Lecturas: Jeremías 38,3-6.8-10 / Hebreos 12,1-4 / Lucas 12,49-53
Botón homilético: Francisco Quijano
• Tenemos hoy cuatro dichos de Jesús. Dos se refieren al desenlace de su vida: «Vine a traer fuego a la tierra» «Tengo que recibir un bautismo». Y dos se refieren a sus consecuencias: «No he venido a traer la paz sino la división» «De cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos».
• ¿De qué fuego habla Jesús? ¿De qué bautismo? ¿De qué división? El fuego es símbolo del amor: el amor de Jesús por nosotros, que manifiesta el amor del Padre por la entera humanidad. El bautismo es símbolo de su pasión y muerte: un amor llevado al extremo de la fidelidad.
• ¿Por qué trae Jesús la división? ¿No es esto lo contrario del fuego de un amor fiel hasta la muerte? Jesús no crea esta contradicción. Nosotros la causamos. Una pregunta puede esclarecerlo: ¿qué pasa cuando alguien trata de amar sin condiciones? Casi seguro que encontrará traiciones, desengaños, oposición, desdén.
• Examinemos el arrojo profético de Jeremías y los dichos de Jesús en relación con varias zonas de la República Mexicana que están tomadas prácticamente por el crimen organizado, en ciudades conflictivas de Centro América, en el norte y el sur de México y Chile. Esta es una noticia reciente.
• Durante el pasado mes de julio, los Obispos y Religiosos de México y la Compañía de Jesús invitaron a orar a raíz del asesinato de los padres Joaquín Mora SJ y Javier Campos SJ y del guía de turistas Pedro Palma:
• «Los asesinatos y desapariciones que diariamente se cometen en el país son un llamado de Dios a unirnos para pedir por la paz. La sangre derramada de estos hermanos y hermanas es la sangre de Jesús que cae en la tierra para hacerla fértil y emprender un camino por la paz».
• La contradicción que atraviesa a Jesús y su vida, anunciada por Simeón cuando fue presentado en el templo, es la contradicción que atraviesa a nuestra humanidad violenta. Jesús carga sobre sí esta contradicción fatal de la muerte para liberarnos de la fatalidad de la muerte.
• Vivir esta contradicción es vivir el amor sin condiciones, luchar por la justicia, defender a las personas, poner en primer lugar su dignidad y derechos, encender el fuego de una humanidad nueva. Todo eso puede tener consecuencias desastrosas para quienes lo intentan.
Lecturas: Jeremías y Hebreos
• Una historia de conspiración contra el profeta Jeremías: «Hay que matar a ese hombre, porque las cosas que dice desmoralizan a los guerreros que aún quedan en esta ciudad». Y lo arrojaron al fondo de un aljibe. Intercedieron por él, lo sacaron y se salvó de milagro.
• Jeremías confiesa es los pasajes autobiográficos de su libro que fue padeció ultrajes, persecución y peligro de muerte por el cumplimiento de su misión. Él no fue el causante de esas contradicciones. Fue su palabra de denuncia del mal y de anuncio de una nueva alianza lo que provocó oposición contra él.
• Después de recordar a grandes personajes de la Antigua Alianza por su fe en las promesas y su confianza en Dios, la Carta a los Hebreos nos exhorta, «envueltos por una nube tan densa de testigos, a correr con constancia la carrera que nos espera».
• La solidaridad entre quienes asumen los designios de Dios en su vida y emprenden una misión se extiende más allá de lo visible hacia el pasado y el futuro, y se acrecienta en vastos círculos cada vez más amplios en el presente en que vivimos. Esa es la gran nube de destigos que nos envuelve para animarnos en la lucha por una humanidad nueva.
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Claves para la homilía: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: En la subida a Jerusalén, algunos esperan un imperio judío mundial; otros confían en que Jesús realizará, de alguna manera, las antiguas Promesas de Yahvé. - Grecia, año 80: La esclavitud de las mayorías, en el imperio romano, se opone al amor al prójimo, que Jesús exige, basado en la experiencia de Dios como Padre.
• Sentido Tema del Evangelio: "Jesús, causa de disensiones". En el texto se pueden señalar estos aspectos:
• Visión del porvenir (12,49). El fuego en la tierra simboliza al Espíritu Santo, enviado al Nuevo Pueblo de Dios después de la muerte de Cristo, para que despierte la vocación de toda la humanidad (Hch 2,3; 2,31-33). El Maestro de Nazareth desea que el Espíritu Santo actúe aquí y allá, propiciando un desarrollo humano universal. Lección: El Evangelio no es una noticia tranquilizante ni menos una droga, que produce la uniformidad de una comunidad de alienados.
• Condición necesaria (12,50). El bautismo, en que el Señor tiene que ser sumergido, es su muerte (cf. Mc 10,38). Sin la entrega de Jesús, que manifiesta el Amor del Padre por cada uno y por todos los seres humanos, no se comunica el "fuego" de Dios en la tierra. Por lo tanto, la opción amorosa de Cristo por la vida de todos, es algo más importante que las estructuras antisolidarias, que propician el individualismo radical y la ambición. Moraleja: El Evangelio es una noticia inquietante, que puede engendrar la división hasta en el mismo santuario del hogar. En inútil, pues, descafeinar la evangelización.
• Motivo de discordia (12,51-53). El Nazareno va a convertirse en causa de desavenencias, debido a su mensaje, que manifiesta la imagen de Dios como Padre de todos (cf. Lc 2,34). Así unos estarán contra Él y otros por Él, incluso dentro de una misma familia (cf. Mi 7,6). En otras palabras, la persona de Jesús es factor de división, de "juicio", entre los seres humanos, según se acepte o no su Evangelio (cf. Jn 3,19-21). Mensaje: Las Eucaristías son signos de unidad, que despiertan el profetismo, exigen valentía, desenmascaran la falsa paz y dan fuerzas para soportar oposiciones. Al celebrarlas, celebramos la cruz de Cristo, la sangre del Justo, que inició y completa nuestra esperanza.
• Esculturas en alabrastro de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002)
Semana XX: La Asunción de María (aquí)
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