EVANGELIO DOMINICAL

Domingo de Cristo Rey (2015-2016)


Botón homilético                                                                                                       Francisco Quijano OP

Domingo de Cristo Rey (20.11.2016) Lucas 23,35-43

● El evangelio del domingo pasado presenta un cuadro apocalíptico del fin del mundo. Apocalipsis: un género literario de tiempos de Jesús. Se puede equiparar a novelas y películas de efectos especiales de nuestros días. ¿Cuál es su propósito?

● Estas formas simbólicas de expresión tratan de sugerir un sentido y fortalecer una esperanza en medio de situaciones caóticas, ya sean reales como las catástrofes que marcan nuestra historia, ya sean ficticias como la célebre novela 1984 de George Orwell.

● Nuestro mundo está, efectivamente, atravesado por una dimensión catastrófica. Pueden ser fenómenos naturales que causan daños y muerte. Peor aún, pueden ser acciones nuestras que siembran destrucción y muerte.

● ¿Tienen algún sentido estos hechos? No. Unos se deben al carácter finito del mundo, algunos dirían al carácter ciego de las leyes naturales. Otros se deben a decisiones e interacciones humanas absurdas, prepotentes, inmorales.

● Jesús padeció estas catástrofes de nuestra condición mortal. Padeció, además, la arbitrariedad de la ambición y la prepotencia: su muerte fue una ejecución.

● En lo hondo y oscuro de este caos, Jesús hizo brillar la esperanza: «Si se mantienen firmes, conseguirán la vida». «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso».

● Celebrar a Cristo Rey es proclamar su triunfo sobre el caos en el universo y sobre la violencia de muerte en nuestra historia. Este es el fin real y verdadero de la historia: no la muerte, no la arbitrariedad, sino el amor de Dios y la felicidad en Él.

⦁ Cristo del Monasterio de Santa María de Carrizo de la Ribera, León, España

 

 

Claves para la homilía                                                                                     Julián Riquelme OP

◙ Contexto ► Palestina, año 30: Durante la Pasión, Jesús admitió ante Pilato que Él era “rey”, pero no El rey, ni el único rey (Lc 23,3), porque nunca aceptó el poder de dominación, sino sólo el poder del servicio a los prójimos.      ► Grecia, año 80: El mesianismo de Jesús es el del servicio a los otros, para manifestar cuanto el Padre ama a todos los seres humanos.

◙ Sentido El Evangelio de hoy trata de varios temas, tales como “Actitudes en torno al Crucificado", "Cristo Rey" y "El buen ladrón". El texto presenta, por lo menos, tres  aspectos importantes:

● Hay dos tipos de actitudes: Por un lado, “el pueblo permanece allí y mira”, esto es, se manifiesta respetuoso, expectante y siendo “testigo” de los últimos instantes de Jesús (Lc 23,35ª); por otro lado, los dirigentes religiosos y los soldados se burlan de Él. Éstos piensan que un rey debe tener dinero, prestigio, poder y tropas; sin embargo, constatan allí a un Nazareno pobre, humillado, sufriente y encarnizado.- La humildad, la pobreza voluntaria, el desapego, unido al compartir por Amor, es el único camino para que los seres humanos valoren la dignidad de hombres y mujeres, cultiven el amor al prójimo, y trabajen por la libertad de todos.

● Motivo de la condenación a muerte de Jesús (Lc 23,38). Los cuatro evangelistas recogen el dato de esta inscripción: «Éste es el rey de los judíos». El letrero lo manda a colocar el gobernador Poncio Pilato para indicar la razón de la ejecución, pero a la vez para ironizar y mofarse de las autoridades judías, que se lo habían entregado. En el camino desde Galilea a Jerusalén lo central, para el Jesús histórico, era la proclamación del Reino o Soberanía de Dios, su Padre. Él se consideraba, en segundo plano, como el Profeta que lo anunciaba; de ahí que prefiera la auto designación como “el hijo del hombre” y pida el “secreto mesiánico” a quienes se sienten beneficiados por Dios en sus vidas. Cuando Jesús entra a Jerusalén, se deja aclamar rey por algunos y “purifica” el Templo, Él posee plena consciencia de ser el Mesías, el Ungido, el Agente de Dios.- Cada vez que rezamos el padrenuestro, decimos: “Venga tu Reino”. Queremos expresar un deseo de que cada uno de nosotros haga presente a Dios como lo hizo Jesús, actuando como lo hubiera hecho Él mismo si estuviera en nuestro lugar.

● Dos malhechores (Lc 23,39-43). El episodio de los dos delincuentes crucificados con Jesús contiene un diálogo. En él quedan patentes dos maneras de reaccionar ante el Amor de Dios, que Cristo ofrece: El mal ladrón pide milagros; el buen ladrón reprende a su colega, se reconoce alejado de la Alianza, confiesa la inocencia del Nazareno y le suplica: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». La respuesta del Señor fue: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso».- La expresión “hoy” es técnica en Lucas (2,11; 4,21; 5,26; 19,9) y se relaciona con un presente eterno del Amor de Dios en nosotros. Esto significa que el “Reino de Dios” es una realidad referida a nosotros: somos nosotros quienes tenemos que hacerlo presente aquí y ahora, como lo hizo Jesús. Es el reinado del amor, del servicio a los demás, de la entrega total.