Evangelio de San Lucas 13,31-35
• Confesión de fe de Pedro en Cesarea de Filipo: «Tú eres el Mesías de Dios» (aquí). En seguida, Jesús anuncia por primera vez que habrá de padecer, morir y resucitar. Así termina la primera fase de su misión en Galilea.
• Después de la Transfiguración y del segundo anuncio de su pasión, Jesús toma la resolución de subir a Jerusalén para culminar su misión. Es un hombre resuelto a cumplir la encomienda del Padre.
• A quienes se acercan a él y a sus discípulos los invita a seguirlo sin condiciones. Él es un profeta intrépido que va por delante, comunica arrojo, ánimo, energía, fuerza. Unos se aprestan a seguirlo, otros se retraen, otros titubean.
• Jesús sabe de estas fortalezas y de estas debilidades. No es un cabecilla terco, empeñado en hacer su voluntad a toda costa. No es un superhombre que se pone por encima de sus seguidores y los humilla por su tibieza.
• A Pedro le dirá al terminar la Última Cena: «Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos como se hace con el trigo. Pero yo he rezado para que no falle tu fe. Y tú, una vez convertido, fortalece a tus hermanos» (Lc 22,31-32).
• Jesús es un hombre entero, sin fisuras, en el cumplimiento de su misión, que llevará a cabo hasta sus últimas consecuencias. Con arrojo desafía al reyezuelo Herodes.
• Jesús es un hombre sensible, resiente las debilidades de sus seguidores. Jesús es un hombre compasivo, perdona, levanta a quien cae, fortalece a quienes lo siguen.
Lectura: Efesios 6,10-20
• San Pablo utiliza paradójicamente la imagen de un legionario romano para aconsejar a los cristianos de qué armaduras, escudos y armas se deben equipar para el combate espiritual.
• Esa es la armadura de Dios con la que hay que revestirse: cinturón, coraza, calzado, escudo, casco, espada. ¿Cuáles son estos implementos para la batalla espiritual? La verdad, la justicia, la presteza, el anuncio del Evangelio, la fe, la salvación, el espíritu, la palabra de Dios.
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Reflexión: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: En el camino hacia Jerusalén el Mesías es perseguido a muerte por Herodes. - Grecia, año 80: Hay que descubrir a Jesús como el auténtico profeta, y dejar que nos reúna en torno a su persona para anunciar con Él su mensaje de vida (cf. 13,34).
• Sentido Tema del Evangelio: “Jesús debe morir en Jerusalén”. Esta catequesis post pascual consta de las siguientes partes:
• Aviso (13,31). “Algunos fariseos” le comunican al Nazareno que Herodes tiene intención de eliminarlo como lo hizo con Juan Bautista. A este mandatario, que es un político no le importa la ética, sino que haya sometimiento en la población. Por otra parte, la Palabra del Maestro emociona al pueblo y puede suscitar levantamientos mesiánicos. Lección: Sin ética no puede haber ni educación sana ni evangelización, porque la verdad está en los hechos.
• Conciencia (13,32-33). Jesús tiene conciencia de ser profeta. Por eso, no le teme a Herodes y responde: “Vayan a decir a ese zorro”. Es la misma actitud de los antiguos profetas de su pueblo: No hay rey en la tierra que pueda oponerse a la tarea que Dios le ha encomendado; Él debe anunciar el Reinado de Dios, liberando a los seres humanos de todas las ataduras, que no los dejan crecer. “Y al tercer día habré terminado”. Moraleja: Si tienes una tarea recibida de Dios, no permitas que te defina lo que otras personas piensan de ti.
• Lamentación (13,34-35). El Señor pronuncia una lamentación por Jerusalén, pues también está ciega (“cuantas veces quise reunir a tus hijos”). En ella Jesús será rechazado por las autoridades y en el porvenir la ciudad será destruida. Mensaje: Quienes adoran el ídolo del poder no quieren personas vertebradas que busquen la verdad, sino que prefieren ciudadanos maleables.
Solemindad de Todos los Santos y Santas (aquí)
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