EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 30º durante el año


Lecturas: Éxodo 22,20-26 / Salmo 17,2-4.47-51 / I Tesalonicenses 1,5-10 / Mateo 22,34-40

Boton homilético - Francisco Quijano

• Los judíos lo saben de memoria, lo recitan diariamente: «Shemá Israel» «Escucha Israel». Unas intuiciones penetrantes de san Juan muestran con claridad algo que intuimos: lo esencial en la vida es el amor.

• Ante todo, el Amor, origen de cuanto existe. El universo, cada una de sus partes, todos los seres vivos, nosotros criaturas humanas provenimos del Amor: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó» (I Juan 4,10).

• La energía está en el inicio y la expansión del universo, todo lo penetra para sostener su dinamismo. Pero el Amor es su origen, de él proviene todo lo que existe –Dios Creador, Dios Amor– y su irradiación se extiende a toda la humanidad por el amor al prójimo.

• Segundo. Jesús es la garantía potentísima del Amor incondicional e indefectible. En Él, Dios que es Amor, nos garantiza que su amor vence a la muerte y todo aquello que destruye nuestro ser: «Hemos conocido lo que es el amor en Aquel que dio la vida por nosotros» (I Jn 3, 16).

• San Agustín: «Nadie diga: “No sé qué amar”. Ame al hermano y amará al Amor… El amor fraterno no sólo es don de Dios, sino que es Dios mismo. Por eso, cuando amamos al hermano en caridad, le amamos en Dios; y es imposible no amar al Amor que nos mueve a amar al hermano. De donde se sigue que aquellos dos preceptos no existen nunca el uno sin el otro.

• Tercero. El amor es principio de vida y vida inmortal. Solo el Amor vence a la muerte: ese es el misterio de la resurrección de Jesús. El amor es el principio de nuestra vida inmortal en este mundo: «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte» (I Jn 3,14).

• Cuarto. El amor lo envuelve todo. Es el origen de todo y todo se consuma en él. Es la plenitud de Dios, que infunde vida y la hace fructificar, que acompaña nuestro crecimiento y nos conduce hasta Dios. Es el Espíritu de Dios que nos diviniza: «Dios es amor: quien conserva el amor permanece en Dios y Dios en él» (I Jn 4, 16).

• Quinto. A la pregunta del doctor de la ley: «¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?», Jesús responde: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

• San Agustín: «Al hermano puedes conocerlo de vista, a Dios no. Si amases con amor espiritual al que ves en su rostro humano, verías a Dios, que es caridad, como es dado verlo con la mirada interior»  [De Trinitate L. 8, c. 8, 12]

 

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Claves para la homilía - Julián Riquelme
 

• Contexto. - Palestina, año 30: Después de la “purificación del templo”, los sacerdotes protestan en forma airada. - Antioquía (Siria), año 80: El Reino es para todos. Para ello hay que unir la experiencia de Dios y el amor a todos los seres humanos.

• Sentido. El tema del Evangelio trata del “mandamiento principal”. En el texto se pueden distinguir tres partes:

• La pregunta capciosa del doctor fariseo (Mt 22,34-36). Se quiso “poner a prueba” a Jesús, por dos motivos. Primero: Había 613 mandamientos, de los cuales 365 eran prohibiciones y 248 aparecían como prescripciones positivas; esto provocaba inquietud y culpabilidad en los sencillos, porque no podían cumplir tantas normas y leyes. Segundo: Los juristas no pensaban todos igual: la mayoría consideraba que todos los mandamientos tenían la misma importancia y obligatoriedad; otros defendían que guardar el sábado era la primera obligación de todo israelita; también había alguno que defendía el amor al prójimo como el principal. - Con sólo leyes externas, el ser humano no crece ni logra la libertad; permanece esclavo.

• La respuesta original de Jesús (Mt 22,37-39). Por una parte, el Nazareno une los dos mandamientos, identificando mística y compromiso, y, por otra parte, amplía el concepto de prójimo, abarcando a todos los seres humanos. En otras palabras, Jesús anuncia que el principal mandamiento, son dos: Unir el Señorío de Dios Padre (Dt 6,4-9: el “shemá” = “escucha”; primera oración diaria del israelita piadoso), y el Amor al prójimo como a ti mismo, incluyendo a los paganos (Lv 19,18). - Esto es aceptar el dinamismo de Dios, que quiere llegar a todos, a través nuestro.

• Resumen para la orientación fundamental de la vida humana (Mt 22,40). Las expresiones "Ley y Profetas" indican que estos dos mandamientos resumen el sentido más profundo de toda la Biblia, subrayando así la importancia del Amor para la conciencia de los seguidores del Señor. - Toda religión, toda teología, toda filosofía, toda ciencia, han de ir encaminadas a que el ser humano llegue a su plenitud sólo a través del Amor.