SEMANA XXII: EVANGELIOS

Sábado: «El Hijo del hombre es señor del sábado»


Evangelio de San Lucas 6,1-5

• «El Hijo del hombre es señor del sábado». San Marcos tiene otro dicho de Jesús que antecede a este: «El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado».

• El contexto es el mismo: la polémica de los fariseos con Jesús acerca del descanso sabático y otras instituciones de la religión judía. ¿Cuál es su sentido? ¿Qué validez tienen?

• Esta polémica sobrepasa el marco histórico de la época de Jesús. Concierne al sentido de todas las instituciones humanas de orden religioso, político, social. ¿Para qué son? ¿A quiénes sirven? ¿Quién se sirve de ellas?

• Una corrupción que debilita la convivencia es el deterioro de las instituciones de la vida en sociedad: la perversión en propio provecho de las funciones ejecutivas, legislativas y judiciales de gobierno. El fraude y la evasión de impuestos en los negocios. La costumbre de mucha gente de saltarse las leyes.

• Jesús llama la atención sobre la distorsión de las instituciones religiosas. Lo hizo muchas veces, lo cual le valió el repudio de quienes se aprovechaban de ellas. Esta crítica vale también para las instituciones culturales, políticas, sociales, económicas que agobian a la gente en vez de servirla.

• La Constitución Gaudium et spes del Concilio Vaticano II dice cuál es el sentido verdadero de las instituciones: «El principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (n. 25).

• De ello se hace eco el poeta español Luis Felipe Vivanco (1907-1975) en un poema que comienza así: «No se hizo el hombre para la bandera /sino la bandera para el hombre». Ya he recomendado su lectura en otras ocasiones, lo hago ahora en el ambiente de las fiestas patrias (aquí).

 

Lectura: I Corintios 4,6-16

• En sus dos cartas a los corintios, san Pablo usa de ironía y de unos desplantes sorprendentes para provocar en sus destinatarios, muy dados a jactarse, la reflexión y la mesura. Es una forma sutil de reprensión.

• Por esos desplantes, en los que se pone al tú por tú con los corintios en presunciones, conocemos un poco las experiencias vividas por el fariseo Saulo en el judaísmo y luego por el apóstol Pablo en sus misiones.

• De no ser san Pablo, un hombre veraz a carta cabal, quien usa tales figuras retóricas, uno diría que se trata de alguien que le da vuelo a su Yo. Lo hemos visto en México durante seis años.

 

 

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Reflexión – Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Varios maestros de la ley y los fariseos consideran que la observancia del sábado es el precepto principal de la Ley mosaica. - Grecia, año 80: Siempre hay que mostrar el rostro misericordioso de Dios y relativizar la Ley, especialmente cuando se trata de acompañar a los necesitados

• Sentido El Evangelio se refiere a la “observancia del sábado”. El texto se puede sintetizar en tres palabras:

• Hambre (6,1-2). Los fariseos consideran que, durante el tiempo de cosecha, el arrancar unas pocas espigas en sábado para satisfacer el hambre, es un trabajo de recolección, y, por lo tanto, es una falta en contra de la Ley (cf. Ex 20,8-11; Dt 5,12-15). Lección: Dios no es un legislador, sino un Padre lleno de Amor.

• Libertad (6,3-4). Así como David y sus compañeros subordinaron la Ley y dieron más importancia a saciar el hambre, así Jesús enseña a sus discípulos la libertad para posponer la Ley frente a la necesidad humana (cf. 1 S 21,2-7; Ex 25,23). Moraleja: La interpretación de las leyes no ha de esclavizar, sino propiciar el crecimiento de la vida de las personas.

• Sentido (6,5). Cristo enseña a sus seguidores que guardar el sábado no es tanto una obligación, sino más bien una necesidad para descansar y crecer desde la propia interioridad, agradeciendo a Dios sus dones (cf. Dt 5,12-15). Además, el Mesías da un sentido nuevo al uso del tiempo (cf. Lv 23,3). Mensaje: El sentido de la vida de todos ha de orientar nuestra experiencia del uso del tiempo.

Domingo XXIII durante el año (aquí)