«Apareció un hombre enviado por Dios, llamado Juan, que vino como testigo, para dar testimonio de la luz, de modo que todos creyeran por él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz». Así presenta Juan Evangelista a Juan Bautista en el Prólogo de su Evangelio.
San Agustín comenta: «Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio. Suprime la palabra, y ¿qué es la voz? Donde falta la idea no hay más que un sonido. La voz sin la palabra entra en el oído, pero no llega al corazón».
En esa misma vena del testigo de la luz que no es la luz, de la voz que no es la Palabra, José Luis Martín Descalzo presenta a Juan el Bautista en un poema sutil, en el que pide al profeta seguir sus pasos de profeta sin ser profeta.
Pastor que, sin ser pastor, Tú que traes un bautismo Tú que sientes como yo Tú que sabes que no fuiste |
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Jose Luis Martín Descalzo, sacerdote, periodista y escritor. Nació en Madridejos, Toledo, el 27 de agosto de 1930. Estudió en el seminario de Valladolid y en la Universidad Gregoriana de Roma. Licenciado en teología y en historia eclesiástica. Sacerdote en 1953. Obtuvo el Premio Nadal de novela en los años cincuenta, fue autor de obras teatrales de éxito. Trabajó en diferentes medios de comunicación: Televisión Española, el diario ABC y la revista Vida Nueva. Murió en Madrid en 1991.
Entre sus muchas obras están: Un cura se confiesa, 1955; La frontera de Dios, 1956; Un periodista en el Concilio, 1963-1966; La hoguera feliz, 1962; Siempre es Viernes Santo, 1963; La Iglesia, nuestra hija, 1972; Razones para la esperanza, 1984; Vida y misterio de Jesús de Nazaret, 1986-1987; Apócrifo de María, 1990; Testamento del pájaro solitario, 1991; Razones desde la otra orilla, 1991.
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