Lecturas: Hechos 10, 34a.37-47 / Salmo 117, 1-2.16-17.22-23 / Colosenses 3,1-4 / Lucas 24, 1-12

Botón homilético – Francisco Quijano

⦁ «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ¡ha resucitado!». Oposición radical: muerto / vivo, cadáver / resucitado, sepulcro / libertad. ¿Es creíble? Se necesita un salto en la fe para aceptarlo. ¿Es un salto en el vacío? No. Hay indicios de que es una aventura al infinito.

⦁ Jesús había sido ejecutado. Fue sepultado a toda prisa. Las mujeres van al sepulcro, quieren embalsamarlo. Su atención estaba puesta en el cadáver.

⦁ Algo las sorprende, se asustan, miran el suelo, no quieren ver. Una interrogación dirige su atención hacia otra realidad: «Al que buscan entre los muertos está vivo, no está aquí, ha resucitado». No hay que mirar hacia atrás sino hacia adelante.

⦁ Curiosa invitación, porque la voz invita también a recordar: «Acuérdense que cuando estaba todavía en Galilea les dijo... Y ellas recordaron sus palabras». Hay dos formas de recordar el pasado: tenerlo como muerto y cerrado sobre sí; o asumirlo como un pasado que se proyecta en futuro de vida.

⦁ Hay que repasar la vida de ese hombre que murió en el Gólgota, recordar lo que dijo, atender a los signos de vida que fue dejando a su paso. Preguntarse: ¿Tendrá que terminar todo en la nada? ¿Habrá alguien capaz de rescatar la vida de la muerte?

⦁ Jesús creyó que sí: Dios, su Padre, un Amor incondicional que no puede dejar que nada se pierda en la nada.

⦁ A Jesús debemos que nuestro pasado de muerte sea un futuro de vida. No es una memoria de lo que sucedió y quedó cerrado sobre sí. Es memorial de una muerte que es principio de vida.

⦁ La pregunta que escucharon las mujeres es la misma que escuchamos nosotros: tu pasado, ¿es un pasado muerto y cerrado? ¿O es un pasado abierto a un futuro de vida? ¿En quién pones tu atención? ¿En el que se halla entre los muertos? ¿O en el que el que está vivo?

⦁ Évrard d'Espinques (1440-1494): Viñeta de Jesús resucitando a los muertos