EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 19º durante el año – Santo Domingo de Guzmán


Lecturas: I Reyes 19,1-8 / Efesios 4,30-5,2 / Juan 6,41-51

Botón homilético – Francisco Quijano

• La multiplicación de los panes es el signo con el que se inicia un itinerario de fe: Jesús siente compasión por la gente que necesita comer. Pero esa muchedumbre necesita algo más sin apercibirse de ello: una vida plena.

• Jesús anuncia a esa gente un horizonte nuevo de vida, les dice: «Trabajen no por un alimento que perece, sino por un alimento que dura y da vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre».

• Al deseo que sienten de ese alimento que perdura sin que sepan cómo, Jesús les responde: «Yo soy el pan de la vida: el que viene a mí no pasará hambre, el que cree en mí no pasará sed».

• Antes de su resurrección, ni sus discípulos ni la gente sabían cómo sería ese pan de la vida que es Jesús. Él lo insinúa con estas palabras: «El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne».

• En la Última Cena se revela el misterio de la carne de Jesús: «Tomando el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».

• Al celebrar la Eucaristía, recordamos la consigna del relato de Lucas que proviene de las comunidades de Palestina y Siria, conservado Antioquía: «Hagan esto en memoria mía».

• Estamos celebrando 800 años de la Pascua de Santo Domingo en Bolonia el 6 de agosto de 1221. El lema de esta celebración propuesto por el Maestro de la Orden, fray Gerard Timoner III, dice: «A la mesa con Santo Domingo».

• Esa mesa, signo de un itinerario de fe, es la pintura más antigua de Domingo que está sentado con cuatro docenas de frailes, distribuidos por pares a lo largo de una mesa.

• Esta pintura se conoce como La Tavola della Mascarella, porque se hallaba en la Iglesia de Santa Maria della Mascarella, donde vivió inicialmente la comunidad de frailes de Bolonia en 1218.

• Fue pintada quizá cuatro o cinco años después de la canonización de Santo Domingo en 1234, es símbolo de una nota peculiar de su predicación, como dice su sucesor Jordán de Sajonia: «Domingo acogía a todos los hombres en ancho seno de su caridad; como amaba a todos, de todos era amado. Hacía suyo el lema de alegrarse con los que se alegran y llorar con lo que lloran. Entregado por completo al cuidado del prójimo, derrama su compasión por los desgraciados».

• La Tavola della Mascarella (aquí)

 

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Claves para la homilía - Julián Riquelme

• Contexto - Palestina, año 30: A la gente le cuesta aceptar el Evangelio que proclama Jesús. - Jerusalén, año 100: Acercarse a Cristo, que murió y está resucitado, trae Vida Nueva al mundo.

• Sentido Todo el Discurso del Pan de Vida tiende a dar confianza, ánimo, y fortaleza a los oyentes. El trozo bíblico de hoy, ofrece, al menos, tres subtemas:

• Pan (6,41-43). Invitación a no murmurar contra el Evangelio. La expresión “pan” significa a la vez el alimento diario, la actitud de servicio de Jesús, la persona de Cristo, el Evangelio, y la eucaristía. Los judíos critican al Maestro de Nazareth por haber dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo". No pueden compaginar esta afirmación mesiánica con su origen familiar sencillo. Lección: El Señor llama a superar las actitudes defensivas, aceptando su amistad.

• Regalo (6,44-48). Gratuidad de la vida y de la resurrección. Jesús continúa: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre; y Yo lo resucitaré en el último día; el que cree tiene Vida eterna; Yo soy el pan de Vida”. El Padre se preocupa de la vida de todos, y revela en nuestro interior a Cristo, quien tiene el poder de resucitar. Moraleja: Si adherimos por la fe al Maestro de Nazareth, comenzaremos a caminar al interior de un mundo nuevo.

• Alimento (6,49-51). Asimilación de Cristo como alimento de vida. El Señor termina con estas palabras: “Sus padres, en el desierto, comieron el maná, y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan, que Yo daré, es mi carne para la Vida del mundo”. Jesús comunica la vida de modo definitivo, pleno e indestructible. Mensaje: Nuestra tarea es ir alimentándonos de Cristo, para vencer las resistencias que producen muerte.

Semana XIX – Lunes (aquí)