Lecturas: Isaías 40,1-5.9-11 / Tito 2,11-14.3, 4-7 / Lucas 3,15-16.21-22

Botón homilético – Francisco Quijano

• La voz que escucha Jesús es la clave de su bautismo: «Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo mi gozo y mi delicia». Así puede traducirse el verbo: eudokeô. ¿Qué dicen estas palabras?

• Después de su bautismo, Jesús se lanza a anunciar el Reinado de Dios. Su mensaje, y las acciones que lo acompañan, serán acogidos por muchos.

• Sabemos cómo terminó ese entusiasmo: rechazo, intrigas, incomprensión, traiciones, juicios amañados, torturas, ajusticiamiento en cruz, muerte, sepultura.

• Así evoca Octavio Paz en Piedra de sol el fin trágico de Jesús: «... ¿y el grito / en la tarde del viernes?, y el silencio / que se cubre de signos, el silencio / que dice sin decir, ¿no dice nada?, / ¿no son nada los gritos de los hombres?, / ¿no pasa nada cuando pasa el tiempo?».

• ¿Qué fue lo que sostuvo a Jesús en el desenlace trágico de su vida, que es por cierto el desenlace trágico de millones de vida humanas? ¿Qué fue lo que inspiró su mensaje del Reinado de Dios, sus gestos y acciones?

• Fue esa voz misteriosa, la convicción íntima de ser amado por el Padre, ser su gozo y su delicia. Fue su voluntad indeclinable de comunicar a la gente esa convicción de ser amada por Dios incondicionalmente.

• El profeta Isaías Segundo escuchó también esa voz: «Miren a mi siervo a quien sostengo, mi elegido en quien se goza mi alma. He puesto mi Espíritu en él para que promueva el derecho en las naciones (42,1)».

• Estas palabras son eco del origen del universo proclamado en el poema inicial de la Biblia: «Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno» (Gen 1, 31).

• En el bautismo de Jesús se revela el origen de todo lo bueno que existe y se manifiesta la fidelidad de Dios para con su creación, particularmente para con cada criatura humana que viene a este mundo.

• «Se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él». Es el amor de Dios que se derrama sobre toda la creación. Es el Gozo de Dios, su Espíritu de Amor, es el cantus firmus que sostiene todo lo creado.

• Nuestra vida real, verdadera, no comienza cuando decidimos qué queremos ser, qué vamos a hacer, qué metas nos proponemos. Esa es nuestra vida adulta, cuyo origen son decisiones autónomas que nos enorgullecen.

• Hay otra vida real, genuina, que comienza con lo que recibimos, cuyo origen es un don, una palabra, un espíritu: el Padre, su Palabra, su Gozo en el Amor.

• Por poco que lo pienses, te darás cuenta de que hay un amor en tu origen, que te sostiene toda la vida. Por desgracia, hay personas que no tienen signos ni garantía palpable de ese amor.

• Jesús comparte con nosotros esa su condición de ser amado desde los orígenes y de ser sostenido por ese amor contra toda adversidad, contra la muerte. Eso fue su bautismo, eso es el nuestro.

Lecturas: Isaías Segundo y Carta a Tito

• La segunda parte del Libro de Isaías pertenece a un profeta a quien se le nombra Isaías Segundo por ignorar su nombre. Vivió en tiempos del exilio en Babilonia (587-539aC).

• Sus escritos comienzan con un anuncio de consolación y esperanza para los desterrados: «Consuelen, consuelen a mi pueblo, hablen al corazón de Jerusalén, anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido».

• Este pasaje es citado por los Evangelistas para presentar a Juan Bautista y su misión como precursor del Mesías: «¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!».

• La palabra griega Euangelion, que es como la nuestra Evangelio, significa Buena Noticia. Provine de este pasaje de Isaías II, en el cual dice «Súbete a un monte elevado, mensajero de buenas noticias para Sion; levanta con fuerza tu voz, mensajero de buenas noticias para Jerusalén».

