Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 4º de Adviento (24.12.2017) Lucas 1, 26-38
● «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» Ángel, ángelos, mal’ach, es decir, mensajero (en español, griego y hebreo). María recibe un mensaje de tres cláusulas que la desconcierta.
● «Alégrate»: saludo, comunicación de gozo, sentimiento de placidez. ¿De dónde viene, cómo se da este estado de ánimo?
● «Llena de gracia»: hermosura, agrado, plenitud de ser, don, favor. ¿Cómo se alcanza, cómo se disfruta?
● «El Señor está contigo»: presencia divina, donación. ¿Cómo llega el Señor a nuestras vidas?
En cada cláusula, el mensaje va cobrando intensidad. La continuación del relato revela todo su alcance: es la irrupción de Dios en nuestra humanidad, María somos nosotros, ella nos representa
● Al fin, el mensajero se retira dejando una estela de silencio. Ese silencio, que fue el de María toda su vida, es la matriz en la que se forma la presencia de Dios, su Palabra, en nuestras vidas.
⦁ Alfredo Castañeda (1938-2010: Pintura en la Capilla de la Anunciación, Parroquia Universitaria, de la Ciudad de México.
Botón homilético Francisco Quijano OP
Natividad del Señor – Misa de Nochebuena Isaías 9, 1-6; Lucas 2,1-14
● Navidad es fiesta de contrastes. En la primera lectura: tinieblas y luz, tristeza y gozo, opresión y libertad, prepotencia y debilidad. ¿Por qué? El Imperio Asirio está por conquistar los Reinos de Israel y Judá. Nace el hijo del rey Ajaz de Judá, anunciado por Isaías (h. 730-720 aC). Este niño es garantía de que Dios está con su pueblo.
● En el Evangelio contraste entre: el emperador Augusto y Jesús, los ángeles y los pastores, la gloria y el pesebre. ¿Por qué? Cuando nace Jesús, el mundo está bajo el dominio del Imperio Romano. Dios va a presentar a otro Niño como signo contrario al poder imperial.
● Augusto es el poder imperial, considerado y venerado como dios. Jesús es Salvador, Mesías y Señor, pero es un niño desvalido. Los ángeles cantan la gloria de Dios bañados por la luz, pero hablan de un niño en envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Los pastores no quedan impresionados por los ángeles sino por el signo de niño en el pesebre.
● ¿Qué nos enseñan estos contrastes? A Dios se le encuentra en la vida ordinaria, no en grandes acontecimientos. Dios se manifiesta a la gente sencilla, no a los poderosos. Dios nos pide que le sirvamos en el prójimo desvalido como María cuidó de su niño. Dios nos enseña que su reino –Él es Salvador, Mesías y Señor– está entre la gente común.
● El sentido de la Navidad queda patente en el cántico de los ángeles: la gloria de Dios se derrama abundantemente en paz para la humanidad. «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a la humanidad que él ama».
• Miniaturas del Libro de las Horas del Mariscal de Boucicaut, 1408-1420
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