Lecturas: Job 38,1.8-11 / II Cor 5,14-17 / Marcos 4,35-41
Botón homilético: Francisco Quijano
• Este episodio de la tempestad en el mar es impresionante: la barca azotada por las olas, los discípulos atemorizados, Jesús duerme como si nada: «Maestro, ¿no te importa que naufraguemos?» Hay que traducir este episodio a otras experiencias.
• En vida de Jesús representaba lo que les estaba sucediendo: aceptación y asombro de mucha gente, hostilidad y acoso de muchos otros.
• Entre los primeros cristianos fue signo de las persecuciones que padecieron, como mucha gente ahora, por diversos fanatismos ideológicos y religiosos.
• En la tradición bíblica el mar encrespado es símbolo del mal que acecha a las personas, la violencia del viento es igualmente símbolo de reacciones que causan daño.
• ¿No será esta tormenta símbolo también de las sacudidas que sobrevienen en la vida? ¿Dónde está Dios? Jesús está dormido. ¿Qué pasa? No sé qué hacer. Nos ahogamos. Esta violencia descarnada que nos acecha en todo México, ¿cuándo acabará?
• Los discípulos reclaman a Jesús que duerme. Él se levanta y conmina al mar: «¡Cállate, enmudece!». De igual modo expulsaba Jesús a los demonios que agobiaban a la gente: «¡Cállate y sal de él!»
• Jesús les reprocha: «¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?» Ellos a su vez reaccionan: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?»
• El episodio de la tempestad en el lago termina en una admiración enorme y sobrecogedora de los discípulos. Esta reacción de los discípulos es, entre pasmo y admiración, una expresión de fe clamorosa.
• Piensa en lo que te ha sucedido y lo que puede sucederte. Sin que lo notes, Jesús, que parece estar dormido, se despierta: «¡Silencio, cálmate!» No tengas miedo, ten confianza, guarda silencio, entra en tu interior.
• Rememora la parábola de la semilla que germina y crece sola: ya duermas ya despiertes, en la angustia y en la paz, Dios, su amor, su amistad, estarán siempre sosteniéndote en la vida, haciendo que crezcas, fortaleciéndote en las dificultades.
Lecturas: Job y II Corintios
• Dios sobrepasa por completo todas nuestras capacidades de imaginación y conocimiento. Por eso, en la Biblia se manifiesta en formas que llamamos «teofanías».
• Al final del libro de Job (cc. 38-41) hay unas teofanías impresionantes en su forma literaria. Un pequeño fragmento de ellas es la primera lectura de este domingo.
• Dios, ese Dios Creador y Padre, se humanizó en Jesús. Dios humanizado, la Palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros, dice san Juan, por su muerte hace de nosotros criatura nueva.
• «Quien vive en Cristo es una criatura nueva: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente». Ese ser nuevo llegará a su plenitud de ser cuando vea a Dios cara a cara.
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Claves para la homilía: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Jesús pide a sus seguidores: “Crucemos a la otra orilla” (4,35), esto es, vamos a tierra de los gentiles, a poblaciones paganas. - Roma, año 70: Los cristianos saben que deben amar a sus enemigos, lo cual es desconcertante para ellos, porque están siendo perseguidos por sus enemigos,
• Sentido En la narración de la “tempestad calmada” se pueden destacar, entre otros, estos aspectos:
• La tranquilidad de Cristo (4,35-39). El relato está lleno de simbolismos. La “tempestad” retrata el drama interior que viven los discípulos en el seguimiento. El sueño de Jesús es expresión de su soberanía y seguridad (4,38ª). Las palabras del Nazareno a la tormenta y al mar “¡Silencio! ¡Cállate!”, y la bonanza, que sigue (4,39), indican el poder del Mesías del Dios vivo. Lección: El texto ha sido redactado después de la Resurrección: Jesús es el Señor.
• La constatación de la interioridad de los discípulos (4,40). “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” (4,40). Si bien están en necesidad, ellos no actúan correctamente al recurrir al Maestro: “¿No te importa que nos ahoguemos?” (4,38). Su postura es equivocada, porque solo piensan en sí mismos, y no están dispuestos a correr los riesgos que conlleva la apertura junto con el Nazareno. Para el Señor, esta actitud es cobardía e incredulidad. Moraleja: ¿Vivo al interior de una burbuja respecto a los pobres y a quienes sufren?
• La profundización en el seguimiento de Jesús (4,41). Se dicen unos a otros: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?” (4,41). Para el Evangelista San Marcos, lo más importante es que los discípulos se pregunten: “¿Quién es Éste?” (4,41). Antes intuían que el Nazareno era un profeta, ahora comienzan a adherir personalmente a Él como al Mesías. Mensaje: Es bueno buscar a Cristo en el prójimo, en la oración y en el Evangelio; pero es bueno también buscarlo en nuestro propio interior, porque todo lo que hay de bueno en nosotros es de Dios, y lo malo es de nosotros.
Natividad de San Juan Bautista (aquí)
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