EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 33º durante el año


Lecturas: Daniel 12,1-3 / Hebreos 10,11-14.18 / Marcos 13,24-32

Botón homilético: Francisco Quijano

Apocalypse Now, la película de Francis Ford Coppola sobre la guerra de Vietnam; El corazón de las tinieblas, la novela de Joseph Conrad sobre el expolio de África en el siglo XIX; El sueño del celta¸ la novela de Mario Vargas Llosa sobre Roger Casement, ambientada en el antiguo Congo Belga, África, y en el Putumayo del Perú. Esos son unos apocalipsis registrados por un cineasta y por dos novelistas actuales.

• Marcos registra el apocalipsis de su época: la destrucción del Templo de Jerusalén por los romanos y la persecución de los cristianos por judíos y romanos.

• En medio de este caos humano, aparece la figura en gloria del Hijo del hombre y resuena su mensaje: «Los cielos y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán». Esta es la clave para interpretar el Evangelio de hoy.

• Evangelio apocalíptico. ¿Qué dicen estas imágenes de efectos especiales? Ante todo eso: son efectos especiales cuya interpretación depende de una clave que es esta: «Los cielos y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán».

• Una imagen natural, entre las apocalípticas, insinúa en qué dirección buscar el significado del cataclismo cósmico: una higuera que reverdece anuncia el verano, contiene la savia de vida que produce fruto, la naturaleza está por manifestar su energía vital.

• Hay otra imagen: en medio del cataclismo, una figura de Hijo de Hombre, con gran poder y gloria, convoca a sus elegidos de los cuatro confines de la tierra: es una muchedumbre de hombres, mujeres, jóvenes, niños es como una cosecha de humanidad.

• Nadie sabe el día ni la hora de este suceso extraordinario. Es un misterio conservado en el arcano del Padre. ¿Qué palabras permiten atisbar el misterio envuelto en efectos especiales?

• Escucha estas palabras de Jesús cuando pasó por nuestra tierra: «No vine a llamar a justos sino a pecadores». «El Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por una multitud». «Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por una multitud».

• Las escuchamos en la celebración de la eucaristía. Pasará este mundo tal como ahora lo conocemos, pasará nuestra vida en esta tierra. No pasará la palabra de Jesús que dice haber venido a congregar a una humanidad nueva para Dios.

• La realidad velada en el sacramento es el misterio de nuestra recreación en Dios: «Celebramos el memorial del Señor resucitado, mientras esperamos el domingo sin ocaso, en el que la humanidad entera contemplará, Padre, tu rostro y alabará por siempre tu misericordia» (Prefacio dominical X).

 

Lecturas: Daniel y Hebreos

• El libro de Daniel pertenece a la literatura apocalíptica, que floreció entre los años 200 aC y 100 dC. Este libro fue escrito durante la persecución de judíos por Antíoco IV Epífanes (175-163 ac) hacia el año 167 aC. Las guerras de resistencia de los Macabeos son también de esta época.

• Esto explica el carácter apocalíptico del libro. Entre las claves de interpretación están estas dos: «En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro» «Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos».

• En tiempos aciagos de la historia, como ocurre aquí y ahora en estas partes de América: México, Estados Unidos, Venezuela, Nicaragua, Cuba –aunque a muchos no les parezca así–, la clave de interpretación es la misma: quiénes son y dónde están las víctimas liberadas del crimen y del mal y quienes han practicado la justicia.

• En el escrito A los Hebreos, se presenta a Cristo, triunfador sobre el pecado y la muerte. ¿Cómo fue ese triunfo? Mediante una derrota: un sacrificio único, el Sacrificio de la Cruz, perpetuado sacramentalmente en la Eucaristía.

 

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Claves para la homilía: Julián Riquelme

• ContextoPalestina, año 30: Desde que fue discípulo del Bautista, Jesús utiliza en parte el lenguaje apocalíptico y escatológico, y se refiere al Reinado de Dios como algo futuro y presente a la vez. – Roma, año 70: Durante la persecución, el lenguaje apocalíptico alimenta la esperanza de los seguidores de Jesús, pues a través de él se afirma que el Amor de Dios ya está presente espera a la humanidad en el provenir y está presente en nuestro “ahora” y en el porvenir.

• Sentido El Evangelio se refiere a la “Venida (= Manifestación) del Hijo del Hombre". Usa el lenguaje apocalíptico, con imágenes, visiones y símbolos, que sólo las personas en crisis y los perseguidos entienden, y que los anima a seguir luchando, por el advenimiento más pleno del Reinado de Dios. La estructura de este trozo bíblico tiene tres partes:

• La Venida del Hijo del hombre ya comenzó en la Pascua de Jesús (Mc 13,24-27).El oscurecimiento del sol y de la luna, las caída de estrellas y la conmoción de los astros, son símbolos tomados del Antiguo Testamento para indicar que el texto se refiere a una teofanía o manifestación divina (gr. “theos” = dios, “fainos” = manifestación; cf. Dt 30,19; Am 8,9; Is 13,9-10; 34,4). Esta teofanía, que pone por testigos a los astros, en este caso no es para invitarlos al gozo y a la alegría. Comienza a ocurrir durante la Pasión: cuando Jesús respondió al Sumo Sacerdote: “Sí, Yo lo soy: y ustedes verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo” (Mc 14,62-63; cf. Dn 7,13; Sal 110]1). El título “Hijo del hombre” es el que Jesús usa en su práctica en Galilea, y designa al que viene a manifestar el Amor de Dios Padre (cf. Mc 13,27); por eso la finalidad de su venida es “congregar a sus elegidos, desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte” (Mc 13,27). Lección: Cuando adherimos por la fe y la esperanza a la Pascua de Jesús, es decir, a su muerte y resurrección, para anunciar el Evangelio a nuestros contemporáneos, las decisiones nuestras contienen el Amor de Dios, pues estamos permitiendo el encuentro con Cristo.

• Parábola sobre la vida actual (13,28-29). Como cercanos al Lago de Galilea y al Mar Mediterráneo, el Nazareno y sus discípulos ven la primavera como un acercarse al deseado verano. La higuera, que reverdece, invita a interpretar el presente, incluidas crisis y persecuciones, con una esperanza activa: el alumbramiento de un mundo nuevo, la Venida más plena del Reinado de Dios. Moraleja: Hoy somos invitados a descubrir en los procesos históricos, apoyados en la Palabra de Dios y con los aportes de las ciencias y de las antropologías culturales, los caminos conducentes desde ya a una mayor fraternidad y a una armonía con nuestro Planeta.

• Anotaciones sobre el futuro (13,30-32). La afirmación “No pasará esta generación, sin que suceda todo esto”, insiste en que la Venida del Hijo del hombre ya comenzó (cf. Mc 13,30). La declaración de ignorancia del día y de la hora, procede del Jesús histórico, que los desconocía. De parte de Dios, ya está todo entregado: La Vida, la felicidad, el Amor, en una palabra, el “Reinado de Dios”. Mensaje: Los discípulos de Jesús estamos obligados a planificar el futuro, pensando en el bien de todos los seres humanos, especialmente de los pobres.

Semana XXXIII – Lunes (aquí)