Lecturas: I Reyes 17, 10-16 / Hebreos 9, 24-28 / Marcos 12, 38-44
Botón homilético – Francisco Quijano
• Nada más intolerable, abyecto, reprensible que ser representante oficial de la ley, y de una ley religiosa, y ser a la vez su detractor, profanador, más aún, valerse de ella para dominar, oprimir y despojar a la gente pobre.
• Sucedía en tiempos de Jesús con los “maestros de la ley”. Sucede hoy en día en instituciones religiosas, políticas y civiles. Es una de las peores lacras de la humanidad. Obrar, además, haciendo gala de rectitud moral, legitimidad política y ejemplaridad cívica.
• Este pecado atenta directamente contra Dios, su bondad y su amor. Atenta contra la dignidad humana y los fundamentos de la convivencia social. Es la distorsión más grave que afecta a nuestra condición humana tal como se vive en nuestro mundo.
• El remedio no puede ser sino radical: una inversión completa de valores, un trastrocamiento íntegro. La viuda pobre realiza un acto profético cuya energía nuclear destruye cualquier embuste religioso y político.
• Quienes buscan subvertir estructuras injustas recurren a veces a la violencia que las exacerba. Solo actos de generosidad como el de la viuda pobre irradian la luz que permite desenmascarar el embuste, socavar de raíz la jactancia y emprender reformas.
• El acto de la viuda en su despojo es un gesto profético que anticipa el acto supremo de Jesús que trastoca nuestra arrogancia: «Conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza» (Pablo a los Corintios I, 8, 9).
• La limosna de la viuda y el acto supremo de Jesús irradian una luz semejante: Dios en Jesús nos enriquece, no con su riqueza divina, sino con su pobreza humana. Nos enriquece con el despojo, no sólo de su divinidad, sino también de su humanidad.
• Bajo esta luz hay que ver el gesto de la pobre viuda que echa dos moneditas en las arcas del templo. Es la sorprendente paradoja de que Dios nos enriquece, no con su riqueza divina, sino con su pobreza humana.
Lecturas: I Reyes y Hebreos
• Una característica de las acciones que Dios suscita en la historia, destacada a lo largo de la Biblia, es mostrar que la fuerza nace de la debilidad, la esperanza de la impotencia y, en el límite, la vida se siembra con la muerte y nace de ella.
• El episodio de Elías y la viuda de Sarepta con su único hijo es uno de los muchos sucesos de esta índole narrados por la Biblia.
• ¿Qué es lo que confesamos como misterio central de nuestra fe? «Jesús fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz; y Dios lo exaltó para que todos proclamen: ¡Jesucristo es Señor, para gloria del Padre!»
• En la Carta a los Hebreos tenemos la misma confesión de fe: «Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de la multitud y aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan».
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Claves para la homilía – Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Realizada la “purificación del templo de Jerusalén”, Jesús enseña que la ostentación religiosa de los dirigentes del pueblo, distorsiona la imagen de Dios como Padre, e impide el crecimiento de las personas. - Roma, año 70: Durante la persecución, lo que importa en los actos religiosos, es la actitud de autenticidad ante Dios y de amor al prójimo, porque humaniza y libera a los otros.
• Sentido Este resumen del Evangelio de Marcos trata de “la actitud básica que debe animar nuestros actos religiosos”. Contiene tres temas:
• Crítica a los falsos escribas (12,38-40). Primeramente, el Nazareno advierte a la gente contra el afán de prestigio de los escribas. Después, describe la ambición ellos, que los lleva a la apropiación indebida de bienes y posesiones; a veces mezclando la oración con su actuación depredadora. Por último, con frase profética, los llama a la responsabilidad, pues utilizan la religión para abusar de los desprotegidos. De este modo su práctica es más peligrosa que su doctrina. Lección: Cuando los dirigentes religiosos no manifiestan el amor a Dios y al prójimo, el Dios liberador aparece como un dios legislador y opresor, que esclaviza al pueblo.
• Descubrimiento de la vanidad de los ricos (12,41). La “sala del tesoro” era el lugar del templo donde se almacenaban las ofrendas. Parte de estos donativos se destinaban a ayudar a los necesitados. “Muchos ricos daban en abundancia”: En griego y en latín dice “arrojaban”, “tiraban”: Grandes embudos de bronce, con amplia boca, recibían las monedas, que podían ser lanzadas desde una distancia considerable. A algunos ricos les gustaba oír el chocar de sus monedas con aquellas especies de bocinas. Moraleja: El orgullo, la vanidad y la prepotencia en los gestos religiosos, crean temores en los sencillos; por tanto, esclavizan y no liberan a los pobres.
• Alabanza de la viuda pobre (12,42-44). “Colocó dos pequeñas monedas de cobre”: Económicamente esa cantidad poco servía para solucionar el problema de los necesitados. Sin embargo, desde el punto de vista del Reinado de Dios esa actitud posee un gran valor, porque el Señor mira más el corazón que las apariencias (1 Samuel 16,7). “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros”: Ella, que es la última en la escala de los pobres en Israel, no aporta desde la ostentación, sino desde el amor. Da todo lo que posee para su subsistencia en el presente. En los actos religiosos, el egoísmo y el amor son como dos platillos de la misma balanza; no puede subir uno, si no baja el otro. Mensaje: La viuda en este Evangelio es también símbolo de Cristo en su Pascua y de los pobres, es decir, de las personas que no tienen derecho, pero por amor a Dios y al prójimo cultivan el desapego para que todos tengan vida (cf. 1 Tim 2,4; Jn 10,10).
Semana XXXII – Lunes (aquí)
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