Evangelio de San Juan 17,11-19
• El coloquio de amigos había terminado. Al hablar con su Padre en la oración final de la Cena, Jesús se refiere a él llamándolo «Padre», pero también usa una palabra aparentemente neutra, «Nombre».
• Esta expresión «Tu Nombre» aparece cuatro veces en la oración de Jesús. ¿Qué significa? Tomo una breve explicación de J. Mateos y J. Barreto (El Evangelio de Juan): «El Nombre designa a la Persona, al Padre».
• En los vv. 6 y 26, Jesús dice: «He manifestado tu Nombre a los que separaste del mundo para cofiármelos» «Les di a conocer tu Nombre y se lo daré a conocer». Eso significa: «He manifestado tu persona a los hombres» «Les he dado a conocer tu persona».
• En los vv. 11 y 12, Jesús dice: «Padre Santo, cuida en tu Nombre a los que me diste» «Yo cuidaba en tu Nombre a los que me diste». Lo cual se entiende así: «Padre Santo, guárdalos unidos a tu persona» «Mientras estaba con ellos, yo los guardaba unidos a tu persona».
• Jesús pide que sus discípulos y los que vendrán después queden bajo el cuidado de su Padre, con el propósito de que vivan en comunión con Él: «para que sean uno como nosotros».
• Esta unidad es amor intersubjetivo de amistad, comunicación personal, comunicación de bienes: «Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío» (v. 10).
• Si cabe hablar así: el Amor del Dios Triuno se encarna en nuestra humanidad como un germen de amistad divina, que hace de cada uno de nosotros y de la humanidad en conjunto una realidad humano-divina.
• Los discípulos y sus sucesores –la comunidad de seguidores de Jesús, adheridos a él– es portadora de ese germen de amistad divina.
• Por eso, Jesús dice: «No te ruego que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno». La misión de sus seguidores consiste en ser germen de amistad en el mundo: «Así como tú me enviaste el mundo, yo también los envío al mundo».
• Nota: La celebración de San Matías el día de ayer no permitió leer el primera parte de la oración de Jesús al terminar la última cena; puede leerse (aquí)
Lectura: Hechos 20,28-38
• Pablo se despide de la comunidad de Éfeso. No volverán a verlo, irá a Jerusalén y allá será consignado ante el César. El sentido profundo de su despedida está en estas palabras: «Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde».
• En los Hechos de los Apóstoles que narra san Lucas, los apóstoles y ministros de la palabra son actores importantes. Pero el agente principal de la expansión del Evangelio es Dios, su gracia, el Espíritu Santo. Eso es lo que ocurre en la historia de la Iglesia a lo largo de los siglos.
• Estamos próximos a la celebración de Pentecostés. En la Liturgia de las Horas que rezan los sacerdotes y religiosos, hay lecturas magníficas acerca del Espíritu Santo. Esta de San Basilio Magno es una de ellas (aquí).
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Reflexión: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Los discípulos experimentan incertidumbre, pues no saben cómo terminará el camino que han recorrido junto con Jesús. - Jerusalén, año 100: La amistad, el amor y la misericordia del Padre por todos los seres humanos se manifiestan a través de Jesús y de sus verdaderos discípulos.
• Sentido El texto contiene “Parte de la oración de Jesús en la Última Cena”. En este trozo bíblico se pueden distinguir tres partes:
• La partida de Jesús al Padre (17,6a). La circunstancia es el momento de la despedida del Nazareno de sus discípulos. Se agrega palabras de la oración de Cristo, en las cuales Él expresa que, a través de sus obras, ha manifestado la amistad y el amor del Padre por todos los seres humanos; los discípulos han aceptado la palabra y la práctica de Jesús, con lo cual ellos han salido del mundo, es decir, del ámbito de las ambiciones injustas que deshumanizan a muchos. Además, el Nazareno considera que sus seguidores son un regalo de su Padre Dios. Lección: Las palabras y el actuar del Maestro en la Última Cena son su testamento para nosotros.
• Que el Padre guarde a los discípulos en la misión (17,11b-15). Jesús pide que los discípulos cultiven la unión con el Padre, así tendrán la fuerza para vencer las hostilidades del mundo y, como comunidad unida, manifestarán al Padre y a Cristo, sirviendo a los seres humanos. De ahora en adelante el Padre y Jesús habitarán en la interioridad de los discípulos. La mención del traidor es un aviso para que se evite ser cristianos de nombre, que no aman a sus semejantes, sino que buscan su provecho personal. El Nazareno suplica también al Padre que los suyos no sean sacados de la sociedad, pues ahí han de cumplir su misión, sino que sean preservados del “Maligno”: personaje simbólico que concentra todas las injusticias. Moraleja: El Pueblo de Dios no es del “mundo”. “Mundo” aquí significa el espacio de las grandes ambiciones humanas, que deshumanizan a muchas personas. Pero los seguidores de Jesús no debemos buscar un imposible puritanismo, replegándonos en un “gettho” incontaminado, sino que debemos correr el riesgo de la contaminación del mundo, aunque superándolo con la gracia de Dios.
• Que el Padre consagre a los discípulos con la verdad (17,16-19). El Nazareno pide al Padre que consagre a los discípulos de manera semejante a la suya, es decir, para una misión. “Consagrar con la verdad” significa comunicar el Espíritu Santo, que hace descubrir la verdad sobre Dios y sobre los seres humanos: impulsa a desarrollar el amor al modo de Jesús. Los discípulos no son un grupo que se aísla, sino que se pone al servicio de la maduración humana. Cristo colabora con ellos para que recorran juntos el mismo camino. Mensaje: La comunidad cristiana está siempre asechada por siembra de discordia y desunión. Jesús la invita a caminar juntos en la unidad, fruto de su entrega pascual.
Pascua VII: Jueves (aquí)
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