Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 8º durante el año (26.2.2017) Mateo 6, 24-34
● «No se agobien pensando qué van a comer o qué van a beber o con qué se van a vestir». ¿Cómo tomar esta advertencia de Jesús en una cultura toda ella volcada hacia el afán de probar y poseer? ¿O, lo que es peor, en condiciones de no tener qué comer ni qué beber ni qué vestir ni trabajo para proveer a la familia?
● Ese es el contraste que se presenta en nuestro mundo por todas partes. ¿Se puede hacer algo? Jesús habla de la providencia de Dios: «Miren a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan, sin embargo, el Padre celestial los alimenta».
● Jesús nos pide ser providentes para con nuestra sociedad como el Padre es providente para con toda su creación. El contraste entre tener y no tener que comer, entre tener y no tener servicios de salud, etc., se debe a una despreocupación por hacerse cargo de prójimo.
● No es que falten recursos ni medios ni capacidad de acabar con la pobreza en el mundo, en cada país. Lo escandaloso es que se debe a una pérdida de conciencia de que somos providentes para con el prójimo. La sentencia de Jesús es perentoria: «No pueden servir a dos señores… no pueden servir a Dios y al dinero».
● ¿Cómo salir de ese embotamiento? Piensa cómo llegaste al mundo, sin nada, dependiente por completo de los demás. «¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura?» – pregunta Isaías. «Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré».
⦁ Gustav Klimt (1862-1918): Madre e hija, detalle de Las tres edades de la mujer, 1905
Claves para la homilía Julián Riquelme OP
◙ Contexto ► Palestina, año 30: Como en el Antiguo Testamento, los escribas y los fariseos pensaban que la alternativa era servir a Dios o a los dioses falsos. En esas circunstancias, Jesús ya había optado por la sencillez y la pobreza. ► Antioquía (Siria), año 80: Es un lugar de intenso mercado. Los cristianos se sienten tentados a la acumulación del dinero, a la avaricia y a la codicia.
◙ Sentido El Evangelio dice: No a la acumulación del dinero; sí al Reinado de Dios:
● Llamado a optar o por el Reinado de Dios o por las riquezas: “Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero” (6,24). Esclavizar la voluntad al dinero es proclamarlo ídolo, entregarle la adoración del corazón; y con ello, como consecuencia, descuidar el progreso personal y familiar, guardar silencio ante el mal y la mentira, desentenderse del prójimo y arrastrarse ante los que tienen más. ⦁ El discípulo ha de elegir una vida sencilla en pro de la fraternidad universal; el ideal de ser ricos cuesta sacrificio a muchos.
● Justificación de la opción por el Reinado de Dios: La experiencia de la cercanía de Dios permite no angustiarse por la seguridad futura de la alimentación y el vestuario: “No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir” (6,25ª); “¿Y por qué se inquietan por el vestido?” (6,28); “No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?» (6,31). Y el Nazareno hace estas reflexiones: 1ª La vida vale más que el cuerpo, el alimento y el vestido (6,25b). 2ª Si Dios Padre cuida del alimento de las aves, con más razón cuidará de los discípulos de Jesús (6,26). 3ª El alargar el peregrinar terreno no depende de nosotros, sino de Dios (6,27). 4ª Si Dios Padre viste a la hierba del campo, mucho más hará por los seguidores de Cristo (6,28b-30). 5ª Estas preocupaciones superficiales son propias de quienes no conocen a Dios, y no de los discípulos de Jesús (6,32ª). 6ª Dios Padre está al tanto de todas nuestras necesidades (6,32b). ⦁ Estas reflexiones no son un desprecio al trabajo: primero, porque si Dios entrega a cada uno de nosotros los brazos y el cerebro, es para usarlos; y, segundo, porque si deseamos la felicidad de todos, se necesita el esfuerzo humano.
● Actitud fundamental de los discípulos: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura” (6,33). Cristo indica la prioridad, el camino e invita a la confianza en la bondad de Dios Padre. Finalmente, Jesús llama a tomar en serio el “ahora” (6,34b). ⦁ La preocupación obsesiva por un futuro de bienestares ubica al ser humano en lo teórico o en la práctica del despojamiento de los otros; el mañana tendrá siempre el interrogante de la vida, la cual depende de Dios (6,34ª).
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