EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 4º de Cuaresma


Lecturas: I Samuel 16,1.5-7.10-13 / Salmo 22,1-6 / Efesios 5,8-14 / Juan 9,1-41

Botón homilético – Francisco Quijano

• Estupendo relato de San Juan con una intensidad dramática notable. Hay que leerlo completo. Está enmarcado por dos sentencias de Jesús: «Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo» (v.5). «He venido a este mundo para un juicio: para que los ciegos vean y los que ven queden ciegos» (v.39).

• Estas dos sentencias confieren a la sanación del ciego una dimensión simbólica trascendente. El relato da cuenta de varios juicios contradictorios: quien está sometido a juicio es el ciego sanado, son sus padres, es Jesús, son los judíos... eres tú también, es nuestra humanidad.

• El ciego que recobra la vista da testimonio de los hechos, su curación, contra la ceguera de los fariseos y la evasión de sus padres por temor a los judíos.

• La gente, sorprendida, duda de los hechos. Los fariseos, que no pueden negar los hechos, se enceguecen y arremeten contra el hombre sanado, lo expulsan de la sinagoga.

• Quien se halla en medio del drama es Jesús. Lo que está en juego no es solo lo que aparece en la escena. Es el trance en que nos encontramos todos ante la luz que nos permite ver y tomar partido. Las situaciones en que cada quien se encuentra son muy variadas.

• «Yo soy la luz del mundo». Esta declaración es la clave de la curación del ciego y de la curación de nuestras cegueras. «He venido para un juicio». Juicio que es crisis, parteaguas, separación, quienes dicen «Sí», quienes dicen «No». ¿Dónde me encuentro, en el «Sí», en el «No»? Pero, ¿de qué «Sí» y qué «No» se trata?

• Jesús añade de qué juicio se trata: «He venido para que los ciegos vean y los que ven queden ciegos». Juicio, crisis, toma de posición de cada cual, actor o espectador del drama: se nos invita a tomar posición frente a los hechos, frente a quien proclama: «Yo soy la luz del mundo».

• Esta crisis es también reconocimiento de la luz primordial en la primera creación: «Que exista la luz. Y la luz existió». La curación del ciego con lodo evoca la imagen de la primera creación. Luz, arcilla, visión: es una parábola viva de la recreación de nuestra humanidad.

• San Pablo usa la imagen de la luz para hablar de nuestra recreación: «Ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos – e hijas – de la luz... El fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad» (vv.8-9).

 

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Claves para la homilía - Julián Riquelme

Contexto  Palestina, año 30: Para el Jesús histórico, la vida de las personas tenía más valor que el cumplimiento de la Ley del Sábado. ► Jerusalén, año 100: Creer en Jesús hace germinar en nosotros el Amor de Dios, e irradiarlo como Luz hacia las otras personas. El seguimiento de Cristo permite que las Tinieblas decrezcan en nuestro interior.

Contenido El tema del Evangelio es “La sanación del ciego de nacimiento”. El relato es principalmente simbólico, construido sobre una doble oposición: la Luz y las Tinieblas. “Estar en la Luz” es experimentar la Vida Plena, participar del Amor de Dios, y gozar de la Libertad. “Permanecer en las Tinieblas” es sumergirse en la Muerte, subsistir en el Desamor, y habituarse en la Esclavitud. El camino para superar esta bipolaridad es adherir a la persona de Jesús y vivir su Evangelio (Jn.8,12). Todos somos ciegos hasta que hemos aceptado la Luz: Jesucristo. El texto puede dividirse en tres partes:

• Sanación y cambio del ciego (Jn 9,1.6-9). Jesús no rechaza al ciego, no tiene miedo de acercarse a él, incluso lo toca: “Hizo barro con la saliva, y lo puso sobre los ojos del ciego” (9,6). Después de lavarse en la piscina, el ciego comienza a ver y a adquirir madurez personal: “Él decía: "Soy realmente yo" (9,9c). ⦁ Todos los ciegos, enfermos y discapacitados tienen una dignidad inherente, previamente dada por Dios, anterior al reconocimiento que le pueda hacer una sociedad determinada. Cuando se reconoce esa dignidad, empiezan a crecer personalmente.

• Interrogatorio del ex ciego y división entre los fariseos (Jn 9,13-17). “Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos” (9,14). Para Jesús, el enfermo vale más que el sábado. El hecho desconcierta a los dirigentes judíos, porque relativiza sus presupuestos, prejuicios y premisas. Interrogan al ex ciego y se dividen entre ellos. “Entonces dijeron nuevamente al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?" El hombre respondió: "Es un profeta". Ellos le respondieron: "Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?" Y lo echaron” (9,17.34). Los fariseos no quieren aceptar el Amor de Dios Padre, manifestado en Jesús; excomulgan al antiguo enfermo, y ellos se quedan encerrados en su Ley, en su prestigio y en su poder. ⦁ Los limitados, marginados y sufrientes no pueden darse cuenta de su dignidad, si no se les trata con respeto, simetría (mismo nivel) y amor. Además, ellos no pueden apropiarse de la Buena Nueva de Jesús, si la evangelización no manifiesta el Amor de Dios por ellos.

• Diálogo y adhesión del antiguo ciego a Cristo (Jn 9,34-38). El ciego no tiene miedo de expresar lo que piensa ante los jefes. Ha experimentado la Luz, tiene que salir de la sinagoga. Los fariseos lo expulsan, porque prefieren la Ley al crecimiento humano; Jesús lo busca. El relato termina con la aceptación libre de Jesús por parte del antiguo ciego. ⦁ La mentalidad social tiende hoy a mirar con conmiseración, o con desprecio a una persona discapacitada. Motivo: Se tiene como modelo a la persona competitiva, que logra éxitos, que se manifiesta brillante antes los demás. Se busca la excelencia por sobre la solidaridad.

⦁ Mosaico del Centro Aletti en el Atrio del Centro San Benedetto Menni, Isla Tiberina, Roma