EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 21º durante el año


Botón homilético                                                                                                      Francisco Quijano OP

Domingo 21º durante el año (21.8.2016) Lucas 13,22-30

● Jesús iba enseñando camino a Jerusalén donde encontraría la muerte. Su enseñanza es paradójica, provoca escándalo. A la pregunta de si son pocos los que se salvan, responde: «Luchen por entrar por la puerta estrecha, muchos tratarán de entrar y no podrán».

● Con una parábola añade: el dueño de la casa cerrará la puerta, dirá que no los conoce, aunque ustedes le digan que comieron y bebieron con él, que lo vieron en las plazas. «No sé quiénes son –les dice dos veces–: váyanse».

● Jesús sitúa sus dichos en perspectiva: los patriarcas, Abraham, Isaac, Jacob, los profetas comerán en el Reino de Dios, a ustedes los echarán fuera. Parece que la cuestión es, entonces, una advertencia a sus contemporáneos que no aceptaron su invitación a recibir en sus vidas a Dios y su reinado.

● Pero luego Jesús abre el horizonte: «Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur y participarán en el banquete del Reino de Dios» Más aún: «Los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos».

● Se trata, pues, de una completa inversión de situaciones: de muchos que quisieran entrar, entran pocos; a unos conocidos y vecinos que tocan a la puerta, se les trata como desconocidos y son rechazados. Tenemos, en cambio, una multitud de todo el mundo que participa en el banquete del Reino de Dios, encabezada por los patriarcas y los profetas.

● ¿Qué significa esta enseñanza paradójica? ¿Se refiere Jesús y sus contemporáneos?

El último oráculo del libro de Isaías (primera lectura) comienza: «Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua». Es el anuncio de una salvación universal, que es también el de Jesús: «Vendrán muchos…».

● ¿Cuál es, entonces, la puerta estrecha? ¿Qué puerta es la que se cierra? ¿Cómo es que unos quedan fuera y otros entran al banquete del Reino? Esa puerta soy yo, eres tú, es nuestra libertad, lo que cada quien escoge. Esto es así no solo frente a Dios, también frente a cualquier invitación que se te presente en la vida.

 

 

Claves para la homilía                                                                                                    Julián Riquelme OP

◙ Contexto ► Palestina, año 30: Quienes siguen a Cristo, ansían el poder, y piensan que están salvados por ser israelitas. Pertenecientes a la raza de Abraham. Grecia, año 80: Aquí y ahora se realiza la salvación, porque en el momento presente está ofreciéndose el Amor eterno de Dios a todos los seres humanos.

◙ Sentido Tema del Evangelio: "Invitación a entrar por la puerta estrecha". Se trata de una enseñanza del Nazareno para unir fe y justicia. En el texto se pueden distinguir las siguientes partes:

● Diálogo (Lc 13,23-24). En una de las aldeas un interlocutor anónimo hace una pregunta al Señor, que, por el contexto, suena para nosotros así: "¿Se salvan sólo los judíos o también los extranjeros?" Jesús evade el tema del número de quienes se salvan, para liberarse del nacionalismo hebreo. La "puerta estrecha" significa unir el amor a Dios y la justicia para con todos los seres humanos.

● Frustración de los judíos infieles (Lc 13,25-27). El dueño de casa es Cristo mismo. Sus compatriotas intentan conmoverle, para que les abra la puerta, alegando que son judíos como Él, y que lo han visto. No es el mérito de la raza (ni la religión ni el status social) lo que salva, sino el que cada uno asuma su propia responsabilidad ante la oferta gratuita de Dios, manifestada en Jesucristo.

● Vocación de los gentiles (Lc 13,28-30). Dios quiere que todos los seres humanos se salven. Los extranjeros, que acepten la persona del Nazareno, llegarán, pues, desde los cuatro puntos cardinales a tomar parte en el banquete del Reino. La frase: "Hay muchos que son últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos", es un hebraísmo que significa todos somos iguales frente al don gratuito de Dios.