En noviembre de 2012 fue el lanzamiento de este portal de espiritualidad. Su publicación se interrumpió en octubre de 2015 por daños en la página de administración causados por un hacker. Se logró reparar en este mes de junio, gracias a Carlos Correa, webmaster del portal de la Iglesia en Chile y de Jorge del Canto. Invitamos, pues, a nuestras amistades internautas a visitarlo nuevamente.
¿Para qué un portal de espiritualidad en internet? Si imaginamos la red virtual en tres dimensiones: longitudinal (tiempo, historia), transversal (variedad, multiplicidad) y vertical (profundidad, jerarquía), un portal, un sitio, una página en la red están en la cota 0 de los tres ejes.
• En la red no hay historia, antes y después: solo el instante en el que estoy ante una página.
• No hay orden conceptual: solo el contenido, la imagen, el sonido que estoy percibiendo.
• No hay jerarquía de valores, orden de importancia: solo frecuencia de visitas, una página no vale más que el número de visitas.
Por supuesto que exagero: se puede guardar un historial de búsquedas, hacer un catálogo de favoritos, aceptar o desechar invitaciones…
Lo que dice la metáfora de la cota 0 es que la red es de todos y de nadie, no hay autoridades, tradiciones, puntos de referencia que sirvan de guía, como podemos encontrarlos en otros ámbitos de nuestra vida, en la cultura y la religión.
La disponibilidad casi infinita de la red corresponde a nuestra situación en un “mundo líquido”. Uso esta metáfora del sociólogo polaco/inglés Zygmunt Bauman: modernidad líquida, amor líquido, vida líquida, miedo líquido, tiempos líquidos, arte líquido, cultura líquida… son títulos de sus libros y ensayos.
Es una forma de referirse a estilos de vida, conductas, relaciones sociales, variedad de culturas, creencias... que se hallan en intercambios sucesivos y cruzados.
Lo cual exige un esfuerzo personal para adaptarse a este mundo fluctuante. Cada persona tiene que forjarse su identidad, reconocer quién es en medio de múltiples invitaciones a probar nuevas experiencias, formas de pensar, valores.
¿Qué hacer si se quiere difundir en la red una tradición de fe? No hay otra posibilidad más que participar en ese mundo fluctuante y ofrecer a los internautas algo que pueda llamar y retener su atención. ¿Qué se requiere?
Se me ocurre señalar algunas características de un portal de espiritualidad, pero no sé si acierto:
• Sencillez: que sea un sitio fácil de visitar y de explorar.
• Belleza: contenidos densos que hay que presentar con buen gusto.
• Sorpresa: lo pide la red para atraer la atención.
• Apertura: trascender la propia tradición para llegar a quienes viven en otras.
• Sintonía: sensibilidad para ofrecer lo que la gente busca.
• Calidad: necesaria en cualquier publicación por respeto a los lectores.
• Limpidez: buen estilo aplicado a internautas que no admiten rollos extensos
¿Cómo vamos hasta ahora? Parece que el portal ha respondido a las expectativas que uno puede imaginar. Pero no hay que hacerse ilusiones sobre las supuestas multitudes que lo visitan. Redondeando números, en un año habrá habido alrededor de 30 mil visitas, 16 mil visitantes, 80 mil páginas vistas. Aparentemente este resultado no está mal, pero no tengo datos de otros portales semejantes para comparar.
Los primeros meses el portal no estaba vinculado con Facebook ni con Google+. Estas conexiones han ayudado a difundirlo. Añadí ahora un blog: El Otro Pensador.
Invito al mundo de internautas a que aprovechen el portal y lo difundan a través de las redes sociales. ¡Feliz viaje por las nebulosas de la red!
Julio 2016
en-RED-ados
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