La quieta soledad, el lecho oscuro
De inmortales tinieblas coronado,
El silencio en la noche derramado,
Y el cerco de la paz, ardiente y puro.

Ruth detiene el aliento mal seguro,
Descubre el rostro de dolor turbado,
Y por largos anhelos agitado
Con dura mano oprime el seno duro.

Duerme Booz en tanto; su sentido,
En misterioso sueño sumergido,
La presencia tenaz de Ruth ignora.

Mas su despierto corazón medita...
Y la noche fugaz se precipita
Hacia los claros lechos de la aurora.

              Agosto de 1937
 

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Concha Urquiza (Morelia, Michoacán, 1910 - Ensenada, Baja California, 1945) publicó sus primeros versos a los 11 años. Vivió en Nueva York de 1928 a 1933. Hasta 1937 perteneció al Partido Comunista. Ese año tuvo una crisis que la llevó a recuperar su fe católica. Intentó ser religiosa pero no perseveró. Enseñó lógica e historia de las doctrinas filosóficas en la Universidad de San Luis Potosí. Su poesía está influenciada por la Biblia y los poetas del Siglo de Oro, se presenta en formas y metros clásicos: sonetos, romances, canciones, liras, tercetos. Incursionó también en el guion cinematográfico. Murió ahogada en Bahía de Todos los Santos, Baja California antes de cumplir 35 años.

En el soneto Ruth, Concha Urquiza descorre el velo para dejar ver con finura la atracción erótica secreta de Rut y Booz. En el original bíblico (capítulo 3) lo que destaca es la audacia de Rut, que toma la iniciativa, a instancia de Noemí, de acercarse a Booz para pedirle matrimonio. Booz se ve tomado por sorpresa. Hay quizá alusiones eróticas indirectas (Rut descubre los pies de Booz mientras duerme y se coloca a su lado). Pero la escena está marcada ante todo por el propósito de Noemí y de Rut de cumplir con la ley del levirato: tener sucesión de un pariente.

La incertidumbre del futuro para la joven viuda y su suegra, viuda también, está envuelto por la soledad y el silencio de la noche, pero arden también el sosiego y la paz. Rut está turbada, siente opresión en su pecho. Booz duerme sin percatarse de ella, pero su corazón está en vela. Finalmente, vendrá el desenlace del encuentro entre ambos como luz de aurora que ahuyenta tinieblas y zozobras. Las imágenes son de Marc Chagall. Poemas de Concha Urquiza en el sitio A media voz. [F. Q]
 

Septiembre 2016