EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 26º durante el año


Botón homilético                                                                                            Francisco Quijano OP

 

Domingo 26º durante el año (27.9.2015): Marcos 9,38-48

● Juan dice: «Vimos a uno expulsar demonios, pero no era de los nuestros». Jesús responde: «Quien no está contra nosotros, está con nosotros». Este diálogo plantea una cuestión de fondo: ¿Dónde está Dios?

● Él está en los corazones humanos como quiera que viva la gente, en acontecimientos de la historia de formas inimaginables. ¿Qué sentido tiene, entonces, anunciar que Él está presente de manera singular en Jesús? ¿En qué queda la misión de la iglesia?

● La fe cristiana tiene un núcleo fundamental, inconfundible: Dios, su Palabra eterna, se ha hecho carne para que nosotros lleguemos a ser Dios. Inimaginable pero posible: Jesús en carne mortal vive resucitado en Dios para siempre. Es el mensaje irrenunciable de la iglesia.

● Ella anuncia a la vez: Dios quiere que todo el mundo se salve y llegue al conocimiento de la verdad. ¿Qué verdad? Él ofrece su amistad a toda criatura humana. ¿Cómo? De formas inimaginables. Aunque mucha gente no es de la iglesia, es gente de Dios y Él está con ella.

• Jesús y sus discípulos: escultura en bronce de la capilla de la adoración en la Domus Galilaeae al norte de Cafarnaúm

 

● ● ●

 

Claves para la homilía                                                                     Julián Riquelme OP
 

Domingo 26º del Tiempo durante el año: Marcos 9, 38-43.45.47-48

◙ Contexto. Palestina, año 30: Quienes realizan sanaciones o exorcismos, se sirven de un nombre con fuerza o poder milagroso. Los discípulos quieren ser los únicos que invocan el Nombre de Jesús en las sanaciones. ⋅ Roma, año 70: En medio de la persecución, algunos discípulos miran en menos a personas de fuera de la comunidad, que sienten simpatía por ellos e invocan el Nombre de Jesús en sus ritos o gestos de sanación.

◙ Sentido. El tema del Evangelio es: “El seguimiento de Cristo no excluye a nadie que trabaje por la humanización”. En el trozo bíblico de hoy se pueden detectar las siguientes partes:

● El valor del Nombre de Jesús (Mc 9,38-40). Una persona, sin ser de los discípulos, usa el Nombre de Jesús para hacer sanaciones o exorcizar; es alguien, que actúa por su cuenta, sin confesarse creyente en el Nazareno, ni pertenecer a su grupo. Los seguidores de Jesús consideran que ese personaje está usurpando el Nombre del Maestro; se ponen intolerantes con él, y tratan de impedírselo, porque los discípulos no pudieron antes expulsar un demonio (Mc 9,14-29). Por su parte, Juan trata el asunto y habla de “los nuestros” o de “nosotros” como la norma central del seguimiento. El Nazareno distingue entre “yo” (v. 39b) y “ustedes” (vv. 39ª.40): quien lucha contra el mal en mi Nombre, aunque no esté con “ustedes”, no está contra “mí”; por eso, “ustedes” no se lo deben impedir, porque quien no esté contra “ustedes”, está por “ustedes”. Del Reino no se excluye a nadie; todos están invitados; quienes buscan sinceramente la humanización, están a favor del Reino de Dios, que predica Jesús, aunque no lo conozcan. En resumen: Cristo corrige el afán de superioridad de los discípulos, su deseo de controlar el naciente movimiento en torno al Maestro, la tendencia a afianzar privilegios propios.  No es conveniente alimentar sentimientos hostiles contra los simpatizantes, o exorcistas sin credenciales. Hay que tratar de potenciar lo que nos une y de superar lo que nos separa. He aquí un criterio para el respeto y el diálogo interreligioso y ecuménico.

● El ejemplo del simpatizante (Mc 9,41). Los discípulos necesitan de la ayuda del simpatizante, que se encuentra fuera de su grupo o comunidad, especialmente en su trabajo misionero. El simpatizante actúa a favor de los seguidores del Maestro, al conocer que éstos pertenecen a Cristo. El Señor promete recompensa para él.  Jesús es patrimonio de la humanidad. El bautizado no tiene el monopolio de todo lo bueno que sucede. Dios actúa libremente, a través de las realidades humanas. La solidaridad por la humanización, venga de donde venga, es regalo del Espíritu Santo.

● La exhortación al amor responsable (Mc 9,42-43.45.47-48). En la Biblia “escandalizar” es impedir la plenitud, el caminar y la maduración de los hermanos, que no han llegado a una fe adulta. Cuando los discípulos reciben la solidaridad por la vida, no deben creerse “fuertes” ni hacerse egocéntricos. Al contrario, han de convertirse en bastón de los “débiles” y pequeños en la fe. Es necesario amar a los otros con todo el ser, incluso con las manos, los pies y los ojos: así se les ayuda a ponerse de pie, para que caminen también ellos hacia la humanización.  El egocentrismo y la autosuficiencia nunca hacen bien a ninguna persona ni a ninguna comunidad: son como una polilla, que, más pronto o más tarde, conducen hacia la prepotencia, el odio y la opresión.

• Jesús y sus discípulos: dibujo de Rembrandt