EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 24º durante el año


Botón homilético                                                                                                       Francisco Quijano OP

Domingo 24º durante el año (11.9.2016) Lucas 15,1-32

● Tres parábolas muy conocidas: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre y sus dos hijos, el menor, libertino, manirroto, el mayor, agrio, resentido. Son aspectos sombríos, ¿qué significan?

● Cinco veces aparece el sustantivo, alegría, o el verbo, alegrarse; una vez, regocijarse; dos veces se habla de hacer fiesta, con banquete, música, cantos. ¿Qué significa este jolgorio?

● Las tres parábolas son imágenes de Dios que invita a celebrar su gozo y alegría al acoger en su amistad a quienes estaban perdidos. El pastor encuentra a la oveja e invita a sus amigos a compartir su alegría. La mujer halla la moneda e invita a sus amigas a alegrarse con ella. El padre goza con el gozo de su hijo que ha regresado, quiere que su otro hijo comparta ese gozo.

● ¿Cuál es el meollo de estos relatos? Tiene dos aspectos. Uno, descubrir que el gozo, la alegría, la felicitad tienen una fuente: Dios, su amor, que se extiende a todo el mundo, un amor incondicional. Otra, admitir que estamos llamados vivir en el gozo de su amor; reconocer que estamos envueltos por él.

● Y lo sombrío, ¿en que está? En hallarse fuera de la alegría y la felicidad del amor. La parábola del padre y sus hijos deja abierta esa posibilidad. El padre dice su hijo mayor: «Tú siempre estás conmigo, todo lo mío es tuyo, era necesario hacer fiesta, tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida». Pero la historia no dice si este hijo se suma a la fiesta.

● ¿Por qué contaba Jesús estas historias? Lo dice Lucas al principio, porque lo criticaban: «Este acoge a los pecadores y come con ellos».

⦁ Marc Chagall (1887-1985): Parábola del hijo pródigo, 1975-1976

 

 

Claves para la homilía                                                                                                     Julián Riquelme OP

◙ Contexto ► Palestina, año 30: Los fariseos y los escribas no aceptan que Jesús reciba a los publicados y pecadores y coma con ellos (Lc 15,1-3). ► Grecia, año 80: Los judaizantes piensan que Dios ama más a quienes cumplen las leyes, y observancias israelitas; y consideran relajados a los cristianos procedentes de la gentilidad.

◙ Sentido Las dos "parábolas del perdón" tienen la misma estructura: Búsqueda, encuentro, y alegría. En el texto se pueden distinguir dos imágenes o estampas:

● La oveja perdida (Lc 15,3-7). Las ovejas, que no se descarriaron, representarían, no a los justos, sino a los fariseos, que se creían justos, a pesar de andar lejos del camino de Dios. He aquí la ironía de Jesús: ¿Existen acaso justos, que no tengan necesidad de conversión? Los fariseos se tienen por tales. Pero Dios se alegra más por la conversión de un pecador o de un pagano que por la ilusoria "justicia" de los fariseos, que creen no tener necesidad del perdón de Dios.

● La dracma perdida (Lc 15,8-10). El único deseo de Dios es que todos los seres humanos se conviertan y se salven; y no sólo los judíos. Por eso, los busca con preocupación, prolijidad y cuidado. Como la mujer siente alegría al encontrar la dracma perdida, así Dios se llena de alegría cuando un ser humano encuentra el camino de la humanización, considerando a todos como iguales, respetándolos con cariño, y propiciando la libertad de todos.

⦁ Domenico Fetti (1589-1624): Parábola de la moneda perdida