Botón homilético                                                                                                   Francisco Quijano OP   

Segundo Domingo de Cuaresma (16.3.2014): Mateo 17, 1-9

♦ Este es mi Hijo amado, en él me gozo. Es la voz que se escucha en el bautismo y en la transfiguración de Jesús.

♦ El Hijo amado del Padre, identificado con nuestra humanidad, estará sometido a las mismas pruebas que nos acosan: abundancia, presunción, dominio. Es el significado de las tentaciones.

♦ El Hijo amado del Padre, despojado de su humanidad en la pasión y en la cruz, hará resplandecer el amor de Dios en la ignominia y en la muerte. Es el significado de la transfiguración.

♦ ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? – pregunta san Pablo.

♦ Y responde: Estoy seguro que ni muerte ni vida ni presente ni futuro ni criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús (Romanos 9, 35-39). Así, por la fe y la confianza, hemos de hacer nuestra la transfiguración de Jesús.

♦ Las comunidades palestinas de la primera generación cantaban estos misterios con un himno que reporta san Pablo en la Carta a los Filipenses, presentado en este portal.

* La Transfiguración - Icono cretense h. 1550