Con la presente edición se cumple un año del lanzamiento de este portal de espiritualidad. Agradezco la colaboración de quienes han participado en su publicación, así como a tantos internautas que se han aventurado a explorarlo.

¿Para qué un portal como este en una red virtual que alberga 720 millones de sitios? La internet es un ámbito nuevo para compartir una palabra de fe. Si lo imaginamos en tres dimensiones: longitudinal (historia), transversal (amplitud) y vertical (profundidad), al visitar una página se está en la cota 0.

En la red no hay historia, antes y después, tradición, continuidad, de modo que pueda situarme en el tiempo: solo hay el instante en que estoy viendo esta página y a la vez una oferta inimaginable de otras páginas.

No hay orden conceptual, clasificaciones, catálogos, de modo que pueda orientarme: solo hay el contenido que estoy percibiendo en este momento en medio de una vastedad inabarcable.

No hay jerarquía, orden, profundidad, de modo que cuente con criterios de elección: solo hay frecuencia de accesos, una página vale el número de visitas que recibe en competencia con millones de sitios.

Por supuesto que exagero: los buscadores guardan un historial, yo puedo hacer un catálogo de favoritos, puedo aceptar o desechar invitaciones. Esto implica cierto orden para situarse en el tiempo (historial), identificar contenidos (carpetas de sitios), hacer valoraciones (selección de favoritos).

Pero la metáfora de la cota 0 indica que la red es un espacio de todos y de nadie, no hay autoridades, tradiciones, referencias que sirvan de guía, como sucede en otros ámbitos de la vida, como ha sucedido en la cultura y la religión a lo largo de siglos.

A la disponibilidad de la red virtual corresponde nuestra situación en un mundo líquido. Uso una metáfora del sociólogo polaco/inglés Zygmunt Bauman: modernidad líquida, amor líquido, vida líquida, miedo líquido, tiempos líquidos, arte líquido, cultura líquida… son títulos de sus libros.

Con ello se refiriere a estilos de vida, conductas, relaciones sociales, culturas que se hallan en continua fluctuación, lo cual exige a cada persona un esfuerzo para adaptarse, forjarse una identidad, reconocerse en medio de múltiples invitaciones a probar nuevas experiencias, formas de pensar, valores.

¿Qué hacer si se quiere difundir en la red una tradición de fe? Aprovechar esta red virtual fluctuante a la cual se tiene acceso libre (esa es su ventaja) y ofrecer a los internautas algo que retenga su atención. Esta es la oferta que queremos presentar en nuestro portal.

Esperamos que encuentres en él un puerto donde atracar por unos minutos en tu navegación. Esta pausa es la oportunidad que tienes de vivir lo que Jesús dijo a la mujer samaritana en el pozo de Jacob: Créeme, mujer, llega la hora en que los que dan culto auténtico adorarán al Padre en espíritu y verdad. En este ámbito de comunión habrá ciertamente más internautas que estarán como tú adorando y escuchando al Padre en espíritu y verdad.

Estamos en Facebook y Google+ para contribuir a la difusión de este portal. Aprovecha estas redes sociales para invitar a tus amistades a visitarlo. Coloca nuestro enlace en tu biografía de modo que desde allí puedan acceder a él.

Las novedades de este mes de aniversario son: este editorial (Palabra del mes), el salmo 131 (Celebrar con salmos), el testimonio de Jean Vanier (Testigos de Cristo) y una oración de los indios pueblo (Tesoro de las religiones). Visita también la Galería de arte que presenta pinturas de Cristóbal de Villalpando. Aprovecha para consultar el Archivo donde encontrarás lo que hemos publicado en este primer año.

Noviembre 2013