EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 4º de Pascua


Lecturas: Hechos 4,8-12 / I Juan 3,1-2 / Juan 10,11-18

Botón homilético - Francisco Quijano

• En la alegoría del buen pastor hay una sintonía connatural entre las ovejas y el pastor: ellas conocen su voz, él las llama por su nombre, unas y otro se conocen íntimamente. ¿Qué sintonía es esta?

• La tradición teológica habla del instinctus fidei, sensus fidei, instinto o sentido de la fe; del instinctus spiritus sancti, instinctus interior, instinto íntimo del Espíritu Santo; de lumen divinum, lumen infusum, luz divina infudida.

• La alegoría evangélica y estas expresiones se refieren a un misterio que nos acompaña toda la vida: la voz íntima de nuestra conciencia, que es resonancia de la voz íntima de Dios en nosotros; es su luz que nos hace ver la luz. Para escuchar esta voz, hemos de hacer silencio; para ver esta luz, recoger la mirada.

• Jesús es buen pastor, no por estar sometidos a él como sucede cuando se manipulan las conciencias, se engaña y seduce a las personas, cuando nos dejamos llevar por apariencias, noticias falsas, ideologías; o por líderes de lengua larga, que usan como lazo para atrapar a mucha gente crédula.

• Meditar el capítulo 10 del Evangelio de San Juan es una forma excelente de reencontrarse interiormente, saber quién soy, qué quiero, escuchar en mis dudas e inquietudes la voz del pastor.

• ¿Y quién eres tú? ¿Hacia a dónde vas? Eso te lo dice el mismo san Juan, que escuchó esa voz interior, en el fragmento de su Primera Carta que se lee este día.

• Jesús conduce a la humanidad a Dios, a cada quien, porque él conoce al Padre y porque nos conoce y da su vida para que recibamos la vida del Padre. Esa vida sobrepasa toda expectativa humana y colmará todos nuestros deseos más allá de lo que podemos desear.

• Jesús está en el centro de la historia para mostrar que la historia es camino hacia Dios. Jesús padece las desgracias que nos aquejan, a fin de garantizarnos que el destino humano no acaba en la nada, sino en gozar la vida de Dios.

 

Lecturas: Hechos y I Juan

• El testimonio de Pedro después de la sanación de un paralítico ante el Consejo de las autoridades judías es contundente: hemos sanado a este enfermo en nombre de Jesús de Nazaret, condenado a muerte por ustedes y resucitado por Dios. En él está la salvación.

• En este pasaje de su Carta Primera, san Juan proclama la verdad más trascendente e inconcebible el destino humano: «Ahora somos hijas, hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Cuando Él aparezca serremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es».

• Piénsalo así. La Palabra, que es Dios, por la que se hicieron todas las cosas, se hizo carne y habitó entre nosotros; es decir: Dios mismo se humaniza. Tú, yo, criaturas finitas, seremos semejantes a Él cuando se manifieste en plenitud; es decir: tú, yo, criaturas mortales, seremos transformadas en criaturas inmortales, nuestra humanidad será deificada.

• San Basilio: «Del Espíritu procede el conocimiento de las cosas futuras, la inteligencia de los misterios, la comprensión de las cosas ocultas, la distribución de los dones, el trato celestial, la unión con los coros angélicos; de él deriva el gozo que no termina, la perseverancia en Dios, la semejanza con Dios y, lo más sublime que imaginarse pueda, nuestra propia deificación».

• No hay acerca del sentido de la vida afirmaciones comparables a estas. ¿Cómo podemos darles crédito y confiar en que así es? Jesús afirma: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas». Sería infantil entenderlo como si fuéramos mansas ovejas sumisas a la voz de mando de un líder autoritario.

• Pintura de un pastor de Rajastán, India.

 

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Claves para la homilía – Julián Riquelme

• Contexto. - Palestina, año 30: Jesús utilizó la parábola de la oveja extraviada para referirse a la preocupación de Dios por liberar a la persona pecadora (Fuente Q 15,4-5ª.7; Lc 15,4-7; Mt 18,12-14). - Jerusalén, año 100: Ante los fariseos de finales del siglo I, los cristianos afirman que Jesús es el único Pastor modelo.

• Sentido. La Palabra de Dios presenta al Maestro de Nazareth como “El Buen Pastor”. En este trozo bíblico se pueden distinguir, por lo menos, tres aspectos:

El Buen Pastor da la vida. (10,11-13). Cristo expone su vida por el bien del rebaño; se enfrenta a los lobos, que quieren dispersar a las ovejas y eliminarlas. La entrega, que hace el Señor por los suyos, es absolutamente voluntaria, amorosa y gratuita. Lección: En nuestros días, es buen pastor da la vida por la comunidad, e incluso por las de otros rediles.

Jesús, modelo de Pastor (10,14-16). La relación entre Cristo y sus seguidores, se expresa en una experiencia de conocimiento mutuo y amor recíproco. Ella es tan profunda como la que existe entre Dios Padre y Jesús. El Maestro lo fundamenta todo en esta experiencia. El amor del Señor es tan grande, que quiere hacer de todos los “rediles” particulares un solo rebaño. Moraleja: En las actuales circunstancias, solo es buen pastor quien hace la experiencia de Cristo.

 El Padre y Cristo (10,17-18). La libertad de Jesús no se queda en la imprescindible elección de alternativas, sino que se va realizando en el darse, para que todos tengan vida (Jn 10,10). Por eso, su opción voluntaria es, al mismo tiempo, un símbolo, que manifiesta el amor del Padre por todos. Mensaje: Nunca antes se necesitó tanto de una ética, basada no en los intereses inmediatos de los individuos, sino sobre las perspectivas del futuro de la humanidad.

Pascua IV: Lunes (aquí)