Evangelio de San Marcos 16,9-15
• El Evangelio de Marcos tiene dos finales: uno inconcluso (16,1-8) y un apéndice que se lee hoy; este es también inspirado por Dios y forma parte del Evangelio canónico, pero fue añadido después.
• El final inconcluso dice así: Las tres mujeres que acuden al sepulcro de mañana escuchan este mensaje de un joven vestido de blanco: «No tengan miedo. Buscan a Jesús Nazareno, el crucificado. No está aquí, ha resucitado. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de ellos a Galilea».
• El evangelista cierra así su relato: «Ellas salieron corriendo del sepulcro, asustadas y fuera de sí. Y de puro miedo, no dijeron nada a nadie». Es un final incongruente, inconcluso.
• El mensaje gozoso de la resurrección del Señor, que debía ser comunicado, no lo fue, quedó encerrado en el silencio del sepulcro y en el silencio de las mujeres. Así termina un Evangelio que no termina...
• Un final inconcluso es una paradoja: si es final es final. Hay una Sinfonía de Franz Schubert que se conoce la «Inconclusa», la Octava. Se la llama así porque consta de dos movimientos, pero no consta que Schubert hubiese querido que tuviera cuatro.
• Del final inconcluso de Marcos tampoco se sabe que él hubiese querido completarlo de otra manera. Lo cual ha hecho elucubrar a los intérpretes por qué quedó inconcluso. Una hipótesis es que el evangelista quiso dejar que los lectores de su Evangelio en Roma, con su propio testimonio de la Buena Nueva en medio de persecuciones, lo completaran.
• Después se pensó añadir un apéndice escueto de los encuentros del Resucitado con sus discípulos y añadir la orden final de anunciar la Buena Nueva por todo el mundo, que es el Evangelio de hoy.
• En este sumario de las apariciones a María Magdalena, a dos discípulos en camino y a los Once, se dice que los discípulos no le creyeron a María ni a los otros dos cuando les dijeron que Jesús estaba vivo. Se dice, en cambio, que «se apareció a los Once cuando estaban a la mesa y les reprochó su incredulidad y obstinación».
• Tenemos otra vez un rasgo característico del encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos: estaban a la mesa en una comida. Otro rasgo en este y en los demás relatos es la tardanza o la incapacidad o la incertidumbre de todos ellos en creer que Jesús vive. Pese a ello, el segundo final de Marcos termina con el mandato misionero.
• Estos son los Evangelios de la Semana de Pascua. Falta uno, el del Segundo Domingo de Pascua, cuando Jesús irrumpe en el cenáculo a puertas cerradas.
• Muchas enseñanzas guardan estos relatos pascuales. Destaco dos. Todos ellos muestran que las mujeres y los discípulos fueron tardos en creer. Podemos preguntarnos por qué. La razón puede ser que la vida de Jesús resucitado es de orden muy superior a la nuestra, infinitamente: es la vida de Dios que supera toda capacidad de comprensión.
• Lo segundo es que, pese a dudas, reticencias, inseguridades, todos los relatos confirman con certeza la realidad de la resurrección de Cristo. ¿Por qué así? Una respuesta es que, así como Dios, por su amor incondicional y su poder creador, vence a la muerte al resucitar a Jesús, igualmente por su amor y su poder, vence nuestra fragilidad y debilidad en creer que Cristo ha resucitado.
• La Resurrección y la Vida Eterna son un don de Dios, no una conquista nuestra. Nuestra fe es también un don de Dios, no una conquista nuestra.
• El consejo que somete a juicio a los apóstoles decide imponerles una prohibición terminante: No hablar ni enseñar en Nombre de Jesús.
• La respuesta de Pedro es el epítome de la libertad de conciencia y de palabra ante cualquier establishment que quiera imponer su ideología y acallar a quienes disienten: «¿Juzguen ustedes si es correcto a los ojos de Dios que les obedezcamos a ustedes antes que a él? Júzguenlo. Nosotros, no podemos callar lo que hemos visto y oído».
• Palabras como estas han resonado a lo largo de la historia como testimonio de la irrenunciable libertad de creencia, libertad de conciencia, libertad de palabra, libertad de asociación frente todo género de autocracia, dictadura, régimen ideocrático.
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Reflexión: Julián Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Jesús se apareció a los discípulos en Galilea, donde confirmó al grupo, confiriéndoles la misión universal. - Roma, año 70: Marcos fue el primero de los cuatro evangelios en ser escrito y su texto llegaba hasta el capítulo 16 y versículo 8; por lo tanto, la parte que se lee hoy fue agregada hacia la mitad del siglo II, después que se escribieron Mateo, Lucas y Juan. El redactor opta aquí por una teología no narrativa, sino práctica.
• Sentido El Evangelio contiene un “Resumen de las apariciones del Resucitado”. En el texto se destacan tres aspectos:
• Incredulidad (16,9-13). María Magdalena fue la primera persona a quien el Señor se apareció, en la madrugada del domingo; ella anunció a los discípulos que Jesús estaba vivo, pero ellos no le creyeron. Además, Cristo se apareció a los dos discípulos de Emaús, cuando caminaban hacia su pueblo y lo invitaron a hospedarse en su casa; entonces ellos se devolvieron a Jerusalén y anunciaron la resurrección del Señor a los otros discípulos; sin embargo, tampoco les creyeron. Lección: Los discípulos, a pesar de haber estado cerca de Jesús, no habían superado la tentación de triunfalismo; por eso les costaba aceptar que la victoria de Cristo sobre la muerte se presentara de una manera tan sin importancia e irrelevante. Pero solamente así había lugar para una fe pura.
• Encuentro (16,14). Enseguida, el Maestro se aparece a los Once, estando reunidos. La suprema expresión de la condición comunitaria es la comida, o sea, la eucaristía; pero la eucaristía no es un rito mágico puramente recordatorio de un pasado, sino que es principalmente la presencia de Jesús en medio de la comunidad: Él viene a ayudarnos a crecer en el amor al prójimo. Moraleja: La celebración de la eucaristía es el momento privilegiado en que Cristo se aparece para echarnos en cara nuestra incredulidad y dureza de corazón.
• Envío (16,16). Ahora que lo han experimentado vivo, el Señor les encomienda llevar la Buena Noticia a toda la creación: su tarea es comunicar que Jesús Resucitado está presente en todas partes y quiere la vida para todos. Mensaje: Ser testigos de la resurrección es salir de los propios límites y predicar el Evangelio a toda la creación.
Domingo Segundo de Pascua (aquí)
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