Botón homilético Francisco Quijano OP
Domingo 17º durante el año (24.7.2016) Lucas 11,1-13
● Refrescante episodio evangélico. Con un breve diálogo, se nos invita a beber en una fuente que tenemos al alcance y pasamos de largo sin advertirla. «–Señor, enséñanos a orar–. «–Cuando oren digan: Padre, santificado sea tu nombre–».
● Los Evangelios dan cuenta de que Jesús vivía una intimidad excepcional con Dios. De niño rezaba a la usanza de los judíos que aprendían de memoria: «Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno», «Shemá Israel, Adonai Elohenu, Adonai Ejad». Pero Jesús llamaba a Dios «mi Padre querido», «Abbá» en arameo su lengua materna.
● En su Padre querido bebía Jesús la inspiración central de su mensaje: «Venga tu Reino», que es la manifestación desbordante de su amor a la humanidad. De esa intimidad con su Padre, Jesús recibía la fuerza y la ternura con que amaba a la gente.
● En la confianza del amor de su Padre que no lo abandonaría, Jesús enfrentó su pasión y su muerte. En la fidelidad incondicional de ese amor, Jesús depositó toda su fe en que su vida triunfaría sobre la muerte.
● En esa fuente de amor enseñó Jesús a sus discípulos que deberían beber, para recibir de su Padre el pan de cada día, el perdón de las ofensas, la fuerza de perdonar y de vencer la tentación.
● ¿Cuál es su recomendación final? «Si ustedes saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más dará mi Padre el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!».
⦁ Rembrandt: El padre y su hijo – dibujo de 1642
Claves para la homilía Julián Riquelme OP
◙ Contexto. ► Palestina, año 30: Jesús, como los maestros de la época, educa en la oración a los discípulos, y a la vez comunica el resumen y el espíritu de sus enseñanzas. ► Grecia, año 80: Lucas subraya que la imagen de Dios, que se experimenta en la oración cristiana, es distinta de la manifestada en la oración judía y en la de las otras religiones del imperio romano.
◙ Sentido. El Evangelio muestra “el núcleo fundamental de la oración cristiana”. Cabe notar que la preocupación por el pan se extiende a toda la enseñanza sobre la oración (Lc 11,3.5.11). El texto puede dividirse en tres partes:
● El padrenuestro en la versión de San Lucas (Lc 11,1-4). Dos aspectos sobresalen a primera vista: Nuestra identificación con la imagen de Dios Padre, y la venida del Reinado de Dios entre nosotros. La imagen o rostro del Dios del Evangelio siempre será mejor que nuestros propios deseos y planes. A partir de ahí tienen cabida todo tipo de acciones de gracias y peticiones.
● La insistencia en la oración, adentrándose en el propio “yo” (Lc 11,5-8). Mediante una ilustración el Maestro subraya la necesidad de perseverar en el diálogo con Dios, que está en nuestro interior. La oración es más bien una búsqueda personal de adhesión y compromiso con el Dios vivo. Es pedirle reiteradamente al Señor que manifieste el sentido más profundo de nuestra vida.
● El orar cristiano debe estar abierto al prójimo (Lc 11,9-13). A través de nuevos ejemplos y dichos, Jesús desarrolla otro aspecto de la oración. Orar es buscar, desde el amor, la identificación entre nuestros proyectos humanos y el amor de Dios, para servir al prójimo. Amor y oración van siempre de la mano.
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