Lecturas: Deuteronomio 8,2-3.14-16 / Salmo 147,12-15.19-20 / I Corintios 10,16-17 / Juan 6, 51-58
Botón homilético – Francisco Quijano
• «No solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios». Palabras del Deuteronomio para indicar el sentido de ese alimento –el maná– que comieron los israelitas en el desierto: un alimento que es don de Dios.
• En respuesta a la tentación de convertir las piedras en pan, Jesús responde al tentador con las mismas palabras: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
• Después de los panes multiplicados y distribuidos, la gente va tras Jesús. Él les dice: «Me buscan, no por las señales que han visto –los panes multiplicados– sino porque se han hartado de pan. Trabajen no por un alimento que perece, sino por un alimento que dura y da vida eterna».
• Esto es la Eucaristía: alimento de vida eterna. Jesús enfatiza: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida».
• Sí. Esa es la verdad que confiere a la Eucaristía todo su realismo. Jesús nos comunica en ella su vida de resucitado, que es vida divina.
• En nuestra vida mortal, amenazada hoy en día por el covid que ha quitado esta vida mortal a mucha gente, la realidad de la vida divina contenida en el Eucaristía tiene enorme sentido para la realidad de nuestra vida mortal amenazada.
• Además del alimento de nuestra inmortalidad, necesitamos el alimento de nuestro cuerpo mortal, necesitamos comer, necesitamos salud, necesitamos empleo, necesitamos producción, distribución, comercio, necesitamos consumo.
• San Pablo llama la atención a los corintios por su distorsión de la Eucaristía: «Cuando se reúnen, no comen la cena del Señor. Porque cada uno se adelanta a consumir su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se emborracha».
• Hay una vinculación estrecha entre la celebración de la Eucaristía y el compartir vida y haberes con la gente pobre. Si el pan de vida mortal es símbolo del pan de vida inmortal, también sucede al revés: el pan de vida inmortal indica la necesidad del pan de vida mortal. Esto es particularmente acuciante en tiempos de pandemia y cuarentena.
• La situación actual, angustiosa para muchísima gente, es una advertencia como la de san Pablo a los corintios: Tu Eucaristía, la Eucaristía de los presbíteros, la Eucaristía de la parroquia, la Eucaristía de las procesiones, la Eucaristía de la Iglesia, existe en razón de la multiplicación de los panes.
• Así fue como empezó Jesús este episodio a orillas del lago de Galilea y continuó después en la sinagoga de Cafarnaúm a orillas del mismo lago.
• O •
Claves para la homilía - Julián Riquelme
► Contexto Palestina, año 30: La gente de Cafarnaúm está desconcertada, porque esperan un Enviado de Dios, con poder de dominación. Sin embargo, Jesús es muy sencillo, anuncia el amor a los otros, y su servicio no es bullicioso. Jerusalén, año 100: Cuando se unen el Amor a los pobres y el compromiso por la equidad en la eucaristía, Cristo comunica la Vida de Dios, que ayuda a transformar el mundo.
► Sentido Esta es una parte del "Discurso del Pan de Vida". Jesús pone la alternativa: o seguirlo o abandonarlo continuando cada uno su propio camino. En este trozo bíblico se pueden detectar, por lo menos, tres rasgos fundamentales:
• La actitud de Jesús como alimento. El Maestro de Nazareth afirma: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan, que Yo daré, es mi carne para la Vida del Mundo”. Cristo Pan es principalmente su actitud, su persona, su Evangelio, su Buena Nueva de salvación. — Jesús invita a hacer nuestra su compasión por quienes sufren, su mismo amor por los humildes, su actitud de servicio a ras de tierra.
• La preocupación por la vida del mundo. Ante la perplejidad de sus oyentes, el Señor responde de manera solemne: “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes; el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día”. La carne y la sangre de Jesús es principalmente su entrega, su compartir, a favor de la Vida, porque Él ha “venido para que todos tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). — Jesús insiste en que hay que asimilarlo como se recibe el alimento, esto es, apropiarse de su energía y hacer nuestra su misma vida. Todo depende de mi actitud vital.
• El Nuevo Pan para la Vida Nueva. Finalmente Cristo dice: “Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma de este pan vivirá eternamente”. Dios Padre hace donación de su Hijo Jesús a todos como pan del cielo. — Practicando la solidaridad con el prójimo exigida por el Evangelio, y participando en la eucaristía, con el pan partido y repartido, viviremos para siempre.
• Francisco Goya (1746-1828) Multiplicación de los panes - Pintura para el Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz
Comunión con Jesús, Pan de Vida
― Juan 6, 35.48.51 ―
Jesús, Pan de Vida,
tú nos alimentas y fortaleces
con tu amor y tu palabra,
con tu compasión y generosidad,
con tu propia vida, cuerpo y sangre.
Hoy no podemos comulgar contigo
por el sacramento de la Eucaristía.
Acércate, entonces, a nosotros
en las personas que nos rodean,
en nuestro cariño y atención
para quienes necesitan nuestra cercanía.
Ven a nuestro corazón
para que sepamos acoger a los pobres
en nuestra oración,
a quienes han perdido su trabajo,
a quienes se sienten desolados.
A las personas afectadas por esta pandemia:
a quienes padecen esta enfermedad,
quienes han fallecido
que vivan contigo eternamente.
Sé tú, por nuestro medio,
aliento y fortaleza para todos ellos,
como lo fuiste para la multitud
que escuchaba tu palabra.
Amén
en-RED-ados
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