EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 1º de Adviento


Lecturas: Jeremías 33,14-16 / Salmo 24,4.5.8.10-14 / I Tesalonicenses 3,12-4,2 / Lucas 21,25-28.34-36

Botón homilético – Francisco Quijano

«Comparecer seguros ante el Hijo del Hombre». ¿Es algo de temer? ¿Qué sentido tienen estas palabras?

• El escenario apocalítico de la manifestación con poder y gloria del Hijo del Hombre provoca extrañeza, quizá temor. ¿Dónde, cuándo, cómo será esta manifestación de Cristo glorioso? ¿Al final de los tiempos?

• Cambiemos el escenario, dice Pablo a Timoteo: «En presencia Dios, que da vida a todo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con su noble confesión, te encargo...» Jesús se tuvo en pie ante Pilato para dar testimonio del Dios de la vida.

• Eso mismo nos dice Pablo ahora: «Que el Señor los haga rebosar en amor mutuo… que fortalezca sus corazones para que puedan presentarse santos ante Dios, nuestro Padre, cuando el Señor Jesús se manifieste…»

• Este Domingo primero de Adviento nos presenta, con imágenes apocalípticas y simbólicas, un misterio que es fuente de esperanza: nuestro destino último no es simple hecho más en el devenir el universo, una hoja que se pierde en el fluir de un arroyo.

• Nuestro destino es comparcer ante Dios, Creador de todo lo que existe, Padre que da vida eterna, para ser glorificados con Cristo, vencedor del pecado y de la muerte. Este es el testimonio que hemos de dar.

 

 

Claves para la homilía – Julián Riquelme

► Contexto - Palestina, año 30: Desde que fue discípulo del Bautista, Jesús utiliza en parte el lenguaje apocalíptico y escatológico, y se refiere al Reino de Dios como algo futuro y presente a la vez. - Grecia, año 80: Las primeras comunidades cristianas vivieron en la contradicción de una escatología realizada y una escatología futura: “Ya”, por parte de Dios; “pero todavía no”, por parte nuestra; pero consideraron más importante transformar la realidad presente.

► Sentido El Evangelio trata de la “Venida del Mesías”. Se usa el lenguaje apocalíptico y el escatológico, para alimentar la esperanza de los seguidores de Jesús, en situaciones de crisis y de persecución. El texto contiene los siguientes aspectos:

• La Venida del Hijo del hombre ya comenzó en la Pascua de Jesús (Lc 21,25-27). Las señales en el sol, la luna y las estrellas (Lc 21,25ª.26b), son parte de una teofanía (gr. “theos” = dios, “fainos” = manifestación), que pone por testigos a los astros, para invitar a los seres humanos al gozo y a la alegría (cf. Dt 30,19; Am 8,9; Is 13,9-10; 34,4). La otra parte de la teofanía es la angustia y el miedo de la gente ante el rugido del mar y la violencia de las olas (Lc 21,25b-26ª): Esto se refiere a la acción liberadora de Dios en el Éxodo de Egipto (Sal 64 [hb 65], 8s; 76 [hb 77], 15.17.20), que ahora se está realizando de manera nueva. ¿Cuál es el centro de esta teofanía o manifestación divina? ¿En qué momento ocurre? Durante la Pasión: cuando Jesús está ante los dirigentes religiosos (el Sanedrín), y le preguntan: “Dinos si eres el Mesías”. A lo que Jesús responde: “En adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso” (Lc 21,27; 22,69; cf. Dn 7,13-14; Is 52,13-53,12; Sal 109 [110],1).- Lo importante es que Cristo está viniendo en este instante, y requiere que le abramos nuestro corazón para llenarnos de su Paz.

• Llamado a levantar el ánimo (Lc 21,28). Se invita a dejar de lado el cansancio, la apatía, el desánimo y la decepción, pues en la Pascua de Jesús se inicia definitivamente la liberación de todos los seres humanos.- Dios ya ha dado todo lo que puede darnos. Descúbrelo en lo hondo de tu ser y aparecerá a través de ti.

• Invitación a la vigilancia (Lc 21,34-36). Se exige una actitud adecuada, basada principalmente en la vigilancia y en la oración, para encontrarnos personalmente con el Señor Jesús. Si el encuentro no se produce, es porque estamos dormidos o, con la atención puesta en otra parte.- Lo que depende de mí no lo puede hacer Dios, ni lo puede hacer otra persona por mí. Lo importante es que yo actúe por amor en el momento actual.