pregunta: ¿Cuál es la responsabilidad de cada uno de los personajes, que intervinieron en la muerte del verdadero Rey del mundo?
• Dos malhechores (23,39-43). El episodio de los otros dos crucificados con Jesús contiene un diálogo. En él quedan patentes dos maneras de reaccionar ante el Amor de Cristo: El mal ladrón pide milagros; el buen ladrón reprende a su colega, se reconoce alejado de la Alianza, confiesa la inocencia del Nazareno y le suplica: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». La respuesta del Señor fue: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Mensaje: El buen ladrón pone en práctica la confianza en Jesús y aprende a presentarle lo que ve, los sufrimientos del mundo, las personas que encuentra. Aprende a decirle: “¡acuérdate, Señor!”. No estamos en el mundo únicamente para salvarnos a nosotros mismos; no, sino para llevar a los hermanos y hermanas al abrazo del Rey.
Semana XXXIV: Lunes (aquí)
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