EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 6º de Pascua


Botón homilético                                                                                                   Francisco Quijano OP

Domingo 6º de Pascua (6.5.2018) Juan 15, 9-17

● ¿Es Dios nuestro amigo? ¿Somos amigos de Dios? Estas preguntas pueden sorprendernos. Ver a Dios como amigo no es habitual. Tomás de Aquino trata esto de forma diferente: pregunta si la caridad es amistad, amistad con Dios, con los demás, con la creación…

● Responde que sí por tres razones sorprendentes. Una: para que haya amistad, se necesita comunión entre personas amigas, fundada en algún bien que comparten. Y Dios comparte con nosotros el mejor bien que puede darnos: su felicidad, su gozo, su vida.

● Dos: la amistad consiste en querer a la otra persona por ella misma, por ser quien es, porque existe, no por ser útil o placentera. Y Dios nos quiere tal como somos, se goza en nosotros.

● Tres: la amistad requiere reciprocidad entre amigos, amigas, querer el bien de la otra persona como se quiere el propio bien. Y Dios quiere que su felicidad sea la nuestra y la nuestra la suya.

● Al tratar este punto, Tomás cita justamente el Evangelio de hoy: «Ya no los llamo siervos, los llamo amigos». ¿Por qué?

● Porque les he dado a conocer lo que escuché de mi Padre. Porque quiero que permanezcan en mi amor como yo en el amor de mi Padre. Porque quiero que mi alegría esté en ustedes y los llene de gozo. Porque yo los he elegido para que den mucho fruto.

● Este pasaje, que sigue a la alegoría de la vid y los sarmientos, traduce en términos de amistad la comunión entre el Padre y Jesús, Jesús y nosotros, nosotros y los demás.

● En el centro del anuncio cristiano y de nuestro destino está una verdad esplendorosa: Dios es nuestro amigo, está en comunión con nosotros, quiere que vivamos en la felicidad de esta amistad suya.

 

 

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Claves para la homilía                                                                          Julián Riquelme OP
 
● Contexto. - Palestina, año 30: Jesús participó con sus discípulos en una cena un día de la semana, en que murió. Por su carácter de despedida, ellos la convirtieron en una cena entrañable. - Jerusalén, año 100: Los cristianos de finales del siglo I pueden perder su adhesión a Jesús, no anunciar el Evangelio, desorientarse y perder la esperanza, debido a las persecuciones.

● Sentido. El texto habla del “mandamiento del amor”. Está presentado como última voluntad del Señor, en su discurso de despedida. En el trozo bíblico, se pueden subrayar, entre otros, los siguientes aspectos:

◙ Invitación a responder al amor de Jesucristo (15,9-11). Al final de su misión en este mundo, Jesús puede decir: "Como el Padre me amó, también Yo los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor" (Jn 15,9).

◙ Lo nuevo del mandamiento de Cristo (15,12-15). En el Antiguo Testamento, se pedía a los creyentes amar al prójimo “como a ti mismo” (Lv 19,18); ahora el Maestro ofrece su principio de sabiduría (gr. “entolé”): “Ámense los unos a otros, como Yo los he amado” (Jn 15,12).

◙ La gratuidad de la elección (15,16-17). “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo el que los elegí a ustedes” (Jn 15,16a). La experiencia de la elección de Jesús, ayudará a los discípulos a descubrir el sentido de la misión: “Los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero” (Jn 15,16b).

⦁ Paolo Veronese (1528-1588): La conversión de María Magdalena, 1547 – Banquete en la casa de Simón, 1560