EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 12º durante el año


Botón homilético                                                                                                         Francisco Quijano OP

Domingo 12º durante el año (19.6.2016) Lucas 9,18-24

● ¿Quién dices que soy yo? ¿Quién eres tú? En las relaciones personales más significativas –entre esposos, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos– estas preguntas, aunque no se formulen expresamente, se hallan siempre latentes.

● Es más, sus respuestas, aunque tampoco se expresen, son garantía de la solidez de estas relaciones y de su gratificación; por su profundidad y fineza, tenemos confianza en quienes nos rodean.

● Más aún, este diálogo a veces tácito –quién dices que soy yo, quién eres tú– nos acompaña toda la vida. Es así porque somos un misterio inabarcable en el tiempo que solo se revelará plenamente en la eternidad.

● Jesús pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo? Ustedes ¿quién dicen que soy yo?» Este diálogo acompañará a Jesús y sus discípulos hasta el desenlace final: su muerte por ejecución en la cruz, su resurrección por amor gratuito de su Padre.

● Jesús pide a sus discípulos de entonces y de ahora acompañarlo hasta el fin –«Si quieres acompañarme, no te busques a ti mismo, toma tu cruz y sígueme»– permaneciendo fieles a él pese a desventuras, sufrimientos y traiciones.

O sea, lo mismo que nos pasa, quizá con menos desventuras y padecimientos, en nuestras relaciones más significativas, a fin de llegar al desenlace final: saber quién soy yo, quién eres tú, quién es Jesús, quién el Padre que Jesús nos revela.

• Miniatura de Otto van Moerdrecht: Confesión de fe de Pedro, h. 1430 – Biblioteca Real, La Haya

 

 

Claves para la homilía                                                                                                     Julián Riquelme OP

◙ Contexto. Palestina, año 30: Concluida la primera parte de su ministerio con las multitudes en Galilea: Anuncio del Reino, Parábolas y Milagros (Lc 5,1-9,50), Jesús comienza a enseñar algunas experiencias claves a sus discípulos, antes de subir a Jerusalén. Grecia, año 80: Aceptado Jesús como Mesías, hay que testimoniarlo con la práctica, al interior del Impero Romano.

◙ Sentido. El Evangelio trata del “Mesianismo de Jesús". Contiene los siguientes aspectos:

 Profesión de fe. Es un momento decisivo: El Maestro de Nazaret ora por sus discípulos. Después, Jesús les pregunta qué opinan las multitudes de Él; la respuesta no aporta ninguna novedad a lo conocido en la historia del pueblo. Finalmente, el Señor interroga a sus discípulos de manera directa; Pedro hace de portavoz de todos los seguidores de Cristo: “Tú eres el Mesías de Dios”. La oración del Maestro es la que permite esta confesión de fe y no los conocimientos humanos.

 Primer anuncio de la Pasión. Jesús indica a los suyos el Mandato del silencio sobre su Mesianismo, porque, si se publica, la gente no asimilará el sentido más hondo del seguimiento, sino que entrará en el bullicio político triunfalista: “¡Fuera los romanos!”; y las consecuencias serían nefastas. En este contexto, Cristo les dice que Él es el Mesías Siervo de Yahvé, que camina hacia la Vida Plena del Reino. Nuestro Mesías asume el sufrimiento para manifestar el Amor del Padre, por todos y cada uno de los seres humanos.

 Condiciones para seguir a Jesús. El Maestro pide a los suyos el despojamiento de actitudes defensivas, para ser oblativos del amor de Dios en todas partes. Además, exige a sus discípulos tomar la propia cruz de ellos cada día, es decir, asumir diariamente las propias debilidades y fragilidades, para que, apoyados en el Amor de Dios Padre, caminen hacia la Libertad Plena. Finalmente, el Señor pide que lo sigan, esto es, que hagan la experiencia de Dios como Él la hizo. Jesús ha de ser el Hermano mayor en nuestro peregrinar.