EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 25º durante el año


Lecturas: Sabiduría 2, 17-20 / Santiago 3, 16–4, 3 / Marcos 9, 30-37

Botón homilético: Francisco Quijano

• Las lecturas de este domingo proyectan el designio de amor de Dios sobre el telón de fondo de las ambiciones y desdichas que anidan en nuestro corazón, se manifiestan en nuestros actos y atraviesan toda la historia. ¿Qué ambiciones y desdichas?

• Denuncia el Sabio: «Sometamos al justo a tormentos despiadados, para probar su paciencia y comprobar su resistencia… condenémoslo a una muerte deshonrosa pues dice que alguien cuida de él».

• Dice Santiago: «Donde hay envidia y rivalidad, hay desorden y toda clase de maldad… Quieren algo, y si no lo obtienen, asesinan; envidian, y si no lo consiguen, pelean y luchan».

• Pregunta Jesús a sus discípulos: «–¿De qué hablaban por el camino? Se quedaron callados –dice el evangelista– porque habían estado discutiendo por el camino quién era el más grande».

• Sobre este trasfondo de ambiciones, envidias, injusticias, soberbia, dominación, prepotencia, que dejan una estela de desgracias y desdichas de nuestra humanidad, se proyecta un rayo de luz.

• Suplica el Salmista: «¡Oh Dios, sálvame por tu honor, defiéndeme con tu poder!… Miren, Dios es mi protector, el Señor sostiene mi vida».

• Dice el Santiago: «La sabiduría que procede el cielo es ante todo pura; además es pacífica, comprensiva, dócil, llena de piedad y buenas obras, sin discriminación ni fingimiento».

• Jesús enseña a sus discípulos a descentrar su vida de ellos mismos y sus ambiciones: «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos, y el servidor de todos».

• Los instruye con una parábola viva: «Llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos, lo acarició y les dijo: –Quien recibe a uno de estos niños, a mí me recibe; quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado».

• En tiempos de Jesús, los niños no gozaban del cuidado que reciben hoy en día. Se les instruía en las tradiciones religiosas judías y se les pedía que cumplieran servicios domésticos. Poner en el centro a un niño es la clave de la parábola.

• En el centro del doble misterio, el misterio de luz que viene del Padre y el misterio de tinieblas que viene del mal, esta Jesús: «El Hijo de hombre va a ser entregado en manos de los hombres que le darán muerte, pero al tercer día resucitará».

• Su muerte y resurrección son el desenlace de este misterio de luz y tinieblas: Triunfa la luz, que es el amor incondicional de Dios por nuestra humanidad. Este don no es ajeno a nuestra libertad: exige de nosotros morir al mal.

 

Lecturas: Sabiduría y Santiago

El libro de la Sabiduría es el último cronológicamente del Antiguo Testamento, escrito en Alejandría (actualmente El Cairo), que fue en un centro cultural cosmopolita de importancia entre los siglos IV aC y IV dC.

Este libro es justamente una reflexión sapiencial de toda la historia de pueblo judío, cuyo autor es un judío de la diáspora, que lo redactó en lengua griega hacia los años 70 a 50 aC.

La Carta de Santiago, poco conocida y leída, es también una reflexión sapiencial dirigida a comunidades cristianas de finales del siglo I. Con ser de carácter sapiencial, contiene también denuncias proféticas muy incisivas. El fragmento de hoy arroja luz sobre los crímenes atroces que bañan de sangre a este país y otros más.

 

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Claves para la homilía: Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: Jesús quiere pasar desapercibido, porque ahora está dedicado a preparar más profundamente a sus discípulos, para que formen una comunidad. - Roma, año 70: Se instruye a los seguidores de Cristo sobre las exigencias del Reinado de Dios, en medio de la persecución, que los asusta y desconcierta.

• Sentido El tema del pasaje bíblico es “Instrucciones de Jesús subiendo a Jerusalén”. El texto muestra, por lo menos, tres aspectos:

• Segundo anuncio de la Pasión (9,31). Esta es una catequesis post pascual. En ella el Señor Jesús aparece enseñando con mucha claridad, el sentido de su propio Mesianismo, a los discípulos. Él les comunica que prevé un final violento (Mc 9,31); recurre a la imagen y a la suerte del "Hijo del hombre", término aquí con contenido más cercano al Siervo Sufriente de Isaías 52,13-53,12 que a Daniel 7: Habla así de un Mesías desapegado de todo poder de dominación; y se refiere también a la resurrección: “Tres días después de su muerte, resucitará". Lección: El Misterio Pascual de Jesús, es decir, el acontecimiento de su muerte y la experiencia de su resurrección, ilumina el itinerario de los discípulos de Cristo en todos los tiempos y lugares.

• Tendencia a la incomprensión: Discuten quién es el más importante (9,32-34). Los discípulos no asumen en plenitud la enseñanza de Jesús. Intuyen que sus pensamientos son distintos a los del Maestro, y les da miedo preguntar. Los discípulos esperan un gran triunfo, inspirados en un concepto político imperialista del Reinado de Dios. No quieren entender, porque, para ellos, la muerte, sin experimentar el Reinado de Israel sobre las naciones, significa el fin de sus pretensiones mesiánicas. Por eso, actúan neciamente, buscando posiciones de dominio y de poder, ejercidas por ellos mismos, mientras el Nazareno camina como Profeta, que confía en la Amistad y el Amor de Dios Padre por todos. Moraleja: Solo la experiencia pascual, permite comprender el sentido de la Cruz.

• Enseñanza: El que quiera ser el primero, debe hacerse servidor de todos (9,35-37). Jesús hace una fuerte invitación al seguimiento: Llama a ser el “primero”, pero por un camino distinto al que los Doce pretenden elegir. Cuando se habla del “niño” (gr. “pais” – “paidos”, en un códice con artículo), probablemente el texto se está refiriendo a un niño concreto, que está delante, ahí en la casa, y no a cualquier niño; se trataría del niño o muchacho de los mandados, el último en la escala familiar, el último de los que se dedican a servir. “Abrazándolo”: identificándose con la actitud de ese niño, prefiriendo ser como ese niño. “Me recibe a mí y al que me ha enviado”: Identificarse con el más pequeño de los esclavos que sirven, es asumir la actitud de Jesús, reflejando la actitud de Dios para con todos. Mensaje: Los seguidores de Cristo deberíamos ser los “primeros” y los “únicos”, en el no oprimir, sino en el ponernos al servicio de los demás.

Semana XXV: Lunes (aquí)