EVANGELIO DOMINICAL

Domingo de la Santísima Trinidad


Lecturas: Proverbios 8,22-31 / Salmo 8,4-9 / Romanos 5,1-5 / Juan 16,12-15

Botón homilético – Francisco Quijano

«Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que el Espíritu tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes». El domingo de Pentecostés Jesús decía del Espíritu Santo que es el Don del Padre, su Amor, su Amistad. Hoy nos dice en qué consiste esta amistad.

Como quiera que consideremos la evolución de la especie humana desde los homínidos, pertenecemos a una común humanidad que es el fundamento de los derechos humanos, el criterio para excluir cualquier tipo de discriminación.

Sin embargo, la historia y las biografías consignan un sinnúmero de conflictos, discriminaciones, exclusiones, al punto de orillarnos a aniquilar a quienes negamos la mera existencia.

A pesar de todo, nuestra humanidad está llamada a ser una. No al punto de anular las diferencias que singularizan a cada persona, raza, pueblo, nación, idiosincrasia, cultura… Una en reconocimiento, aceptación, comunión, amistad.

¿Es esto posible? No en el plano de nuestras expectativas y capacidades humanas. Sí en el plano de la aceptación del Don del Padre, su Amor, su Amistad: el Espíritu Santo. En virtud de este Don acogido en nuestras vidas, hemos de superar los obstáculos que impiden la amistad.

El misterio de la Amistad Divina –«el Padre y yo somos uno, el Espíritu tomará de lo mío y lo comunicará a ustedes»– incide en nuestra humanidad y la eleva, pese a sus miserias, hasta nuestro destino: la comunión en Dios.

En Él existimos, nos movemos y somos. Su nombre es Amor: Potencia-Creadora, Palabra-Sabiduría, Felicidad-Delicia: Padre-Hijo-Espíritu, Origen-Camino-Meta. De Ella, por Ella, en Ella existe Todo: ¡Αγία Τριάδα • Aguía Tríada • Santa Tríada!
 

• O •

 

Claves para la homilía – Julián Riquelme

Contexto - Palestina, año 30: En la última Cena, Jesús y los discípulos están inquietos. ¿Aceptarán los Sacerdotes al Maestro como el Mesías de Dios? - Jerusalén, año 100: Los seguidores de Cristo se encuentran a oscuras, pues hay amenazas de persecuciones, desde el imperio romano y desde los judíos.

Contenido El tema del Evangelio es el “Anuncio del don del Espíritu Santo”. En él se pueden detectar tres ejes principales:

⦁ El deseo de Cristo de seguir enseñando a sus discípulos (Jn 16,12). El Señor quiere comunicar el sentido de su Paso: el acontecimiento de su pasión y muerte. Los discípulos no pueden comprenderlo ahora, porque no han hecho la experiencia de la resurrección de Jesús. Aún más: Todavía no descubren que el Maestro entrega su vida para mostrar cómo ama el Padre a todos los seres humanos.

⦁ La prolongación de la misión de Jesús por el Espíritu Santo (Jn 16,13-14). El Espíritu Santo enseña la verdad de Dios sobre los seres humanos: que Dios quiere la Vida integral y no la Muerte de ellos; no habla de sí mismo, sino de la vida, el mensaje y la entrega de Cristo; ayuda a actualizar la Palabra de Jesús en los distintos contextos; y hace que asimilemos la fuerza del amor del Nazareno.

⦁ La comunidad entre el Padre y Jesús (Jn 16,15). Para manifestarse el Padre pone todas las cosas a disposición de su Hijo Jesucristo (Jn 3,34-35). Por su parte, Cristo está unido al Padre en su amor por los seres humanos. De esa abundancia toma el Espíritu Santo, y hace que los discípulos puedan amar a todos como Jesús amó.

• Ilustraciones de la Triniada en libros litúrgicos medievales