EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 4º de Adviento


Lecturas: Isaías 7,10-14 / Salmo 23,1-6 / Romanos 1,1-7 / Mateo 1,18-24

Botón homilético - Francisco Quijano

• Es un Evangelio con distintos planos de interpretación. Uno, la sorpresa de José ante el embarazo de su mujer. Sorpresa muy natural: de parejas con dificultades de engendrar o que suponían no haber engendrado. José ni eso siquiera: no tenía la menor idea de qué había sucedido.

• Otro plano de lectura: el evangelista, inspirado, relata el sueño de José, para indicar que hay allí un misterio que sobrepasa la imaginación: «Lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo». Es una afirmación audaz, como involucrar a Dios en ritos de fecundidad.

• Un tercer plano: la historia de Dios con la humanidad, develada por los profetas. Isaías se refiere a un acontecimiento de su tiempo: la mujer del rey Ajaz engendraría un hijo a quien llamaría «Emmanuel». Ese niño es garantía de que Dios está con su pueblo en tiempos de guerra.

• Pero esta historia, dirá el evangelista, ha llegado a unos tiempos de plenitud: Dios efectivamente estará en medio de nosotros. La promesa contenida en el nombre Emmanuel se cumple. Lo que vivimos con la concepción y el nacimiento de Jesús es esta realidad: «Dios-con-nosotros».

• El misterio de la Encarnación de la Palabra / Hijo de Dios es una sorpresa mayúscula que rompe todos los parámetros de lo que humanamente podemos concebir.

 

Lecturas: Isaías y Romanos

• El «Oráculo de Emmanuel, Dios con nosotros» tiene dos dimensiones, una es histórica, la otra es trascendente. El «Emmanuel histórico», circunscrito en el tiempo, es el hijo del Ajaz y de su mujer hacia los años 730 aC.

• El «Emmanuel que trasciende la historia» es el Hijo de Dios encarnado en el seno de María. Esta lectura trascendente de un oráculo histórico es la revelación del origen de Jesús tal como la presenta san Mateo en su Evangelio. San Lucas lo hará en el relato de la Anunciación.

• El saludo de Pablo a los romanos contiene una de fórmulas originarias de la Buena Noticia que es también una de las primeras confesiones de fe en Jesús, Hijo de David e Hijo de Dios. Dice así:

  «Yo Pablo, elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que él había prometido por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador. por su resurrección de entre los muertos».

• Batolomé Esteban Murillo (1617-1682) El sueño de san José

 

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Claves para la homilía - Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 1: Al parecer, José era de la descendencia de David: “Hijo de David” (Mt 1,20ª). - Antioquía Siria, año 80: Mateo escribe a una comunidad formada por cristianos de origen judío, para decirles que Jesús, muerto vergonzosamente en la cruz, ha resucitado, y es el Mesías, algo muy difícil de aceptar por el judaísmo de la época (1 Co 1,23).

• Sentido El Evangelio relata el “Anuncio del nacimiento de Jesús a José", por parte del Ángel del Señor. Su género literario es uno de los "relatos de la infancia de hombres famosos". Éstos consistían en una descripción sobre la infancia y la adolescencia de un personaje, que llegó a ser célebre en su vida adulta –Moisés, Sansón, Samuel, el Bautista, Jesús–. La finalidad de estas narraciones era mostrar una síntesis o resumen de toda la vida del personaje. Los subrayados teológicos indicados por el evangelista son los siguientes:

• Historicidad mesiánica (1,18b-19). “Comprometida”: Era costumbre entre los judíos distinguir entre el "desposorio" (“quidushín”) y el "casamiento" (“nissuín”): Manteniendo la espiritualidad de la Alianza, el "desposorio" es un contrato serio y firme de promesa de matrimonio; y el "casamiento" es la ceremonia de boda, en la que al final se conduce a la novia a la misma casa del novio. Conflicto o duda por acontecimiento inédito: José sabe que María espera un hijo, y sabe también que es obra del Espíritu Santo, pero no quiere entrar en conflicto con Dios. No quiere apropiarse de un hijo que no es suyo. Entiende que él ha elegido a María como su esposa, y Dios también la ha elegido, y no puede competir con Dios. Entonces decide repudiarla, es decir, darle el divorcio y dejarla libre, para que Dios siga con la obra que ha empezado. Lección: Al proteger a las personas más cercanas, a veces podemos olvidar el servicio a todos los seres humanos.

• Sueño o teofanía (1,20-23). El “Ángel” es un personaje típico de la Resurrección de Cristo. A través del sueño, José recibe una revelación del Dios de la Vida. (Algo similar a su tocayo del AT, cfr. Gn 37,5). En este caso, el ángel no le avisa a José que el hijo que María espera es del Espíritu Santo. Eso él ya lo sabe. Lo que le pide es que no se marche, que no la deje, porque, si bien Dios la ha elegido a ella, también lo ha elegido a él. Finalidad: Para que José realice la función de padre, indispensable para la vida del niño. Por eso, el texto dice: “No temas en recibir a María, tu esposa, porque (si bien) lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo, ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús” (vv. 20-21: griego “gar” y “de”). Este hijo es el Mesías prometido desde antiguo al pueblo de Abraham, que libera de las desorientaciones personales y sociales, pues son contrarias a la Nueva Alianza. A propósito del nombre de “Jesús”, el Evangelista comenta que se cumple así la profecía de Isaías al rey Ajaz: Dios regala a su Pueblo un Niño, que transforma a las personas desde sus corazones, porque, a través de Él, Dios estará para siempre con nosotros (cfr. Is 7,10-14; Mt 28,20). Moraleja: El Dios de Amor ya está con nosotros, desde nuestro interior.

• Obediencia o colaboración (1,24). José colabora con la misión de Cristo en el mundo, aceptando a María como esposa, y asumiendo a Jesús como su hijo, insertándolo así en el linaje de David, que lo acredita como Mesías. Mensaje: También nosotros somos convocados a ayudar a que Jesús esté presente en nuestros ambientes.

• Vicente López Portaña (1772-1850): El sueño de san José

Adviento IV: Diciembre 19 (aquí)