TESTIGOS DE CRISTO

Santa Francisca Javier Cabrini: Patrona de los Migrantes
— por sor Miria Gómez OP

Los emigrantes me han presentado a su patrona: Francisca Javier Cabrini. La jornada que la Iglesia católica dedica a los emigrantes el domingo posterior al Bautismo del Señor suele pasar bastante desapercibida, pero este año me ha hecho descubrir el itinerario espiritual de esta mujer, su aventura interior marcada por la contradicción de las circunstancias y por la firmeza de la fidelidad a sí misma y al modelado de la gracia.

Casi podríamos decir que es la antítesis de los moldes habituales de santidad. Frágil de salud, de carácter inseguro, pero… nada de todo ello impidió llevase adelante su precoz vocación misionera, sorteando las dificultades que persistían estorbándola: demoró su consagración hasta la muerte de sus padres, le encomiendan regir un orfanato y se desencadena un escándalo debido a la gestión de una hermana perturbada y tiene que abandonarlo; desea ir a Oriente para cumplir su sueño misionero y le piden ir a Occidente para acompañar a los emigrantes italianos pobres en Estados Unidos.

Cuando llega por fin a su destino, el obispo de Nueva York, que solicitó sus servicios, dice que no puede acogerla y le ordena regresar a Italia, pero Francisca se mantuvo firme en la decisión de quedarse y se quedó. Se quedó ayudando mucho a los emigrantes, motivo por el cual fue nombrada su patrona.

Así se escribe la historia, lo importante es dejar que la bondad, la verdadera compasión y el coraje, marquen el rumbo.

Francesca nació en Sant' Angelo Lodigiano, Lombardía, 15 de julio de 1850, y murió en Chicago, 22 de diciembre de 1917. En 1977 fundó una congregación misionera, las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón, y añadió a su nombre el de Javier. Su sueño era ser misionera en China. Pero diversos encuentros y circunstancias providenciales la encaminaron hacia los Estados Unidos para ocuparse de los inmigrantes italianos. El obispo de Piacenza, Juan Bautista Scalabrini, la animó en esta empresa en 1888. Un año después, el Papa León XIII, con quien tuvo dos audiencias, le pidió ir, no a China a donde ella quería, sino a los Estados Unidos. Con el tiempo, adoptaria la nacionalidad estadounidense. Ella fue la primera ciudadana estadounidense canonizada en 1950 por el Papa Pío XII y dos años después declarada patrona de los migrantes.

 

Marzo 2019