ORAR CON LA BIBLIA

Cuatro oraciones de comunión espiritual


Estas cuatro oraciones están inspiradas en los Evangelios. Tienen en cuenta distintas formas de comunión con Jesús, para estos tiempos en que no es posible participar en la Eucaristía.

 

Comunión con Jesús entre nosotros
― Mateo 18, 19.20 ―

Señor Jesús, tú nos enseñaste:
«Si dos de ustedes se ponen
de acuerdo en la tierra
para pedir cualquier cosa,
el Padre del cielo se la concederá.
Porque donde hay dos o tres
reunidos en mi nombre,
Yo estoy allí, en medio de ellos».
Estamos aquí, Jesús,
reunidos en tu nombre
y por tu presencia entre nosotros.

Ahora que no podemos
participar en la Eucaristía
y comulgar con tu Cuerpo y tu Sangre.
Tu presencia real, no visible,
en medio de nosotros, en nuestro hogar,
sostiene nuestra oración.
Presenta tú con nosotros nuestras súplicas
a Dios, nuestro Padre del cielo.
Él las escuchará, conforme a tu palabra.
Amén.

 

Comunión con Jesús, Pan de Vida
― Juan 6, 35.48.51 ―

Jesús, Pan de Vida,
tú nos alimentas y fortaleces
con tu amor y tu palabra,
con tu compasión y generosidad,
con tu propia vida, cuerpo y sangre.

Hoy no podemos comulgar contigo
por el sacramento de la Eucaristía.
Acércate, entonces, a nosotros
en las personas que nos rodean,
en nuestro cariño y atención
para quienes necesitan nuestra cercanía.

Ven a nuestro corazón
para que sepamos acoger a los pobres
en nuestra oración,
a quienes han perdido su trabajo,
a quienes se sienten desolados.
Sé tú, por nuestro medio,
aliento y fortaleza para todos ellos,
como lo fuiste para la multitud
que escuchaba tu palabra.
Amén

 

Comunión con Jesús, Resurrección y Vida
― Juan 11, 25 / 6, 54 ―

«Yo soy la resurrección y la vida.
Quien cree en mí, aunque muera, vivir»,
declaraste, Jesús, a Marta,
afligida por la muerte de Lázaro.

Maestro bueno,
amigo de Marta, María y Lázaro,
a quienes infundiste vida inmortal,
resucitando a Lázaro
y consolando a María y Marta.

Creemos que tú eres el Hijo de Dios:
fortalece nuestra fe,
infunde en nosotros tu vida de resurrección.
Quien come tu carne y bebe tu sangre
tiene vida eterna
y tú lo resucitarás en el último día.

Ahora que no podemos comer tu carne
ni beber tu sangre,
comunícanos tu vida
por el Espíritu Consolador,
para no desfallecer en nuestro amor por ti.
Amén.

 

Comunión con la Santa Tríada
― Juan 14, 23 ―

«Si alguien me ama cumplirá mi palabra,
mi Padre lo amará, vendremos a él
y habitaremos en él».

Estas palabras tuyas, Jesús,
a tus amigos en tu última comida
al despedirte de ellos,
son para nosotros hoy,
que no podemos comer contigo,
garantía de tu presencia en nosotros.

Presencia del Padre tuyo y nuestro.
Presencia del Espíritu de Amor y Gozo,
que prometiste sería nuestro Consolador
cuando estabas por padecer la cruz.

Esta vida de amistad en Dios,
Padre, Hijo, Espíritu de Amor,
nos mantiene unidos místicamente,
al no poder participar de la Eucaristía.
Gracias por esta presencia tuya indefectible.
Amén.