EVANGELIO DOMINICAL

Domingo 31º durante el año


Lecturas: Deuteronomio 6, 2-9 / Salmo 17, 2-4.47.51 / Hebreos 7, 23-28 / Marcos 12, 28-34

Botón homilético – Francisco Quijano

● Dos judíos que llevan en su corazón lo esencial de su religión se encuentran. Fueron educados en lo fundamental de la fe: Dios es el Único Señor, amarlo a Él y al prójimo es lo central en la vida.

● Eso vivían las familias judías genuinas: «Escucha, Israel… estás palabras quedarán en tu memoria, las inculcarás a tu hijos, hablarás de ellas en casa y en camino, acostado y levantado…» La religión judía es vivir en alianza con el Único y con quienes compartimos la misma humanidad.

● Estos dos judíos se reconocen en las palabras que repetían todos los días: «Shemá Israel». Uno dice al otro: «Has respondido bien, maestro, no hay otro Dios fuera de él, amarlo y amar al prójimo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

● El otro admite que su interlocutor habla con sabiduría, y lo felicita: «¡Tú no estás lejos del Reino de Dios!». Jesús anunciaba la llegada de Reino de Dios, su presencia en medio de la gente. Muchos no lo entendieron ni aceptaron. Este judío sabio, sí.

● En las tradiciones religiosas de los pueblos, Dios se hace presente. Su presencia es perceptible por quienes viven lo esencial de nuestra relación con Él: Dios es el Único Creador, Padre de todos, nosotros somos hijos e hijas suyas en alianza de amistad con Él.

● Inculcar estas convicciones en la familia, conservarlas en la memoria, hablar de ellas día y noche, en y fuera de casa, en la escuela y el trabajo, entre amistades y vecinos, con nacionales y extranjeros, con ricos y pobres… Esto es lo esencial no solo de la religión, también de nuestra condición humana.

 

 

Claves para la homilía – Julián Riquelme

◙ Contexto – Palestina, año 30: En tiempos de Jesús, el judaísmo oficial interpreta la Ley de Dios, dentro de un esquema de muchas normas: 613 mandamientos, de los cuales 365 son prohibiciones y 248 son prescripciones positivas. Se discute también cuál es el principal mandamiento. – Roma, año 70: A los seguidores de Jesús les cuesta mucho amar a todo prójimo, pues están siendo perseguidos.

◙ Sentido El Evangelio trata del “Mandamiento principal”. Se puede dividir así:

● Inicio de un encuentro (Mc 12,28-31). La pregunta del escriba es la de una persona de buena voluntad. La respuesta del Nazareno cita a la tradición deuteronomista, que es más abierta a los extranjeros: Manifiesta que el amor y la justicia son el camino de acceso a Dios (cf. Dt 6,4-5; Lv 19,18-34). El Señor hace del amor un mandamiento, esto es, convierte el amor en un asunto de justicia; en otras palabras: Dios manda amar a los otros, sean judíos o extranjeros; por eso, tienen derecho a ser amados.

● Reacción del escriba (Mc 12,32-33). El interlocutor aprueba la vinculación, que Jesús hace de los dos mandamientos. Además, al repetir lo dicho por el Nazareno, agrega: “(Esto) vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". De esta manera, explicita el sentido de la fuente utilizada por Cristo: El culto no tiene valor en sí, si no se relaciona estrechamente con el amor a los otros (cf. Dt; Lv; Am 5,21-15; 1 S 15,22; Sal 40/V39/7-9).

● Elogio y final de las discusiones (Mc 12,34). El Señor reconoce la verdad, que brota de labios del escriba, y lo felicita. Finalmente, según el Evangelista, las controversias terminan en un silencio; pues las palabras de Jesús sobre la centralidad del Amor, son definitivas en la Nueva Alianza.