EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 25º durante el año


Lecturas: Isaías 55,6-9 / Salmo 144,2-3.8-9.17-18 / Filipenses 1,20-26 / Mateo 19,30-20,16

Botón homilético – Francisco Quijano

• El patrón paga el mismo salario a los obreros que trabajaron todo el día y a los que trabajaron una hora. Ese es el absurdo de la parábola. ¡Un escándalo a nuestros oídos!

• San Gregorio Magno (540-604) y otros padres de la iglesia antigua interpretan así esta parábola: los judíos, en distintas épocas, fueron convocados a trabajar en la viña del Señor, estos son los obreros de las primeras horas; los no judíos son los obreros de la última hora, o sea, nosotros.

• El mismo san Gregorio comenta: «Se puede decir que cualquiera que obra con recta intención es de alguna manera y en cierta medida trabajador de su viña». Así podemos entender la parábola hoy en día.

• Pablo dice justamente: «Dios quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad». Dios convoca a toda la humanidad a gozar de su amistad. Unos aceptan la invitación antes, otros después.

• Quienes aceptan primero la amistad de Dios, no tienen nada qué exigir. Quienes la aceptan después, no tienen nada de qué presumir. Para unos y otros, la amistad de Dios es una invitación y un don gratuitos.

• En palabras del patrón de la parábola: «Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué miras a mal que yo sea bueno?»

• Dios es bueno, derrocha bondad en todas sus criaturas, particularmente en nosotros, criaturas a su imagen y semejanza. «El Señor es bueno con todos, tiene compasión de todas sus criaturas».

• Sus designios no son comparables con los nuestros. Dice Isaías: «Como se alza el cielo por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y pensamientos de ustedes».

• «Let it be», deja que sea así, deja que Dios sea Dios. Su amor desbordante rompe nuestros esquemas. Lo enseña Jesús: «El Padre del cielo hace salir el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos». No dejes que no te carcoma la envidia (aquí)

⦁ Parábola de los viñadores – Código Áureo de Echternach, 1030-1050

 

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Claves para la homilía - Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Jesús va descubriendo, en su experiencia, que Dios es para todos igual; para todos es Amor; para todos es don infinito, sin excepción. - Antioquía (Siria), año 80: Se advierte, a quienes tienen mentalidad judía, que no es ningún privilegio haber accedido a la fe antes que los demás, porque ahora y en la futura consumación del Reino, el Amor de Dios es para todos.

• Sentido. Esta es la “Parábola de los trabajadores de la viña”. Se trata de una parábola alegorizada, que está construida con cuatro imágenes:

•  La autoridad soberana del dueño de la viña (Mt 20,1-2.8). El dueño representa a Dios; la viña hace referencia al antiguo Israel; el mayordomo es figura de Cristo. Para los israelitas, Dios es el único, que puede actuar como Amo absoluto de la historia humana; cualquier otro ser, que pretenda arrogarse tal poder, cometería un sacrilegio. ‒ El texto no alaba la flojera ni la injusticia, porque Dios nunca va contra los procesos de crecimiento humano, sino que los presupone y trata de llevarlos a plenitud.

•  Los varios turnos de contratados o apalabrados (Mt 20,3-7). A los primeros grupos se les promete un jornal; a los últimos no se les habla del pago, aunque se presupone que van a recibir algún pequeño salario. Desde la lógica humana, no hay ninguna razón para que el dueño de la viña trate con igual deferencia y Amor a todos los trabajadores: esto no ocurre generalmente en las sociedades humanas; sin embargo, Dios es el único que puede actuar así, porque Él es el Amor Absoluto. ‒ Si tomamos conciencia de que Dios está dentro de cada uno de nosotros, en todo ser humano y en el universo, no tiene sentido buscar como primera prioridad la retribución o el pago.

•  El jornal completo comenzando por los últimos (Mt 20,8-10). El “denario” o jornal, que es el sueldo completo de un día, simboliza el llamamiento gratuito a la comunión divina. La frase: “Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más”, contiene la clave, el punto de inflexión, el quiebre en el proceso lógico de la narración. El pago se inicia por los últimos contratados, para describir mejor las murmuraciones de los otros jornaleros y resaltar la actitud generosa del dueño. ‒ Hoy nuestra primera prioridad debiera ser el compartir voluntariamente con los demás, desde el Amor, porque Jesús manifestó el verdadero rostro de Dios, y cómo podemos responder a su don total.

•  Diálogo entre el dueño y quienes murmuran (Mt 20,11-15). La generosidad del dueño de la viña, especialmente para con los últimos trabajadores, aclara más el sentido de esta comparación literaria. ‒ La religiosidad humana dice a Dios: “yo te doy para que tú me des”; esta mentalidad puede ser válida, pero es insuficiente: porque el profetismo del Evangelio afirma que los seguidores de Jesús han de tratar de imitar a Dios en su Amor absoluto y desinteresado. 

La frase final de la parábola resume su mensaje: Todos somos iguales ante la vocación y la pertenencia al Reino de Dios.

• Parábola de los viñadores – Codigo bizantino del siglo XI