PALABRA DEL MES

Cuando un A-Dios se perfila...
por Christian de Chergé

El sábando 8 de diciembre serán beatificados en Orán, Argelia, diecienueve mártires, entre ellos los siete monjes trapenses de Tibhirine.

La película De dioses y hombres difundió el testimonio de los siete monjes trapenses de Tibhirine en Argelia: el prior, Christian de Chergé (59); y sus compañeros: Luc Dochier (82), Christophe Lebreton (45), Bruno Lemarchand (66), Michel Fleury (52), Célestin Ringeard (62), Paul Favre-Miville (57), que murieron a manos de un grupo islámico violento. Dos de ellos escaparon al no haberlos encontrado los secuestradores: Jean-Pierre Schumacher y Amédée Notte. 

El 26 de marzo de 1996 por la noche un comando del Grupo Islámico Armado (GIA) los secuestró. El 21 de mayo el mismo grupo entregaba a la prensa este comunicado: “Hemos decapitado a siete monjes”.

La amenaza de muerte ya había sido anunciada. En octubre 1993, el GIA advirtió que los extranjeros deberían abandonar el país; el 14 de diciembre comenzó a cumplir su amenaza con la decapitación de 12 croatas muy cerca de Tibhirine. El 24 de diciembre un comando irrumpió en el monasterio trapense, pero la amenaza no pasó a mayores. Estos hechos movieron al prior, Christian, a redactar un testamento que lleva dos fechas: Argel, 1 de diciembre de 1993, y Tibhirine, 1 de enero de 1994.

Christian estuvo ligado a Argelia desde niño porque su papá, oficial francés, estuvo destinado a ese país. El testamento alude a este hecho. Después en 1959, Christian cumplió su servicio militar en Argelia. Sufrió entonces un atentado del Ejército de Liberación Nacional (ALN), del cual lo libró un amigo policía, Mohamed, que sería asesinado al día siguiente.

En su testamento, Christian juega con el significado de dos palabras: A-DIEU y ENVISAGER. En la primera, el guion sugiere un significado más profundo que el simple ADIOS de despedida: es un IR-HACIA-DIOS, cuyo ROSTRO (VISAGE) será contemplado al encontrarse con Él.

El verbo ENVISAGER significa considerar, examinar, PERFILAR. Al final del testamento, Christian dice de quien habría de quitarle la vida: «Sí, a ti también te digo GRACIAS, y este A-DIOS que SE PERFILA EN TI». Con ello, da a entender que es un IR-HACIA-DIOS, cuyo ROSTRO SE PERFILA en quien le quitará la vida. La hondura de fe y simbolismo en este juego de palabras es sorprendente.
 


Christian de Chergé y sus compañeros mártires

 

Cuando un A-Dios se perfila...


Si me sucediera un día ‒y podría ser hoy‒ ser víctima del terrorismo que parece decidido a abarcar en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia, querría que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida fue ENTREGADA a Dios y a este país. Que acepten que el Único Dueño de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal. Que recen por mí: ¿cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda? Que sepan asociar esta muerte a muchas otras tan violentas que han sido olvidadas en la indiferencia del anonimato.

Mi vida no tiene más valor que cualquier otra. Tampoco tiene menos. No tiene, en todo caso, la inocencia de la infancia. He vivido lo suficiente como para saber que soy cómplice del mal que, por desgracia, parece prevalecer en el mundo, aun del que podría golpearme ciegamente. Querría, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permitiera pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos en humanidad, y aun perdonar de todo corazón a quien me hubiera herido.

Yo no podría desear una muerte semejante; me parece importante confesarlo. No veo, en efecto, cómo podría alegrarme de que este pueblo al que amo sea acusado indiscriminadamente de mi asesinato. Sería pagar muy caro lo que se llamará quizás «gracia del martirio» tener que hacerlo a un argelino, quienquiera que sea, especialmente si dice que actúa por fidelidad a lo que cree ser el Islam. Soy consciente del desprecio que se ha volcado contra los argelinos en conjunto. Soy consciente también de las caricaturas del Islam fomentadas por cierto islamismo. Es muy fácil sentirse con la conciencia tranquila cuando se identifica este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.

Para mí Argelia y el Islam son otra cosa, son un cuerpo y un alma. Creo haberlo proclamado con frecuencia, a sabiendas de lo que de ellos he recibido, al haber encontrado muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia, precisamente aquí en Argelia, y desde entonces en el respeto a los creyentes musulmanes. Mi muerte, por supuesto, parecerá dar la razón a quienes me han tratado a la ligera de ingenuo o de idealista: «¡Que venga ahora a decirnos qué piensa de esto!». Pero estos deben saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad. Podré entonces, si Dios quiere, fundir mi mirada en la del Padre para contemplar con Él a sus hijos del Islam tal como Él los ve, enteramente radiantes por la gloria de Cristo, frutos de su Pasión, inundados por el don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre establecer la comunión y restaurar la semejanza jugando con las diferencias.

Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente para este GOZO en todo y contra todo. En este GRACIAS que de ahora en adelante lo dice todo sobre mi vida, incluyo ciertamente a ustedes, amigos de ayer y de hoy, también a ustedes, mis amigos de aquí, junto con mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos, ¡el céntuplo concedido conforme a la promesa! Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí, a ti también te digo GRACIAS, y este A-DIOS que se perfila en ti. Y que nos sea concedido encontrarnos de nuevo, ladrones felices, en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.

¡AMEN! ¡IN SHA ‘ALLAH!

Argel, 1 de diciembre de 1993 / Tibhirine, 1 de enero de 1994

Christian

 

Presentación y traducción de Francisco Quijano OP

Diciembre 2018