EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 2º de Pascua


Lecturas: Hechos 2,42-47 / Salmo 117,2.4.13-15.22-24 / I Pedro 1,3-9 / Juan 20,19-31

Botón homilético – Francisco Quijano

• Comienzo este botón (ya florecido) con unas palabras de Juan Ramón de la Fuente, psiquiatra mexicano, que fue rector de la UNAM de 1999 a 2007 y es ahora embajador de México en la ONU. Dicen algo que puede ayudarnos a comprender el Evangelio de este Domingo de Cuasimodo.

«Fui positivo al Covid-19 y me sometí a una cuarentena rigurosa. Aunque estoy sano, tengo 68 años, que es un factor de riesgo. No obstante, mi evolución clínica ha sido muy benigna, prácticamente sin síntomas, como ocurre en 8 de cada 10 personas que contraen el virus. Trabajo a distancia y le he encontrado un enorme sentido a esta forma de seguir laboralmente activo. Escucho algo de música y puedo leer más. Me tranquiliza saber que mi familia y mis colaboradores están todos bien. Siempre guardamos sana distancia. Mi distancia de ellos ha sido física pero no social, estoy en constante comunicación con todos ellos. Menos aún me he distanciado afectivamente, al contrario, en todo caso ha habido una mayor cercanía. Sugiero que hablemos de distanciamiento físico (que no social) con acercamiento afectivo. Si usted no lo ha hecho, inténtelo, verá que funciona bien. Se cuida, protege a los otros, y puede establecer una genuina relación amorosa con la gente que le significa algo en su vida. De la forma como procesemos nuestra experiencia, individual y colectiva, dependerá nuestro futuro» [El Universal 13.4.2020].

• Distancia física, no social, acercamiento afectivo. Eso es justamente lo que sucede en la doble escena evangélica que presenta san Juan en el capítulo 20 de su Evangelio.

• En la primera escena, ninguno de los diez discípulos, Tomás estaba ausente, toca a Jesús ni él a ellos (guardaron sana distancia). Si bien Jesús sopla sobre ellos (acción contraindicada).

• Pero el aliento de Jesús es aliento de vida, como el aliento que infundió Dios a la figura de barro en el relato de Génesis 2. Es símbolo del Espíritu Santo que comunica a sus discípulos, Espíritu de vida, comunión y perdón.

• En la segunda escena, Tomás está decidido a tocar las llagas de Jesús para vender sus dudas. Jesús lo invita a meter el dedo en sus manos y la mano en su costado (justo lo contraindicado).

• Pero, ¿qué sucede? Tomás no lo hace. Al contrario, solo se rinde ante el Maestro y pronuncia un acto de fe: «¡Señor mío y Dios mío!». ¡Nótese de paso que Tomás no toca las llagas de Jesús en ninguna de las dos ilustraciones de esta página!

• La doble escena termina con una declaración de Felicidad por Jesús: «¡Felices los que creen sin haber visto!». Como si la sana distancia fuera ya no solo del tacto, sino también de la vista y de los demás sentidos: no ver, sino creer.

• Conjugo esta lectura cuarentenaria del Evangelio con la experiencia cuarentenaria de Juan Ramón de la Fuente. Una experiencia que también puede ser nuestra.

• Estamos confinados dentro de nuestro cuerpo y nuestros sentidos, atrofiados del tacto, sometidos a medidas de asepsia respiratoria. Que no haya contacto, sana distancia.

• Pero está sucediendo, al parecer, que se están activado otras formas de comunicación y cercanía. Hasta las redes sociales y los medios virtuales,que sirven para muchas cosas, entre otras discutir y pelear en la arena política, parece que se están orientado a guardar comunicación con los demás.

• Estamos desposeídos de la cercanía física, del tacto y de la calidez de las caricias, de la suavidad y de la consistencia de los cuerpos... Pero se ha desarrollado la cercanía social, el afecto y la comunicación con los demás que están a distancia.

• A lo mejor de esta pandemia y sus cuarentenas va a surgir, a contrapelo, una solidaridad latente, a veces ignorada, otras despreciada. No hay sociedad que subsista sin esa solidaridad generosa entre quienes forman parte de ella. 

