EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 18º durante el año


Botón homilético                                                                                               Francisco Quijano OP

 

Domingo 18º durante el año (3.8.2014): Isaías 55, 1-3; Mateo 14, 13-21

● Vengan, tomen vino y leche sin pagar (Isaías). Denles ustedes de comer (Evangelio). Dos palabras para pasar de la lógica de la compra/venta a la lógica de la gratuidad/solidaridad.

● Comprar y vender forma parte de la civilización y la cultura. Demonizar este intercambio es cercenar una práctica ancestral de la humanidad que no es de por sí perversa. Pero es insuficiente.

● Compartir gratuitamente, vivir la solidaridad es una realidad más importante que el intercambio comercial. Nos asemeja a Dios que concede gratuitamente su amor y con él todos los bienes.

 

 

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Claves para la homilía                                                                              Julián Riquelme OP
 

 

Domingo décimo octavo del Tiempo durante el año: Mt 14,13-21

● Contexto .‒ Palestina, año 30: Herodes puede matar a Jesús, porque lo confunde con el Bautista resucitado (cf. Mt 14,1-2.13); por su parte, el Nazareno descubre a Dios dentro de sí mismo, por eso lo ve en los pobres y en los pecadores. ‒ Antioquía (Siria), año 80: El futuro Reino de Dios será como una nueva primavera, en la cual los seres humanos serán libres, si cultivan la compasión y el compartir de Dios.

● Sentido. El tema del Evangelio es "La Primera Multiplicación de los Panes y de los Peces". No hay que tomar este relato en sentido literal, porque está lleno de símbolos. En el texto se descubren tres ejes fundamentales:

♦ La “compasión” de Jesús como punto de partida hacia un Nuevo Éxodo (14,13-15). Quienes no pertenecen a Corazaín, Betsaida y Cafarnaúm (11,20-24), abandonan sus ciudades y siguen al Maestro a pie; ahora están en el desierto, en un despoblado (14,13): Todo ello es el símbolo de un nuevo éxodo. “Compadeciéndose de la muchedumbre, sanó a los enfermos”: Pese a la falta de respuesta de la gente a las parábolas, el Nazareno siente el Amor de Dios Padre por las personas (cf. Ex 3,7). “Despide a la multitud, para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos" (14,15): Los discípulos no se preocupan del hambre de los demás, ni tienen dinero para comprar tanto pan. ‒ Si no ponemos el Amor de Dios, que está en nuestro corazón, en las necesidades de los otros, ni permitimos que sus problemas se asomen en nuestro corazón, es imposible iniciar un proceso de transformación tanto a nivel familiar como social.

♦ El testimonio de Cristo y de los discípulos convoca al “compartir” entre la multitud (14,16-19). “Denles de comer ustedes mismos” (14,16): En estas palabras está la “clave” o el “punto de inflexión”, que permite entender el relato en su profundidad. "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados"; "Tráiganmelos aquí", les dijo Jesús (14,17-18); en ese entonces, todo el que salía de casa por un tiempo, iba provisto de alimento necesario; por otra parte, 5 + 2 = 7 en la Biblia es un número infinito, de plenitud: Todos tienen en sí o dentro de sí mismo algo valioso que aportar al bien común. “Sentarse en el pasto” (14,19): Comer sentados era símbolo de las personas libres; el “pasto” o “hierba” está significando que viene una nueva primavera; “levantar los ojos al cielo y pronunciar la bendición”: Es considerar los bienes de la tierra como un regalo de Dios para todos sus hijos e hijas; “Jesús comparte el pan”, también “sus discípulos lo distribuyen entre la gente”: El acontecimiento fue una respuesta a la compasión y a la generosidad que Jesús predicaba. ‒ Si cada discípulo del Señor y cada comunidad cristiana, además de la “compasión”, practica el “compartir”, comienza a cambiar la base de las sociedades.

♦ La saciedad de quienes tienen hambre y sed de justicia (14,20-21). “Todos comieron hasta saciarse” (14,20a): En esa comida todo el que tenía algo que aportar, colaboró, y el que no tenía nada, se sintió acogido fraternalmente. “Con los pedazos que sobraron, se llenaron doce canastas” (14,20b): Las doce canastas con los pedazos sobrantes no sólo se refieren a las doce tribus de Israel, sino que hacen pensar en el futuro banquete mesiánico de las naciones. “Los que comieron fueron unos cinco mil hombres” (14,21ª): El número de los que comieron es también simbólico, porque 50 por 100 indica repetición ilimitada, aludiendo a “personas adultas” y a comunidades proféticas del Antiguo Testamento (cf. 1 R 18,4.13; 2 R 2,7). “Sin contar las mujeres y los niños” (14,21b): En los esquemas de vida de los grupos de aquella región y de aquel tiempo, se consideraba “personas débiles” a las mujeres y a los niños. ‒ Cada vez que se comparte el pan, se hace presente a Dios, que es Amor, porque Dios y el necesitado son inseparables, y a la vez se anticipa un Nuevo Pueblo de Dios, que aún no ha llegado plenamente.

 

• Lambert Lombard (1505-1565) y Joachim Patinir (1480-1524): Multiplicación de los panes