Botón homilético - Francisco Quijano OP
Lecturas: Josué 24,1-2.15-18 / Efesios 5,21-33 / Juan 6,60-69
● Después de cuatro semanas de proclamar el capítulo 6 del Evangelio de Juan, tenemos en ahora el desenlace. Hemos descubierto el misterio de Jesús, ¿lo hacemos nuestro? ¿Aceptamos la vida en comunión con Dios o seguimos nuestro camino?
● En su tiempo, muchos abandonaron a Jesús. Él nos pregunta ahora: «¿También ustedes quieren irse?» Esta es una decisión en la que está en juego nuestro destino humano. La respuesta de uno de nosotros fue: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna».
● Hace tres milenios, Josué hizo una pregunta semejante al pueblo judío reunido en Siquén: «Si no están dispuestos a servir al Señor, elijan a qué dioses quieren servir». Y él dio esta respuesta: «Yo y mi familia serviremos al Señor».
● Esta respuesta de Josué, Pedro, y mucha gente a lo largo de la historia proviene de la fe en Dios y es obra del Espíritu Santo. Ante la disyuntiva de seguir a Jesús o dejarlo, él dice a sus discípulos: «El Espíritu es quien da vida, las palabras que les he dicho son espíritu y vida».
● Nuestra humanidad tiene como destino vivir en comunión con Dios y entre nosotros. Jesús vino a convocarnos a la comunión, lo hizo a costa de su vida. A cada uno toca responder a este don de Dios. En eso culmina el itinerario de fe por el que nos ha conducido san Juan.
Joos van Cleve (1485-1540): La Última Cena (c. 1530)
◙ Sentido. El tema del Evangelio, que trata de “La crisis y la adhesión de quienes siguen a Jesús”, muestra tres aspectos importantes:
● Varios discípulos no aceptan la propuesta de Cristo. El seguimiento del Nazareno no es fácil; provoca crisis. Aparecen las dudas: el mensaje se hace duro, la situación se oscurece, ¿pan de vida o pan de trigo? ¿Entregarse a los demás? Hay seguidores que no se atreven, y desisten.
● El Señor Jesús prefiere la gratuidad a la gloria humana. El fundamento y el sentido de ser cristianos consiste en apostar por Jesús, como regalo gratuito de Dios. El mismo Cristo se queda con unos pocos discípulos. La pregunta del Señor sigue hoy en pie: “¿También ustedes quieren irse?”
● Pedro habla en lugar de los Doce. Se trata de creer o no creer, de estar dispuesto o no a que el Espíritu Santo haga vida el Evangelio en nosotros. Los Doce dan el paso, siguen al Maestro de Nazareth. Para ellos, las Palabras de Jesús son de Vida: seducen, interpelan, y llaman a la decisión por el seguimiento.
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