• A lo mejor surgen también nuevas formas de tratarse, medios no imaginados de consolidar nuestra convivencia, con voluntad de ser mejores y colaborar en mejorar nuestra vida en común.

• Eso es una forma de resucitar con Cristo a una Vida Nueva.

• Carl Bloch (Copenhague 1834-1890): La duda de Tomás

 

• O •

 

Claves para la homilía - Julián Riquelme

Contexto Palestina, año 30: Si los líderes religiosos de Israel crucificaron a Jesús, intentarán acabar con sus seguidores. Por eso, “las puertas cerradas por temor a los judíos” (cf. Jn 20,19 y 26). Jerusalén, año 100: Después de muchas dificultades, vacilaciones y dudas, los discípulos experimentaron que Jesús seguía vivo, y, además, les estaba comunicando a ellos su misma Vida. Éste es el mensaje de Pascua.

Sentido El texto sagrado habla de dos apariciones de Cristo a los discípulos (Jn 20,19-29), y agrega la primera conclusión del Cuarto Evangelio (Jn 20,30-31). El género literario es el de las “apariciones”, que es un intento por comunicar con imágenes vivas la experiencia pascual; esa vivencia fue fruto de un proceso interior, en el que tuvo mucho que ver las reuniones de los discípulos. En el escrito se pueden distinguir, entre otros, los siguientes elementos:

 • Jesús se interesa por su comunidad (Jn 20,19-23). Vuelve a los suyos en la situación de la vida real; sale al encuentro de manera inesperada y los saluda. Como Resucitado les comunica regalos para la misión: El don del Espíritu Santo, que capacita para formar nuevas comunidades y anunciar la resurrección; la paz, entendida como armonía con el Dios de Jesucristo, con los seres humanos, y con la naturaleza; el perdón y la liberación de toda esclavitud, incluida la de la lejanía de Dios. ⦁ Creer en Jesús Resucitado produce en nosotros una enorme transformación, que invita a cambiar nuestra experiencia, nuestros horizontes y nuestras actitudes.

• La historia de Tomás (Jn 20,24-29). Este discípulo muestra su incredulidad: No le cabe en la cabeza que el Mesías se manifieste en la entrega del Crucificado. Jesús se hace presente de nuevo y concede la señal pedida por Tomás, no aisladamente, sino en comunidad. Sin embargo, cuando él se encuentra con el Amor gratuito de Cristo, brota desde su interior esta confesión, que contiene nuestra fe común: “¡Señor mío y Dios mío!”. El proceso de fe de Tomás, es símbolo y modelo de la verdadera actitud de fe. ⦁ Nosotros y los creyentes del futuro no estamos en situación de inferioridad respecto a los primeros testigos de la Resurrección.

• Los otros signos (Jn 20,30-31). Es la primera anotación final del Evangelio de Juan. El objetivo de esta obra es la fe en Jesús, que obtiene la Vida: Como Jesús, se puede resucitar antes de morir, si practicamos el Amor al Prójimo (cf. Jn 13,34). ⦁ Si descubrimos los “muchos otros signos”, que Jesús realiza en nuestra propia existencia y en el mundo contemporáneo, crecerá la fe en Él, y recibiremos de Él la comunicación de la Vida Definitiva.

 

Comunión con Jesús Pan de Vida Eterna

Jesús, Pan de Vida Eterna,
tú alimentas y fortaleces nuestra vida
con tu amor y tu palabra,
con tu compasión y generosidad,
con tu propia vida, cuerpo y sangre.

Hoy no podemos comulgar contigo
por el sacramento de la Eucaristía.
Acércate, entonces, a nosotros
en las personas que nos rodean,
en nuestro cariño y atención
para quienes necesitan nuestra cercanía.

Ven a nuestro corazón
para que sepamos acoger a los pobres
en nuestra oración,
a quienes han perdido su trabajo,
a quienes se sienten desolados.
Sé tú, por nuestro medio,
aliento y fortaleza para todos ellos,
como lo fuiste para la multitud
que escuchaba tu palabra.
Amén