En la luminosa experiencia ortodoxa del archimandrita Sofronio y del compositor Sir John Tavener
«La vida de cada uno de nosotros se encuentra estrechamente asociada a nuestra percepción y concepción del mundo, de nosotros mismos y de Dios. La oración, en sus grados más elevados, requiere el conocimiento más exacto posible del Ser divino. Queridos ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado plenamente lo que seremos. Conocemos por experiencia que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos y contemplaremos tal como él es» (1ª Carta de Juan 3,2).
En la oración,
continúa la creación.
Es el soplo que respiró de ti Adán
y se alzó en ser viviente.
Al orar, tú sigues creando en mí
con belleza inigualable
que ningún arte supera,
con ciencia inigualable
que no supera ninguna academia.
A veces la oración es río impetuoso,
también el caudal se seca;
otras me arrastran las olas de tu amor…
Quien ora es un océano lleno de agua viva.
Aun el más breve momento de luz
de tu Espíritu en mi interior
es superior a toda la extensión de una vida sin ti.
A veces me impaciento cuando en la oración
todo parece lentitud y busco la prisa,
el resultado es el fruto.
A veces tú no escuchas mi impaciencia
y como fruto colgado de la rama durante días
siente mi alma los ardores del sol.
El asalto del viento helado o abrasador,
el tormento de la sed,
el ahogo de las lluvias torrenciales.
Pero sé que si tras todas las estaciones
No suelto la franja de tu manto,
algún día nos volveremos a encontrar
cara a cara, Señor.
Estas palabras son del Archimandrita ortodoxo Sofronio, místico excepcional que vivió casi la totalidad del siglo XX (1896-1994) enseñando la luminosidad y esencia de lo que para él era “su vestido y respiración”: la oración. Al final de sus días quiso dejar el testamento espiritual de su personal experiencia en el camino hacia la luminosa Trinidad de Dios en el libro que se titula: Ver a Dios como él es.
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Sir John Tavener (1944-2013), compositor inglés que por la religiosidad de su obra se le relaciona con autores como Arvo Pärt y Henryk Mikołaj Górecki, perteneció a la iglesia ortodoxa rusa. Pensaba que la música era un modo de alabar a Dios. En 1992 el Condado de Cheshire le encarga una obra musical para celebrar el noningentésimo aniversario de la Catedral de Chester en el festival Music Summer. Con este motivo compone su luminosa y magistral obra: We shall see him as he is / Lo veremos tal como Él es.
La extensa obra de Tavener se caracteriza porque quiere ser como los «iconos» de la liturgia ortodoxa, que evocan la presencia de Dios y son como una ventana entre la Luz Divina y el espíritu humano. Así Tavener nos dice: «Deseo que mi música sea como un icono de sonido». Mediante acordes sencillos y coros de influencia griega “pinta” la luminosidad que nos introduce al mundo Divino.
We shall see him as he is es la perfecta muestra de la construcción musical del ikono. Inspirada en la liturgia del Novio y las Bodas de la Semana Santa Ortodoxa, la obra nos lleva a contemplar diez iconos musicales que representan la vida de Cristo, la cual culminará en su pasión y resurrección.
• Escuchar: ► We shall see Him as He is (1 h)
Agosto 2015
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