EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 2º de Pascua


Lecturas: Hechos 5,12-16 / Salmo 117,2-4.22-27 / Apocalipsis 1,9-13.17-19; Juan 20,19-31

Botón homilético – Francisco Quijano

⦁ «¡Felices los que creen si haber visto!» Últimas palabras de Jesús en el Evangelio de Juan (sin el capítulo 21). ¿Qué quiere decir esta declaración de dicha? ¿Será que la fe es una adhesión ciega?

⦁ Vivmos tiempos de adhesión ciega a creencias, ideologías, visiones miopes, a personajes públicos impresentables. Hay más comunicación y menos pluralidad de pesamiento.

⦁ La fe cristiana no es adhesión ciega a una particular idea: es la visión de la plenitud de vida a la que estamos llamados. Jesús muestra sus heridas a los discípulos. Ellos las ven pero su fe es más de lo que ven.

⦁ Juan dice de su Evangelio: «Fue escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo tengan Vida en su nombre»

⦁ Las heridas de Jesús, llagas gloriosas les llama la liturgia pascual, nos curan de la violencia a la que conducen pensamientos y convicciones que aniquilan a los demás.

⦁ Primer fruto de la resurrección de Cristo: el don de la paz y del Espíritu. Por este don accedemos a la dimensión ilimitada de su vida divina.

⦁ Contemplamos a Jesús como el vidente Juan en la isla de Patmos: “Yo soy el primero y el último, estuve muerto y ahora estoy vivo, tengo las llaves de la muerte y del abismo”.

 

Claves para la homilía – Julián Riquelme

Contexto - Palestina, año 30: Los líderes religiosos de Israel crucificaron a Jesús, e intentan acabar con sus seguidores. Por eso, “las puertas cerradas por temor a los judíos” (cf. Jn 20,19 y 26). - Jerusalén, año 100: Después de muchas dificultades, vacilaciones y dudas, los discípulos experimentaron que Jesús seguía vivo, y, además, les estaba comunicando a ellos su misma Vida. Éste es el mensaje de Pascua.

Sentido El texto sagrado habla de dos apariciones de Cristo a los discípulos (Jn 20,19-29), y agrega la primera conclusión del Cuarto Evangelio (Jn 20,30-31). El género literario es el de las “apariciones”, que es un intento por comunicar con imágenes vivas la experiencia pascual; esa vivencia fue fruto de un proceso interior, en el que tuvo mucho que ver las reuniones de los discípulos. En el escrito se pueden distinguir, entre otros, los siguientes elementos:

⦁ Jesús se interesa por su comunidad (Jn 20,19-23). Vuelve a los suyos en la situación de la vida real; sale al encuentro de manera inesperada y los saluda. Como Resucitado les comunica regalos para la misión: El don del Espíritu Santo, que capacita para formar nuevas comunidades y anunciar la resurrección; la paz, entendida como armonía con el Dios de Jesucristo, con los seres humanos, y con la naturaleza; el perdón y la liberación de toda esclavitud, incluso los desaciertos en lograr nuestra plenitud.- Creer en el Resucitado produce en nosotros una gran transformación: invita a cambiar nuestra experiencia, nuestros horizontes y nuestras actitudes.

⦁ La historia de Tomás (Jn 20,24-29). Este discípulo muestra su incredulidad: No le cabe en la cabeza que el Mesías se manifieste en la entrega del Crucificado. Jesús se hace presente de nuevo y concede la señal pedida por Tomás, no aisladamente, sino en comunidad. Sin embargo, cuando él se encuentra con el Amor gratuito de Cristo, brota desde su interior esta confesión, que contiene nuestra fe común: “¡Señor mío y Dios mío!”. El proceso de fe de Tomás, es símbolo y modelo de la verdadera actitud de fe.- Nosotros y los creyentes del futuro no estamos en situación de inferioridad respecto a los primeros testigos de la Resurrección.

⦁ Los otros signos (Jn 20,30-31). Es la primera anotación final del Evangelio de Juan. El objetivo de esta obra es la fe en Jesús, que da Nueva Vida: Como Jesús, se puede resucitar antes de morir, si practicamos el Amor al Prójimo (cf. Jn 13,34).- Si descubrimos los “muchos otros signos”, que Jesús realiza en nuestra propia existencia y en el mundo contemporáneo, crecerá la fe en Él, y recibiremos de Él la comunicación de la Vida Definitiva.