• Mensajero de buenas noticias se dice en hebreo: baseret. En griego: euangelidzómenos. En español: evangelizador, es decir, mensajero o portador de buenas noticias.

• Los Evangelios y el comienzo del Libro de la Consolación de Isaías II son un género literario único en la literatura universal. Su finalidad es justamente comunicar de parte de Dios las Buenas Noticias que él tiene para la humanidad. Eso fue Jesús: Evangelizador.

• En la Carta a Tito estas Buenas Noticias se traducen así: «Cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres... él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo».

• Mármol de Antonio Piazza, siglo xx

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Claves para la homilía – Julián Riquelme

• Contexto - Año 30, en el Jordán, cerca de Jericó: Muchos vienen donde el Bautista: Esperan al Mesías, que lidere al Nuevo Pueblo de Dios (Lc 3,15). Jesús, el carpintero, se admira de ver un profeta en el desierto. Hacía 400 años que no aparecían profetas en Israel. Entonces opta por recibir el bautismo de Juan, en un bautismo general (3,21). - Año 80, en Grecia: Lucas redacta el relato para subrayar que el bautismo cristiano es la primera experiencia del Espíritu Santo en el seguimiento de Jesús. Por eso, el texto agrega, refiriéndose a Cristo: “Y mientras estaba orando” (Lc 3,21).

• Sentido El relato del “Bautismo del Señor” es una catequesis, y el primer dato histórico de la vida del Nazareno. Los rasgos de la experiencia orante de Cristo no son exteriores, de fuera, sino vividos interiormente y experimentados durante todo su ministerio público. Son tres:

• Apertura de los cielos (3,21b). El “cielo” ya está metido dentro de nosotros mismos. Desde ahí el Dios de la vida invita a comunicarse en forma especial, amorosa y gratuita con todos los seres humanos; en otras palabras, convoca a inaugurar una Nueva Alianza entre Él y la humanidad. Jesús descubrió, dentro de sí y en el interior de todos, el gran valor de la vida, que, pese a las limitaciones, está llamada a una comunión plena con Dios (cf. Is 63,19). Lección: El Nazareno acepta su vida y la de su pueblo como un regalo de Dios, y a la vez suplica ayuda para dignificarla, transformarla y llevarla a plenitud: “Venga tu Reino”.

• El Espíritu reposa como una paloma en Jesús (3,22a). La imagen de la paloma en su nido, “en forma corporal”, indica que el Espíritu Santo está en el Nazareno como en su propio hogar, y es sentido por Él como una energía, que le permite crecer en la libertad. Lo singular de la relación entre Jesús y el Espíritu de Dios, es la respuesta, que Él fue dando a esa presencia de Dios-Espíritu en Él, durante todo su peregrinar. Por eso, la comunidad cristiana consideró que Cristo, como ser humano, llegó a poseer la fuerza máxima del Espíritu, especialmente en su Pascua. Moraleja: Para descubrir la misión que debemos realizar libremente, en cada momento de nuestra historia, es muy conveniente invocar al Espíritu Santo.

• La voz que viene del cielo (3,22b). La cita del comienzo de los Cantos del Siervo de Yahvé, señala que la vía de la solidaridad con quienes sufren, humaniza al mundo y manifiesta una nueva imagen de Dios. Jesús asumió este camino del Siervo de Yahvé desde su bautismo (cf Is 42,1-4; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12; cf Sal 2,7). Esta opción solidaria le da sentido a su vida, basándola en el amor. Por eso, se atrevió a llamar a Dios “Abba”, (papá), cosa inusitada en su época y aún en la nuestra. Trató de hacer su voluntad: entregándose Él mismo a los demás. Mensaje: Miremos nuestro bautismo no tanto como un hecho del pasado, sino más bien como una tarea de ser cada vez más solidarios con quienes más sufren.

• Ilustración de un Evangeliario inglés del siglo xi

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