EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 33º durante el año


Lecturas: Proverbios 31,10-13 / Salmo 127,1-5 / I Tesalonicenses 5,1-6 / Mateo 25, 14-30

Botón homilético – Francisco Quijano

• Algunas parábolas tienen un lado escandaloso, se puede leerlas con cierta desfachatez. La de los talentos podría aludir esa gente astuta que amasa fortunas en inversiones especulativas.

• Un talento equivalía a 34 kg de plata o 6.000 denarios. Un denario era el salario de un día, 6.000 equivalen son más de 16 años de trabajo.

• El amo elogia a los servidores que duplicaron cinco y dos talentos que les encomendó. Vitupera al que le confió uno por haberlo enterrado en vez de ponerlo a intereses con los banqueros.

• Una lectura literal, descabellada, de esta parábola justificaría las inversiones especulativas que provocaron la crisis mundial de 2008. ¿No será esta una lectura cínica?

• En cierto sentido, sí. Porque en esto de los negocios hay una creatividad que no se encuentra en formas adocenadas y rutinarias de vivir.

• En nuestra lengua, la palabra talento refiere a ciertas cualidades: viveza de inteligencia, destreza para hacer bien las cosas, ingenio e imaginación en la vida, agilidad mental en las dificultades, cualidades y dones que se comparten con los demás.

• El servidor pusilánime dice a su amo: «Tuve miedo y fui a enterrar tu talento». No enterró ese talento, fue a enterrar los suyos. Lo dominaba la idea de un patrón exigente, no confiaba en él mismo, se resignó a vivir de manera estrecha, mezquino.

• En el Evangelio de Mateo, las parábolas del capítulo 25 (las diez jóvenes, los talentos, el juicio final) se encuentran al final de la misión de Jesús. En este contexto hay que leerlas como unas historietas que invitan a examinar qué hemos hecho y qué haremos con el mensaje de Jesús.

• Dios nos ha creado libres para hacer fructificar nuestra libertad. Cristo nos ha liberado para ser libres. Los frutos de esta libertad en el Espíritu son: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí (Pablo a los Gálatas 5, 22-23)

• De la colección de pinturas africanas sobre la Vida de Jesús, de la etnia mafa en el norte de Camerún

 

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Claves para la homilía – Julián Riquelme

• ContextoPalestina, año 30: Después de la “purificación del templo”, los sacerdotes protestan en forma airada. – Antioquía (Siria), año 80: El Reino de Dios será presidido por el Mesías. Esto exige de los discípulos autoanálisis, cultivo de las propias capacidades y colaboración personal con el Señor.

• Sentido El tema del Evangelio es la “Parábola alegorizada de los talentos”. (Algunos traducen la palabra "talento" por "un millón"). En la parábola, el jefe, que parte al extranjero y retorna, es Jesús, y los empleados representan a los discípulos. La narración ofrece las siguientes oposiciones:

• La confianza del jefe y las distintas actitudes de los empleados (Mt 25,14-18). El amo encarga los talentos a cada uno de los subordinados "según su capacidad", es decir, conoce, tiene en cuenta la habilidad personal y confía en los suyos; por su parte, dos de los criados duplican el dinero, y uno de ellos es negligente. - Lección: Los "talentos" son figura de los "bienes mesiánicos" o capacidad de amor a todo prójimo; pertenece a cada uno tomar conciencia de lo recibido, y de lo que debe hacer con ello.

• La aprobación de unos y la desaprobación de otro (Mt 25,19-27). El dueño asciende a dos servidores, pues muestran amor a los demás; por otra parte, no puede aceptar a un criado perezoso, debido al temor absurdo que siente por su señor: lo considera un tirano duro ("Sé que eres un hombre exigente... por eso tuve miedo" (Mt 25,24-25). - Moraleja: El Resucitado es el Señor, pero no es cruel: su amor no elimina la responsabilidad del ser humano, más bien la suscita.

• La recompensa y la frustración (Mt 25,28-30). Todos los criados están asociados generosamente a los "negocios" del jefe; sin embargo, quienes le son fieles, vigilantes y colaboradores reciben más, y quien le es infiel por flojo no crece. - Mensaje: En el seguimiento de Jesús hay que unir el amor gratuito, que recibimos de Él, el agradecimiento desde nuestro interior y la responsabilidad de amor al prójimo.

Willem de Poorter (1608-1668): Parábola de los talentos

Semana XXXIII – Lunes (aquí)