Evangelio de San Mateo 5,17-19
• Jesús vino a cumplir la Ley y los Profetas. ¿Qué cumplimiento es este, si Jesús con notable frecuencia infringió la ley? Esa fue una de las acusaciones firmes contra él.
• Una cosa es el núcleo de la ley, otra sus aditamentos. Este núcleo son los Diez Mandamientos promulgados por Dios en el Sinaí. El catecismo de antes enseñaba que se dividen en dos: «Los tres primeros en honor de Dios, los otros siete en provecho del prójimo».
• Esta división indica su sentido. Lo primero es amar a Dios, como lo aprendían de memoria los niños judíos al recitar el «Shemá»: «Escucha, Israel; el Señor, nuestro Dios, el Señor es Uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5).
• La segunda parte del Decálogo son las leyes básicas para salvaguardar a las personas y su dignidad de toda violencia y manipulación en nombre de falsas divinidades, entre las cuales se cuenta quien abusa de ellas, las difama, expropia sus bienes, socava la convivencia con mentiras.
• Por eso, los tres mandamientos se refieren a Dios, origen de todo bien y garante de la integridad de las personas. Y los otros siete a las personas que son como lugartenientes del honor en Dios en la tierra.
• Immanuel Kant fijó este imperativo: «Trata a la humanidad, en tu persona y en cualquier otra, siempre como fin, nunca como medio». Con lo cual, Kant, sin decirlo expresamente, coloca en el mismo plano en calidad de fin a las personas y a Dios.
• Con ello se equipara el trato entre humanos con el trato con Dios. Igual que Dios no está sometido a control humano, entre humanos nadie debe estar sometido al dominio de sus semejantes.
• «Yo vine a cumplir la Ley» significa que Jesús vino a poner el trato entre seres humanos en el mismo nivel de dignidad y respeto que el trato con Dios. Este es un fundamento minimalista de toda convivencia.
• En México, el umbral mínimo de convivencia es este: «No matarás». Por desgracia, ante la indolencia de autoridades omisas, ineptas, a veces cómplices, este umbral es destruido a menudo con violencia extrema entre criminales y contra las mujeres.
Lectura: II Corintios 3,4-11
• En este pasaje san Pablo trata el asunto polémico de la ley y la fe, la ley y el Espíritu, que desarrolla con más amplitud en las cartas a los gálatas y a los romanos. Aquí dice escuetamente: «La letra mata, el Espíritu da vida». Luego, explicita esta sentencia: la ley antigua fue gloriosa, Moisés fue revestido de gloria al recibirla; pero esa gloria es nada en comparación con el ministerio glorioso del Espíritu que envuelve a los creyentes en Cristo.
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Reflexión – Juliá Riquelme
• Contexto - Palestina, año 30: Muchos habían ahogado el verdadero sentido de la Ley reduciéndola a la frialdad del legalismo. - Antioquía (Siria), año 80: Los seguidores de Jesús han de interpretar la ley en función del crecimiento humano de las personas, y no considerar a las personas en función de la ley.
• Sentido El Evangelio trata del "Sentido más pleno y profundo de la Ley". En el texto se pueden distinguir tres partes:
• Dar cumplimiento a las promesas (5,17). Jesús afirma que su misión (“he venido”) no consiste en echar abajo el Antiguo Testamento (la Ley ni los Profetas) como promesa del Reinado de Dios; sino todo lo contrario: dar cumplimiento a esas promesas. “La Ley y los Profetas” es un modo de designar el conjunto del AT. La misión de Cristo es positiva, no negativa; viene a dar cumplimiento a las promesas del Reinado de Dios contenidas en el AT. Lección: Las justas aspiraciones que germinan en las culturas de los distintos pueblos también pueden alcanzar mayor plenitud humana con la evangelización.
• Confirmación solemne (5,18). Todo lo contenido en la Escritura se llevará a cabo hasta en sus mínimos detalles, antes que desaparezca el mundo visible. El texto no se refiere a observar una ley, sino de realizar una promesa. Esto se llevó a efecto en la Pascua de Jesús (su muerte y resurrección) y quedó abierto para toda la humanidad. El Reinado de Dios no viene implementado desde arriba, sin colaboración humana; esta colaboración es indispensable para crear una fraternidad y amistad social universal. Moraleja: Solo la amistad y el amor entregado a todos muestra en qué consiste el Reinado de Dios.
• Nueva práctica (5,19). Por eso es necesario que los discípulos practiquen cada una de las bienaventuranzas antes propuestas (“estos mandamientos”). Las bienaventuranzas toman el lugar de los mandamientos de la antigua Ley. La exigencia del Maestro es, por tanto, total; no se puede pertenecer al Reinado de Dios si no se practican todas y cada una de las bienaventuranzas. Ellas conducen a romper con las injusticias. Mensaje: El seguimiento de Jesús en sencillez, e incluso en medio de la persecución, orienta y responde hoy a los anhelos de vida, libertad y crecimiento humanos.
Semana X: Jueves (aquí)
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